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¿Qué es la dermatitis atópica?

La doctora Fátima Agüero responde a las preguntas frecuentes relacionadas con el cuidado de la piel, y en este especial cuenta en detalles sobre la dermatitis atópica. ¿Qué es esta afección?, ¿cómo se puede mejorar la calidad de vida?, son algunas dudas más recurrentes. Además, recomienda una consulta con un profesional antes de utilizar productos.

Algunas personas experimentan pieles súper secas que pica mucho y hasta salen llagas – hay quienes se pasan la vida sin saber que el nombre de esta enfermedad es dermatitis atópica-, y a pesar de no tener cura, se puede controlar mejorando mucho la calidad de vida y prevenir crisis más fuertes en el día a día.

La Dra. Agüero enseña hábitos correctos que son simples, también comenta experiencias y consejos en cuanto a la utilización de productos.

Dra. Fátima Agüero, médica dermatóloga

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica ( también llamada  eccema atópico) es un trastorno cutáneo inflamatorio crónico que se presenta en personas con susceptibilidad genética a esta afección (hay varios genes implicados). Los pacientes que padecen esta enfermedad presentan, por un lado, una alteración de la función de barrera cutánea, por disminución del contenido de ceramidas y péptidos antimicrobianos, con la consecuente penetración de alérgenos, irritantes y microbios en la piel y el aumento de la pérdida de agua a través de esta.

Por otro lado, presentan alteraciones en la función inmunológica (de defensa) de la piel, con un estado inflamatorio persistente y respuestas exageradas ante diversos estímulos. Es una enfermedad que cursa con periodos de exacerbación o empeoramiento (brotes) y periodos de mejora o ausencia de lesiones (remisiones).

Dichos brotes se relacionan con la exposición a diversos desencadenantes entre los que podemos citar ciertos alimentos (por ejemplo, leche, huevos, soja, trigo, pescado), aeroalergenos (como ácaros del polvo, hongos, epitelios animales), colonización por Staphylococcus aureus en la piel, productos tópicos (cosméticos, perfumes, jabones), la sudoración o el uso de lana, telas ásperas o sintéticas y el estrés emocional.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es clínico, es decir, no requiere de estudios y se realiza a partir de la historia clínica y el examen físico del paciente. Se presenta con mayor o menor grado de prurito o picazón, sequedad y enrojecimiento de la piel. Posteriormente, pueden presentarse también lesiones por rascado y engrosamiento cutáneo (llamado liquenificación).  Estas lesiones en la piel pueden ser desde leves hasta graves y afectan de manera característica a zonas diferentes del cuerpo según la edad: en lactantes compromete rostro, cuero cabelludo y superficies extensoras de los miembros, mientras que en niños mayores y adultos se presentan en cuello, superficie flexora del codo y de las rodillas y en el dorso de manos y pies.

Es una enfermedad con una gran repercusión en la calidad de vida del paciente y su familia.

¿A quiénes afecta con más frecuencia?

Afecta sobre todo a niños, y con más frecuencia a aquellos que viven en áreas urbanas o países industrializados.

La mayoría de las personas con este trastorno lo desarrollan antes de los 5 años, incluso antes del año de edad y los síntomas suelen mejorar o desaparecer en la adolescencia o al llegar a la edad adulta.

Muchos de los pacientes o familiares que tienen dermatitis atópica también tienen asma o rinitis alérgica. Esto es debido a la denominada marcha alérgica o marcha atópica, que inicia con la afectación cutánea (dermatitis atópica) y/o gastrointestinal (alergia alimentaria) en los primeros años de vida y va progresando hacia las formas que afectan la vía respiratoria (enfermedades sibilantes, rinitis, rinosinusitis y asma bronquial), todas ellas expresiones de un proceso patológico idéntico que se expresa en diferentes aparatos y regiones corporales que tienen una superficie de contacto con los alérgenos externos (piel, tubo digestivo y vías respiratorias)

La intervención temprana con los tratamientos adecuados que logren el control de los síntomas en los pacientes con dermatitis atópica, especialmente, durante el primer año de vida, es fundamental, ya que de esta forma se puede incidir favorablemente en la evolución de la enfermedad, retrasando la progresión de la marcha atópica y evitando que se presenten cuadros más serios y persistentes.

Es muy importante aclarar que la dermatitis atópica no es una alergia a ninguna sustancia determinada y por lo tanto, en la gran mayoría de los casos, no requiere de la realización de pruebas de alergia. Estas últimas deberían limitarse a casos seleccionados en los que se sospeche la coexistencia de un cuadro de alergia.

En el caso particular de los alimentos, cabe resaltar, que algunos pacientes con dermatitis atópica pueden tener una sensibilización a algunos alimentos (frecuente) o una alergia alimentaria (menos frecuente). Cuando las pruebas de alergia arrojan un resultado positivo deben ser interpretadas por un especialista para hacer esa diferenciación, ya que si se trata de una alergia alimentaria la exclusión del alimento de la dieta es parte crucial del abordaje del paciente atópico, en tanto que, si fuera una sensibilización sin repercusión clínica, la exclusión de dicho alimento estaría, por el contrario, contraindicado.

¿Existen productos  de uso general?

Los pacientes con dermatitis atópica deben consultar con un médico dermatólogo para comprender mejor su enfermedad y aprender sobre los hábitos y la rutina que lo van a ayudar a tener una vida normal y a evitar en lo posible los periodos de exacerbación de la enfermedad.

En líneas generales, podemos recomendar para los pacientes el uso de sustitutos del jabón libres de alcohol, con pH bajo, sin fragancias y químicos que puedan agredir o sensibilizar la piel, y la aplicación al menos 1 a 2 veces al día de cremas hidratantes y emolientes específicas para pieles atópicas; existen varias marcas en el mercado local que tienen líneas de productos testados dermatológicamente para pieles atópicas.

En una próxima nota contaremos más cuidados específicos sobre esta afección con la doctora Agüero.

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