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Editorial

Apuesta arriesgada

El polémico proyecto de Ley “Hambre Cero” fue aprobado finalmente en el Congreso Nacional, pese a los numerosos cuestionamientos por parte de la Sociedad Paraguaya de Pediatría, gremios docentes, estudiantes y también algunos legisladores. El presidente de la República, Santiago Peña, se comprometió a hacer cumplir la propuesta que, según el Poder Ejecutivo, va a garantizar la alimentación de los estudiantes.

La discusión y cuestionamiento principales se dieron en torno a la financiación de la alimentación escolar y el temor a la eliminación de la Ley de Arancel Cero en las universidades nacionales. Además de que abriría la posibilidad a nuevos negociados por parte del Gobierno de turno y sus principales allegados.

De acuerdo con el proyecto, la financiación será proveniente de Fuente 10, lo que, según los detractores, no está garantizado. Además, no se garantiza la continuidad de programas de becas y otros planes de estudio. En teoría, serán destinados el 50% de los royalties y el 100% del Fonacide, pero no se aclara cómo se financiarán los demás proyectos dependientes de este rubro.

Los legisladores oficialistas, quienes defendieron hasta el último momento el proyecto, no supieron explicar el origen y forma de financiamiento hasta el punto de llegar a mencionar que, si no existe el dinero, ellos lo podrían “inventar”, “eso déjennos a nosotros, pero el proyecto no se va a desfinanciar”.

Los médicos y docentes principalmente rechazan la ley debido a la importancia que representa el desayuno en la vida de un menor y, sobre todo, estudiante. Esto considerando que la Ley Hambre Cero, normativa similar a la implementada por Lula da Silva en su gobierno en el 2003, y que será reimplementado en breve, es a fin de brindar el almuerzo escolar como único alimento en los centros educativos.

En tanto que desde el Ejecutivo aclararon que los recursos asignados para la alimentación escolar dentro del Presupuesto General de la Nación (PGN) del 2024, y que están siendo ejecutados, no sufrirán modificaciones, por lo cual, todos los contratos vigentes para la prestación del servicio que correspondan a las gobernaciones y municipalidades deberán ser cumplidos.

Los recursos de los royalties se mantendrán para los municipios y las gobernaciones. En cuanto a los recursos de Fonacide, estos también se mantendrán para los municipios. Por tanto, los mismos dispondrán de recursos para seguir destinando a los proyectos que ellos definan como prioridad, ampliando los recursos destinados a la alimentación escolar con “Hambre Cero en las Escuelas”. El principal objetivo del programa es que la alimentación escolar llegue al 100% de los niños durante todos los días del año lectivo.

En lo que respecta a la Ley de “Arancel Cero”, aclara que sigue vigente y pasa a ser financiada directamente con recursos genuinos del Tesoro. Igualmente, los programas de salud que eran financiados dentro del Fonacide pasarán a ser financiados con recursos del Tesoro, como lo había aclarado el Ministerio de Economía y Finanzas en una circular del 30 de enero de 2024.

Los recursos que financiarán el programa “Hambre Cero en las Escuelas” y la forma de la administración que plantea, no afectan la autonomía ni la autarquía de los gobiernos departamentales y municipales, de tal forma que no trasgrede ningún artículo de la Constitución de la República referente a la descentralización y la representación.

Lo realmente importante ahora es cumplir y hacer llegar al 100% de los estudiantes el almuerzo escolar, tal como lo prometió el presidente a través de su proyecto de ley, no desatender las exigencias educativas y garantizar la gratuidad de la educación, sin peligrar los recursos de otros rubros que no sean de Fuente 10 y menos aún un nuevo crédito para el país.

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