El cheque en blanco

Con una amplia mayoría colorada en ambas cámaras, se instaló el viernes 30 de junio el Congreso Nacional, lo que le permitirá al próximo presidente, Santiago Peña, asumir el 15 de agosto sin mayores inconvenientes. Esto sería como entregar un cheque en blanco para el mandatario.

En la Cámara Baja, de los 80 integrantes, solo 32 bancas son ocupadas por la oposición. En tanto que la Cámara Alta será ocupada por 23 colorados, lo que les da una mayoría. Esta conformación mayoritaria del partido de gobierno, no siempre es observada.

El acuerdo político entre la mayoría de la ANR y algunos opositores llevó a que ambas cámaras estén presididas por colorados así como en algunas comisiones y con representantes en órganos extrapoder, como el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y el Consejo de la Magistratura, que próximamente serán electas. El actor principal de tales acuerdos fue el vicepresidente de la República electo, Pedro Alliana, como nexo con el Parlamento.

El presidente Peña tendrá a su favor la posibilidad de gobernar sin trabas además de poder contar con la aprobación requerida de proyectos de leyes, en caso de no existir oposición por parte de sus propios correligionarios.

Sin embargo, esta mayoría puede ser aprovechada no solo por el presidente, sino también por los propios legisladores, quienes se podrían abroquelar y no apoyar a pedidos de pérdidas de investidura, desafueros y/o proyectos que no sean afines a sus intereses. Esto sería como un arma de doble filo en caso de intereses particulares, nunca ajenos a dichas cámaras.

La mayoría en el Congreso puede afectar el equilibrio de poder y la representación democrática, ya que podría tener un control excesivo sobre la agenda legislativa y limitar la participación y el poder de otros partidos políticos, lo cual podría llevar a decisiones unilaterales, falta de debate y una menor diversidad de opiniones en la toma de decisiones. También podría generar polarización política y dificultar la búsqueda de consensos.

En esta situación, será el nexo del Congreso el vicepresidente de la República, sobre quien recaerá la principal responsabilidad de mantener el equilibrio y la cordialidad a fin de aprovechar el cheque en blanco que representa la mayoría colorada.