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Editorial

Rompiendo el juramento

Hemos visto en los últimos días cómo la ambición desmedida y el apego a los cargos en función de Gobierno -poder por poder- dan vía libre a la violación de la Constitución Nacional de la República del Paraguay. Este hecho, sumamente grave, fue encabezado por el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y su vicepresidente, Hugo Velázquez, cuando inscribieron plácidamente sus candidaturas para las próximas elecciones internas coloradas e internas partidarias con miras a las presidenciales 2023.

Claramente, la Carta Magna en su artículo 37, De las incompatibilidades, señala: “El Presidente de la República y el vicepresidente no pueden ejercer cargos públicos o privados, remunerados o no, mientras duren en sus funciones. Tampoco pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional alguna, debiendo dedicarse en exclusividad a sus funciones”. Sin embargo, estas no son más que letras muertas para nuestros mandatarios. A pesar de haber jurado ante Dios y la patria hacer cumplir lo establecido en la Constitución Nacional, son quienes lo transgreden.

Otra lamentable situación, que va de la mano con la intención de Abdo de postularse a la presidencia de la ANR sin antes renunciar la titularidad del Poder Ejecutivo, es la utilización de los recursos del Estado para las campañas electorales. En tales circunstancias se encuentran el vicepresidente y algunos miembros del gabinete de Abdo, quienes dejan de lado sus funciones gubernamentales para dedicarse a conquistar nuevos espacios de poder para el periodo 2023–2028. ¿Y cómo no hacerlo, si la propia cabeza es el claro mal ejemplo?

La mala situación económica, el crecimiento del desempleo, la crisis sanitaria, la ola de inseguridad y violencia en el país, junto con la fallida gestión en materia de educación, no son motivos suficientes para que estos gobernantes puedan discernir cuál es la prioridad en este momento: establecer políticas públicas que brinden soluciones al pueblo, o seguir con las disputas políticas para ganar nuevos espacios y demostrar al adversario quién es más poderoso.

No obstante, solo basta que a estos “líderes” políticos se les refresque la memoria del por qué y para qué están donde están. Y quiénes y cómo los llevaron hasta allí y, sobre todo, porque en diciembre próximo y abril del 2023 todas estas acciones serán tenidas en cuenta por ese pueblo que hoy es dejado de lado, debido a las ganas desmedidas de poder y no de gobernar.

  D.D. W-S 

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