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Editorial

Gobierno abandona el servicio público

Es imperdonable que los paraguayos se encuentren nuevamente ante la incertidumbre, la desinformación e improvisación en el sector de la salud pública. El colapso del sistema hospitalario con la propagación de enfermedades respiratorias –algo que se debe prever en épocas de frío– desnuda la incapacidad de gestión del Ministerio de Salud Pública y el poco interés por parte del Gobierno de solucionar de una vez por todas el constante dilema del sistema sanitario.

Al parecer, ni siquiera la crisis que se vivió con la pandemia del Covid-19 les dejó el aprendizaje y las autoridades siguen con la incapacidad de dar respuestas satisfactorias ante cada aparición de epidemias. Recordemos los casos de las vacunas contra el coronavirus, fue una desorganización total; así también la situación de las clases escolares –tema ya abarcado en este espacio editorial– que mantiene, hasta hoy, a padres y alumnos en vilo por la indecisión sobre el sistema presencial o virtual.

Urge buscar una solución estructural de fondo con medidas definitivas. Sin embargo, el ministro de Salud Pública y Bienestar Social se encuentra en actividades electorales analizando si será o no candidato a senador de la Nación en los próximos comicios generales, incluso ya acompañando campañas con candidatos de su partido, mientras su tarea real, que es ser ministro, está desatendida.

El sistema sanitario se debe fortalecer. El presupuesto debe ir para más hospitales, más camas de terapia e internaciones, educar mejor a la ciudadanía y trabajar en la prevención. Sin embargo, día a día la realidad que se comunica a través de los medios de comunicación da cuenta del fracaso estrepitoso de este Gobierno para gestionar la crisis sanitaria. Estas historias dolorosas, que se narran con palabras e imágenes, son las que ponen carne y hueso a la pésima administración de los gobernantes que no están preocupados en mejorar la calidad de vida los paraguayos.

Gobernar un Estado demanda destrezas, una de ellas es la inteligencia para captar las realidades sociales y actuar en consecuencia, y otra, muy importante, es la habilidad para proceder a tiempo. No queremos seguir lamentando muertes por negligencia o falta de asistencia temprana. Los gobernantes deben dejar de mirar solo sus intereses políticos y mirar más hacia la ciudadanía, que es para quien gobiernan.

D.D.W-S

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