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Editorial

Urge reencauzar la función pública

Estamos inmersos en una alevosa improvisación del Gobierno que se evidencia desde distintos sectores del poder y que nos está llevando cada vez más a la desidia y anomia, exponiendo nuestra continuidad como Estado debido a los reiterados incumplimientos de las leyes incluso por parte de altos funcionarios, quienes ponen en riesgo al Paraguay como un país independiente. Aristóteles determina un sistema político basado en dos variables: el número de gobernantes y el objetivo de cada uno, es decir, si persiguen el bien público o el bien particular. La asociación política debe considerarse, por lo tanto, como el bien de las acciones nobles. Entonces, para el filósofo griego, la existencia y el bienestar de cualquier sistema de gestión requieren de la presencia de un elemento gobernante.

Muy lejos estamos de este modelo. La mediocridad de la mayoría de los gobernantes hace imposible siquiera acercase a este ideal de gestión. En este mismo contexto bien vale recordar a José Ingenieros en su libro El hombre mediocre, donde cita que: “La política se degrada (…) El gobierno va a manos de gentualla abocada al presupuesto. Los palaciegos se frotan con los malandrines. Nadie piensa, donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan. Lo que antes era signo de infamia o cobardía, tórnase título de astucia; lo que otrora mataba, ahora vivifica, como si hubiera una aclimatación al ridículo (…)”. Estos escritos tienen gran significado en el presente paraguayo.

Esta semana se dio la imputación del titular y miembros del directorio de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) por lesión de confianza, usurpación de funciones públicas, prevaricato y exacción. Esto nos da la pauta de la negligencia que se comete con la regulación de los juegos de azar, donde los grupos económicos explotan un esquema perverso, que deja muchas víctimas, incluso menores de edad.  También salió a la luz, la violación de la Ley de la Función Pública por parte de la directora del Registro Electoral, María Teresa Peralta, quien es, a su vez, la principal operadora del cartismo en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE); con esta conducta la funcionaria vulnera la confianza, ya que el Registro Electoral es una dirección sensible.

Otro hecho que evidencia el poco interés de nuestras autoridades por hacer bien las cosas es la falta de monitoreo de los ríos por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), que no pudo advertir a tiempo sobre la presencia de cardúmenes de especies agresivas. El suceso más grave fue la muerte de un efectivo militar tras ser atacado por un ciervo, de la especie axis, en plena residencia presidencial, Mburuvicha Róga. El animal silvestre es del presidente Mario Abdo Benítez, pero cabe aclarar que la fauna, la vida silvestre – autóctona o exótica – son de dominio público, no puede pertenecer jamás a un particular, esto demuestra la falta absoluta del cumplimiento de las leyes. Otra grosera omisión del MADES a Ley de Vida Silvestre.

La ausencia de políticas firmes y justas, así como la proliferación de funcionarios no idóneos, sin iniciativas, nos está dejando muy atrás. Quien piense que un país se puede construir sin la perspectiva de todos sus ciudadanos está profundamente equivocado. Hay que reencauzar la función pública, cuyo objetivo debe ser facilitar la vida a sus ciudadanos, protegerlos y crear condiciones que permitan el desarrollo. El Gobierno no cumple con la finalidad para la cual es constituido: la búsqueda del bien común, se convirtió en una herramienta manipulada por avaros y ambiciosos, que buscan lucro y eliminar competencia utilizando las mismas instituciones y organismos públicos. Hay que reencauzar la función pública, hay que reencauzar la política.

D.D. W-S

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