Editorial
Apostemos a la cultura
Una Nación que no apuesta a su cultura tiende a desaparecer. El Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDEC) debe recuperar una herramienta clave para el cumplimiento de sus objetivos a favor del desarrollo cultural y educativo en todo el territorio nacional. Urge que el Gobierno, desde las instancias correspondientes, revea su postura sobre la figura legal de los incentivos fiscales con la que contaba el FONDEC, beneficio que tenía la institución desde su ley de creación, hasta que quedó derogado de manera arbitraria, en el año 2019, mediante el Art. 153 en la Ley “De modernización y simplificación del Sistema Tributario Nacional”.
El Ejecutivo vetó, recientemente, la modificación del artículo de la citada Ley tributaria que hubiera permitido al FONDEC disponer de mayores fondos para financiar proyectos culturales. Esta disposición va en contra de las normas de orden constitucional, que garantiza el derecho al arte y a la cultura para los habitantes del Paraguay, también establece la obligación por parte del Estado de adoptar políticas de estímulos y exoneraciones fiscales para que el FONDEC pueda canalizar las donaciones y patrocinios que el sector privado pueda realizar al sector cultural.
El Ministerio de Hacienda debe tener en cuenta que la reposición de esta figura de incentivos tributarios propiciará el impulso de actividades culturales a nivel nacional y de forma inclusiva, también estimulará la creación artística a través de programas de apoyo y becas. Sin cultura un país pierde su identidad y, lo que nos hace fuertes como Nación es justamente ese acervo de cultura que se hereda de generación en generación. Si dejamos que eso se pierda, perdemos también el sentido de pertenencia.
Los aportes privados para la cultura y los incentivos para estas donaciones, son herramientas que tienen los países desarrollados, mediante un sistema que se conoce como de “mecenazgo”. En Brasil existe la Ley Federal de Incentivo a la Cultura, más conocida como Ley Rouanet. A través de esta legislación, el país vecino ha adoptado una política cultural central a nivel federal de Gobierno, esta posibilita la ejecución de miles de proyectos artístico-culturales al año gracias al desembolso de recursos de donadores y patrocinadores privados a cambio de renuncia fiscal. En Paraguay, se deben establecer mecanismos que permitan, bajo la figura del incentivo fiscal, recaudar fondos para la cultura, que siempre resultan insuficientes ante la alta demanda, dada la riqueza creativa de nuestro medio, que siempre está generando proyectos cuya realización exige fondos.
Urge que recuperemos la institucionalidad del Estado dedicada a la cultura, ya que esta juega un papel determinante en el desarrollo del país. La cultura está inmersa en el progreso social y económico, lo que influye para que las personas alcancen un nivel de vida acorde a las condiciones donde se desarrollan. Los temas urgentes merecen ser analizados con inteligencia, la cultura precisa con premura la atención de nuestros gobernantes.
D.D.W.S.
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