El día mundial contra la corrupción en el país vicecampeón mundial en corrupción

Desde un inicio el “caiga quien caiga” no se lo creyó nadie. La decadencia de los mandatarios parece ser inexorable, llegando al estado actual que parece personificar a los tiempos de Rómulo Augusto, llamado despectivamente el Augústulo (pequeño Augusto), con quien se dio la caída de Roma.

En el corazón del pueblo anida la angustia por el estado calamitoso en el que se encuentra nuestra República, y la desesperanza al mirar al liderazgo endeble, “ivevyi”, que nos ha tocado y considerar los largos años que todavía falta para que termine este gobierno. Como nunca antes, tan prematuramente están apareciendo candidatos para las próximas elecciones, como si este gobierno ya tuviese la marca indeleble del fracaso sin redención, aunque aún falten tres largos años.

Tenemos un presidente que no solo está ausente a la realidad del país, sino que también se encuentra enajenado moralmente. Su interés está en el beneficio propio y la compensación de su complejo de inferioridad, dando la espalda a la gente. Sus prioridades son puentes y rutas sobrefacturadas, pagadas con préstamos que esclavizarán a las generaciones futuras. Obras que solo benefician a un grupo íntimo de compinches y no a la masa de los comunes. Obras que para colmo no agencian las urgencias ni prioridades actuales, especialmente de salud y educación.

Al inicio prometió fortalecer la institucionalidad, luchar contra la corrupción “caiga quien caiga”, y dar prioridad a la educación. Durante la campaña electoral habló de tener a alguien como Benjamín Fernández Bogado al frente de Educación, y terminó nombrando a Eduardo Petta (muestra suficiente de que la Educación nunca fue su prioridad). Al final, no se fortaleció la institucionalidad ni podemos decir que se transparentaron las cosas en el gobierno, especialmente en las binacionales, donde no hay transparencia.

Hoy, ya casi un 70% de la población desaprueba las acciones de este gobierno contra la corrupción, no solo por el protagonismo del gobierno en escandalosos actos de corrupción, sino también por la protección y el amparo que reciben del gobierno muchos criminales.

El gran problema que tenemos en el país vicecampeón mundial en corrupción es nuestro Poder Judicial. Sin justicia la corrupción seguirá siendo reina de nuestro país, y no es que creando más leyes podremos mejorar en algo al sistema. Sin justicia no existen garantías judiciales. Pocos son los que siguen creyendo en las instituciones pues no se ven a los corruptos en las cárceles. Tampoco se condena a quienes abusan de los niños, pero luego se pretende que cambien las cosas con bizarras prédicas ideológicas.

Se vive sin esperanzas el día mundial contra la corrupción en el país vicecampeón mundial de la corrupción, donde el pueblo, un pueblo ya cansado, debe luchar y defenderse sin descanso de los lobos que los gobiernan y no los representan. Todo esto, sin contar con recursos viables para ejercer su defensa civilizadamente contra el gobierno.

Piqueteros que amedrentan un poco al gobierno pueden llevarse una fortuna del dinero de todos, mientras que unos padres desahuciados tienen que encadenarse para que el gobierno escuche su clamor y así poder dar una esperanza a una vida, una vida a la que acompaña todo un pueblo.

Tenemos un pueblo que no cede, un pueblo de batalladores que ha tomado el lugar que las instituciones rectoras tendrían que haber tomado. Somos un pueblo que ha impedido tantos actos de corrupción y seguimos exigiendo justicia todos los días.

Paraguay merece un gobierno que nos aleje del pódium de los países más corruptos del mundo.

D.D.W.S