Economía
Campaña sojera se perfila como un gran reto para el sector agrícola
Granos de soja. Foto: Gentileza.
El sector agrícola paraguayo, motor esencial de la economía, se prepara para enfrentar un nuevo ciclo productivo en medio de múltiples desafíos. Bajo el lema “Cultivando el futuro del país”, el lanzamiento oficial de la campaña 2024/2025 está previsto para el sábado 14 de septiembre en la localidad de Natalio, Itapúa, una de las regiones más destacadas por su producción de soja. Este evento se espera que sea un punto de encuentro clave para los productores de diferentes segmentos, especialmente aquellos pertenecientes a la agricultura familiar.
Con la mira puesta en mejorar los resultados de la campaña anterior, los productores se enfrentan a un panorama complejo que incluye condiciones climáticas adversas, caídas en los precios internacionales, aumento en los costos de producción y una descapitalización preocupante en algunos sectores. Sin embargo, el compromiso del sector sigue siendo firme: trabajar arduamente para asegurar una buena cosecha que beneficie a las familias, a los distintos actores de la cadena de valor y, en consecuencia, a la economía nacional.
MAG
El Ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, subraya que, más que mitigar, el productor busca adaptar su trabajo a estas condiciones adversas. Esta adaptación se manifiesta en la implementación de prácticas agrícolas más robustas y un manejo más eficiente de los cultivos. El enfoque no solo está en la resistencia, sino en la resiliencia, cómo los productores pueden ajustar sus métodos para seguir siendo competitivos y sostenibles a largo plazo, incluso cuando la naturaleza no coopera. En cuanto al ámbito comercial, Giménez destaca que la volatilidad de los precios representa un reto significativo.
“Comercialmente no se maneja la variable principal, que es el precio”, admite el ministro. En un mercado donde los precios tienden a la baja y no se vislumbra un repunte importante, la estrategia clave para los productores paraguayos es mantenerse informados y realizar un monitoreo constante tanto del mercado como de la evolución de los cultivos. Esta vigilancia les permite cerrar precios en momentos óptimos y vender gradualmente, evitando sobreofertas que puedan perjudicar sus márgenes de ganancia.
La dependencia de un solo mercado ha sido históricamente un riesgo latente para los productores. Según Giménez, es crucial “trabajar para tener operativos más mercados y no asumir tanto riesgo con un solo mercado dominante”. Esta tarea no solo recae en el sector privado; también requiere una colaboración estrecha con el sector público para abrir nuevos mercados y diversificar tanto la oferta como la demanda. Además, la diversificación no se limita únicamente a los mercados, sino también a las siembras. Introducir cultivos alternativos que se adapten mejor a las nuevas realidades climáticas puede ofrecer a los productores una mayor estabilidad frente a los cambios bruscos en el mercado global.
Retos climáticos
Durante las últimas tres campañas, un problema que está afectando significativamente a la producción es la falta de lluvias. Según el Ing. Agr. Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas, esta escasez de precipitaciones ha llevado a que Paraguay y Brasil, dos de los principales productores de soja en la región, cosechen sus productos en el mismo ciclo y fechas.
La razón principal de esta coincidencia es que ambos países comparten un calendario de cultivo similar, lo que complica el almacenamiento y el manejo de la soja. Además, el alto costo asociado con la conservación en silos bolsa desincentiva a los productores a guardar su cosecha, ya que los costos adicionales resultan poco atractivos.
‘’A pesar de estos desafíos, nuestro país sigue destacándose como líder en la producción de soja, maíz y trigo, gracias a su favorable clima que otorga una ventaja competitiva en el mercado’’, acotó. Pastore destaca que los productores deben estar especialmente atentos a las fluctuaciones del mercado para determinar el mejor momento para vender y maximizar sus ganancias. La flexibilidad en los contratos de volumen y la posibilidad de negociar precios en dólares por tonelada permiten a los productores adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado, buscando siempre mantener su posición en un sector tan competitivo.
Medidas para mitigar impactos
Por su parte, el Ing. Agr. Luis Cubilla, asesor agrícola también de la Capeco, nos comparte las medidas que se están implementando para mitigar estos efectos, así como las estrategias comerciales que los agricultores podrían adoptar para maximizar sus ganancias y diversificar sus mercados.
Una de las principales preocupaciones en la campaña agrícola actual es el estrés hídrico en las plantas debido a la escasez de lluvias que se espera con el retorno del fenómeno La Niña. Cubilla destacó que un alto porcentaje de productores paraguayos ha mantenido su compromiso con los principios de la siembra directa, una técnica que ha demostrado ser eficaz para proteger los cultivos en condiciones adversas.
“El respeto al sistema de siembra directa, especialmente en lo que se refiere a mantener la cobertura permanente del suelo, ya sea con cultivos activos o con barbechos de cobertura muerta, es fundamental. Esta cobertura no solo protege contra la erosión y el escurrimiento superficial del agua de lluvia, sino que también favorece la infiltración del agua hacia capas más profundas del suelo. Esto crea un ‘almacenamiento’ de agua que las raíces profundas pueden aprovechar durante períodos de sequía”, explicó Cubilla.
En un contexto donde los precios de los productos agrícolas tienden a deprimirse, la atención al detalle y la gestión eficiente de los recursos se vuelven esenciales. Según Cubilla, los agricultores deben centrarse en cuidar la calidad de sus suelos, optimizar los programas de fertilización y mantener un control riguroso sobre enfermedades y plagas. “Es crucial asegurar las mejores épocas de siembra para cada variedad de cultivo, basándonos en informes de especialistas en agroclimatología. El objetivo es maximizar el rendimiento del cultivo, aprovechando al máximo el potencial genético del material elegido para la siembra”, indicó Cubilla.
Cubilla también señaló que los productores en general no eligen directamente los mercados de destino de sus productos, ya que esta responsabilidad recae en los empresarios exportadores. Sin embargo, algunos agricultores comercializan directamente con industrias de procesamiento nacional, lo que les permite cierta flexibilidad y control sobre sus ventas.
“Los precios de los productos agrícolas se manejan principalmente a través de la Bolsa de Chicago, lo que significa que los productores deben estar atentos a las tendencias globales y ajustar sus estrategias en consecuencia. No obstante, la diversificación en la selección de cultivos y en los mercados nacionales puede ofrecer un margen adicional para mejorar las ganancias y reducir la dependencia de los mercados internacionales”, concluyó Cubilla.
Esta nueva campaña se presenta como una oportunidad para que el sector agrícola nacional reafirme su rol, no solo como un proveedor de alimentos, sino también como un motor de desarrollo económico sostenible.
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