Impulsan la producción de huevos camperos en Cordillera

Pese a la inestabilidad en los precios y el aumento de costos de producción, las pequeñas granjas de huevos camperos continúan apostando al modelo agropecuario más consciente y sostenible. Este es el caso de Isaac Mongelós, productor de Itacurubí de la Cordillera.

“Iniciamos con la producción de huevos camperos porque la idea era ofrecer algo diferente, más natural y de calidad”, cuenta Mongelós, quien desde hace tres años administra su propia granja bajo el modelo de free ranch (granja libre).

El concepto free ranch propone una forma de crianza de las gallinas en la que los animales pueden desplazarse en espacios al aire libre. “La idea es que las gallinas estén libres y se desarrollen en un ambiente natural. Nosotros no le hacemos el despique (amputación parcial del pico), ni le damos antibióticos y tenemos un espacio adecuado para ellas”, explicó.

En cuanto a los desafíos, mencionó que hay más inversión en tiempo, cuidados y alimentación de las gallinas. Por ejemplo, al estar libres, las gallinas pasean o corren, por lo que queman más calorías y necesitan más alimentación. Sobre este punto, en la última temporada se han enfrentado a un considerable incremento en el precio de los balanceados.

Al estar libres se alimentan de forrajes, vegetales y frutas, pero es imprescindible el uso de balanceados para compensar las calorías y obtener huevos de alta calidad. También se enfrentan a la inestabilidad en los precios de mercado que varían por temporadas, esta situación incluso ha generado el cierre de otras granjas de huevos camperos.

Ventas y consumo

Actualmente, este pequeño productor realiza visitas semanales a la capital del país para comercializar los huevos camperos con familias, pastelerías y restaurantes que apuestan por la producción a pequeña escala y nacional.

Referente a la relación de precio, explicó que el sistema de producción es mucho más costoso, por lo que el costo final resulta un poco más elevado frente a la producción industrial. Sin embargo, la diferencia se compensa con la calidad en sabor, color y tamaño de los productos.

“Hay gente que hoy en día prefiere los huevos camperos porque nota la diferencia”, afirma e invita a que todas las personas interesadas en conocer más acerca de este modelo productivo visite su granja. “Las puertas siempre están abiertas para que las personas vean que no es solo un mito de producción, sino una realidad”, finaliza Isaac Mongelós, quien es propietario de la granja Huevos La Camperita.