¿Cuánto cuesta enfermarse en Paraguay?

En Paraguay, la salud es la principal causa de endeudamiento personal. La precariedad del sistema público de salud está llevando a miles de paraguayos a contraer deudas para poder costear tratamientos médicos esenciales.

En Paraguay, la salud no solo es un derecho humano fundamental, sino también una causa creciente de endeudamiento personal. El informe “La deuda de la salud”, recientemente publicado por Amnistía Internacional, revela una preocupante realidad: La precariedad del sistema público de salud está llevando a miles de paraguayos a contraer deudas para poder costear tratamientos médicos esenciales.

En 2022, el 10% de los adultos en Paraguay habían solicitado préstamos para cubrir gastos médicos en el último año. Esta tendencia ha sido particularmente severa entre las mujeres, cuya tasa de endeudamiento por motivos de salud aumentó del 11% en 2017 al 15% en 2021, según datos del Banco Mundial citados en el informe.

Nuestro país se destaca negativamente en el contexto regional por su alto gasto de bolsillo en salud. En 2020, los paraguayos pagaron de su propio bolsillo aproximadamente un millón de guaraníes (USD 155) per cápita. Este gasto se debe a la falta de una inversión pública suficiente que garantice una cobertura sanitaria universal.

Imagen ilustrativa.

El PIB

El gobierno actualmente destina solo el 4% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la salud, muy por debajo del 6% recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta insuficiente asignación presupuestaria se refleja en que más del 70% de la población carece de seguro médico, dependiendo en gran medida de un sistema público saturado y con recursos limitados. Apenas el 19,6% de la población tiene acceso al Instituto de Previsión Social (IPS) y solo el 5,9% cuenta con seguro médico privado.

Las brechas de acceso al sistema de salud en nuestro país son profundas y desiguales, exacerbadas por una inversión insuficiente y una gestión ineficaz de los recursos disponibles. Según el informe de Amnistía Internacional, la desigualdad se manifiesta tanto territorialmente, con una concentración de infraestructuras en áreas urbanas, como poblacionalmente, con el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) recibiendo menos fondos por persona atendida en comparación con otras instituciones públicas.

Falta de recursos

Esta falta de recursos también se refleja en otros derechos relacionados, como la seguridad alimentaria y el acceso a agua y saneamiento. La inseguridad alimentaria es mayor en hogares con niños menores de cinco años y es más probable que las personas sin seguro de salud tengan acceso limitado a servicios básicos, lo que las expone a enfermedades.

Recientemente, el consejero de IPS, Aníbal de los Ríos, propuso que los nuevos asegurados con enfermedades preexistentes paguen más para cubrir el costo de sus tratamientos. Esta propuesta ha sido rechazada ampliamente por las asociaciones de asegurados, quienes argumentan que solo añadiría más presión a un sistema ya sobrecargado y forzaría a más personas a endeudarse para acceder a la atención médica necesaria.

Por su parte, Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional, enfatiza la necesidad urgente de fortalecer y humanizar el sistema de salud en Paraguay. “El sistema público de salud está fallándole a todas las personas en el país, y es particularmente duro con grupos habitualmente discriminados, quienes se enfrentan con múltiples barreras al intentar acceder a él”, afirma Piquer. “Las autoridades deben fortalecerlo y humanizarlo de manera urgente, a través de más y mejor inversión. El bienestar de más de 5 millones de personas depende de ello”.

Derecho a la salud y reformas fiscales

El derecho a la salud está reconocido internacionalmente y el Estado paraguayo tiene la obligación de garantizarlo sin discriminación. Esto implica adoptar todas las medidas necesarias para asegurar de forma gradual el acceso a los servicios de salud para toda la población.

El informe advierte que la tendencia de financiamiento del sistema público de salud en Paraguay es insostenible. Durante los últimos años, una tercera parte de la inversión en salud ha sido financiada mediante deuda pública. Para revertir esta situación, se propone implementar políticas fiscales progresivas que permitan una mayor y más justa recaudación de fondos públicos. Entre las posibles medidas se encuentra elevar la tasa del impuesto a la renta corporativa y fortalecer el combate a la evasión fiscal.

Paraguay se enfrenta a una crisis de salud pública que no solo pone en riesgo la vida y el bienestar de sus ciudadanos, sino que también los empuja a un espiral de endeudamiento. La falta de inversión suficiente y la gestión ineficaz de los recursos están en el centro de este problema. Es urgente que el gobierno tome medidas concretas para mejorar la financiación del sistema de salud y garantizar que todos los ciudadanos, sin discriminación, tengan acceso a una atención médica de calidad.

Recomendaciones desde Amnistía Internacional para abordar la crisis del sistema de salud en Paraguay:

Aumentar la inversión pública en salud: Cumplir con el mínimo recomendado del 6% del PIB para asegurar la cobertura universal.

Reforzar la atención primaria de salud: Asignar al menos un tercio de la inversión en salud, como recomienda la OPS.

Implementar políticas fiscales progresivas: Incrementar la tasa del impuesto a la renta corporativa y combatir la evasión fiscal para aumentar los recursos disponibles para la salud.

Garantizar la equidad en el acceso a la salud: Desarrollar políticas y programas específicos que aborden las necesidades de los grupos más vulnerables, incluyendo la eliminación de barreras discriminatorias.

Este llamado a la acción es vital para asegurar que el derecho a la salud no sea una promesa vacía, sino una realidad tangible para todos los paraguayos. La salud debe ser un derecho, no una carga financiera.