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Economía

Combustibles pasan factura a canasta básica

Imagen de referencia.

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Como era de esperarse, y aunque parte del empresariado vinculado al comercio y servicios traten de poner paños fríos, es inevitable: los precios de productos de la canasta básica en las góndolas están siendo remarcados a toda máquina por la suba del diésel, naftas y gas de uso doméstico en G. 500 en promedio por litro.

El ejemplo más patente está en el rubro de panificados, aunque desde este gremio habían señalado que los precios se mantendrían. El popular pan felipe, que estaba siendo comercializado entre G. 6.700 y 7.300, ahora cuesta hasta G. 8.800 en algunos supermercados.

En las panaderías tradicionales, sucede lo mismo, así como en casi todos los rubros alimenticios y de servicios; esto tiene que ver con que el costo del combustible tiene un fuerte precio en la estructura de fijación de precios de productos y servicios (por el flete), algo lógico y normal desde el punto de vista de cualquier negociante de modo a mantener sus márgenes.

El más débil

El que siempre termina pagando la factura es el consumidor final, quien de ahora en más deberá sacar nuevos trucos de la galera para llegar a fin de mes sin morir en el intento, a pesar de que para el Banco Central no existe inflación, nada más alejado de la realidad social, por cierto.

De hecho, el Banco Central del Paraguay (BCP) siempre fue “sospechoso” para medir la evolución de precios, teniendo en cuenta que es el rector de la política monetaria. En lenguaje “cristiano”, para la gente, esto significa que la misma institución que mide la inflación, fija un tope. O en otras palabras, actúa como juez y parte.

Ya veremos en los primeros días de abril, cuando se presenten las cifras oficiales de inflación, si esta vez se “dieron cuenta” que los precios en la vida real suben, al contrario de lo que registran sus fórmulas teóricas.

Una familia paraguaya tipo no consume más de 100 productos y servicios en el mes, pero para el cálculo oficial se agregan unos 400 ítems. La realidad es que entre el 60 y 70 por ciento del ya magro ingreso promedio del paraguayo es destinado al alquiler, movilidad y comunicación.

El salario mínimo legal (G. 2,6 millones) que hoy alcanza a apenas la mitad de la población ni siquiera alcanza para cubrir lo básico había reconocido el gobierno anterior a través del Instituto Nacional de Estadística, quien dio cuenta que se necesitan al menos G. 3 millones para cubrir “lo básico”. El paraguayo promedio está entre los de menor poder adquisitivo en toda Latinoamérica, a juzgar por el PIB per cápita, que básicamente es el mismo que hace 10 años.

Alivio

Un total de 150 productos de primera necesidad de la canasta básica, como fideo, arroz, harina, yerba, cocido, café, atún, sardina, aceite, extracto de tomate, mayonesa, ketchup, salsa de soja, gaseosa, cerveza, galletitas, magdalenas, postres (arroz con leche, flan), mermeladas y hasta las baterías desechables (pilas), entre muchos otros, sufrirán una reducción en sus precios de entre 20% y 40%, con motivo de la Semana Santa, que regirá entre el 23 y el 31 de marzo, prometieron desde el Gobierno Nacional.

Esta campaña de precios más bajos por los días santos se impulsa de manera conjunta entre el sector oficial y el privado, y cuenta con la adhesión de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), la Unión Industrial del Paraguay (UIP) y el Ministerio de Industria y Comercio.

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