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Economía

El exmonje que hace trajes a medida en Paraguay

Nicolpas Zaffora exitoso diseñador. Foto: La Nación de Argentina.

Nicolpas Zaffora exitoso diseñador. Foto: La Nación de Argentina.

La sastrería de excelencia tiene un público en el mundo, un segmento de alto poder adquisitivo que compra trajes hechos a medida.

La Argentina tiene un actor que juega en esa liga, es Nicolás Zaffora. En su local de Buenos Aires -donde, como es tradición, solo atiende con cita previa- trabajan siete sastres que hacen, en promedio, entre 150 y 170 trajes al año que llevan, sin incluir el tiempo entre prueba y prueba, 80 horas cada uno. Una parte de ese total va afuera.

“Escuchamos a los clientes que llegan con sus gustos, etapas nuevas o un evento del que tiene que participar -dice Zaffora a La Nación de Argentina. Siempre hay ciertas inseguridades, por eso escuchamos y traducimos eso en telas y prendas para que lo muestren de la forma en la que creemos que él o ella se ven. Construimos la moldería sobre el cuerpo, cosida a mano”.

A lo largo de la charla, cuenta que esa forma de trabajar es la que los sastres vienen haciendo “hace siglos”, desde antes incluso que la revolución industrial. Repasa que hace unos 150 años que el traje es tal cual “lo que se ve hoy”.

Aporta que en aquella época no existían otras prendas y entonces se lo usaba para todas las ocasiones. “Hoy se usa menos porque hay más opciones más apropiadas, pero es la que mejor impacto genera. Hay prendas más cómodas, más abrigadas, pero ninguna que de mejor imagen”, sintetiza.

“Logramos el calce perfecto, psicológica y físicamente; es un vestidor pensado, diseñado específicamente, es muy distinto a ir a comprar ‘lo que se encuentra’”, subraya Zaffora, quien también recalca que son prendas pensadas “por décadas más que por semestres; son de larga vida útil, es un sistema de sostenibilidad, tanto desde el consumo de energía humana como del hacer ropa que no queda guardada ni sin usar”.

Un traje a medida lleva unas 80 horas de trabajo. Foto: Gentileza.

Bespoke

El término “bespoke” que significa “sastrería a medida” fue acuñado en la calle londinense Savile Row, el lugar donde George Beau Brummell -el nombre de la moda inglesa en el siglo XIX- originó al “dandy”. Fue él quien organizó a los sastres. Desde entonces, “bespoke” es sinónimo de traje “hecho a mano y totalmente artesanal”.

En ese mercado hay tres escalas de precios, la primera es la de los negocios donde el sastre vive y atiende, y un traje cuesta entre USD 2.000 y USD 4.000; la segunda es la de donde varias generaciones vienen trabajando, de USD 4.000 a US D 8000 y la tercera, es la de aquellas empresas con tradición compradas por grandes cadenas, donde el precio es de hasta USD 12.000. Todo depende, detalla Zaffora, de branding de cada estructura.

Zaffora fue monje durante una década, entre los 18 y los 28 años. Fue en el monasterio donde aprendió a coser: “Mi superior me dijo ‘tenés que hacer los hábitos’, me puse a aprender. A los 28 años me voy del monasterio y decido ‘no estoy para obedecer más, tengo que ser dueño’. Lo que sabía hacer era coser, me pregunté ‘qué hago con ésto’ y decidí abrir una sastrería europea en Buenos Aires. Por supuesto, me llevó un tiempo”.

Respecto de cómo vende en el exterior, el sastre cuenta que hay diferentes formas. La más habitual es la de extranjeros que vienen al país por un tiempo y hacen todo el proceso; la otra es la de quienes encargan, la sastrería hace todo el proceso sin ellos y, cuando vienen (y faltan solo detalles), lo retiran. Una tercera es en la que Zaffora va donde está el cliente -Estados Unidos, Paraguay, Ecuador- lleva los muestrarios, toma el pedido y hace el traje allí.

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