Situación dispar en la siembra de soja y preocupación por la falta de lluvias

El avance en la siembra de soja en Paraguay presenta una imagen heterogénea en diferentes regiones agrícolas del país debido a las condiciones climáticas variables. Mientras que en el departamento de Alto Paraná, las lluvias dispersas están permitiendo que la siembra de soja continúe y beneficien a los cultivos en la etapa de germinación, en localidades de Caaguazú y San Pedro se han detenido las labores de plantación debido a la escasez de humedad en el suelo.

El ingeniero agrónomo Manuel Ocampos informó que en Caaguazú solo se registraron 5 milímetros de lluvia, lo que ha llevado a una situación crítica en la zona. “Hasta ahora, solo hemos logrado sembrar el 30% de la superficie, y hemos detenido la siembra debido a la baja humedad en el suelo, esperando desesperadamente la lluvia”, explicó. Además, advirtió que si las condiciones climáticas no mejoran durante el fin de semana, es probable que se enfrenten pérdidas significativas en las parcelas ya sembradas.

En San Pedro, el Instituto de Biotecnología Agrícola ha informado que las condiciones críticas en relación con las necesidades de agua para el cultivo de soja están predominando, exacerbando la preocupación de los agricultores.

Además de la falta de lluvia, los agricultores también están lidiando con el constante aumento de los costos de comercialización, conocidos como “premio”. Según Aurio Frighetto, un productor de Alto Paraná, estos costos se han disparado a unos USD 120 por tonelada, en comparación con los USD 50 por tonelada que solían manejarse. Esta alza en los costos se debe a varios factores, incluyendo el aumento en el precio del combustible, el costo de los insumos agrícolas y los costos portuarios, lo que ha llevado a una disminución en las ganancias de los productores.

La producción de soja se ha convertido en un pilar fundamental para la economía paraguaya, involucrando tanto a pequeños agricultores como a medianos y grandes productores en diversas regiones del país. La incertidumbre en torno a las condiciones climáticas y los costos crecientes plantean desafíos significativos para el sector agrícola, que sigue siendo una parte integral de la economía del país.