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Economía

Zafra sojera con recorte de USD 2.500 millones

Ilustración

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Luego de unos años marcados por todos los problemas que atravesó el país por la pandemia y aun sin superarla del todo, el 2022 parecía que podría ser el año que permitiría un verdadero repunte para la economía paraguaya, pero el revés generado por la sequía y su impacto tan negativo para toda la cadena agroindustrial llevó, junto a otros problemas regionales y globales, a que las perspectivas para este año ya no sean positivas.

La pérdida de entre el 60 % y 70 % de la producción potencial de soja, el principal cultivo del Paraguay, implica que dejarán de ingresar al país entre USD 2.500 y USD 3.000 millones, casi la tercera parte del valor total generado por la venta de bienes al exterior, como promedio de los últimos tres años, de acuerdo a la Cámara de Procesadores (Capro).

Este importante flujo de liquidez dejará de ingresar al país y derramarse, como habitualmente lo hace, en toda la cadena de valor agroindustrial, lo que definitivamente repercute en las actividades comerciales y de servicios relacionadas directa e indirectamente, afectando a todos los ciudadanos.

Los eslabones industriales de esta cadena, en particular la industria aceitera, son los únicos capaces de contrarrestar en cierta medida los efectos negativos de un evento como el que atraviesa nuestro país, ya que permite transformar materias primas agrícolas en productos de mayor valor, ingresando más divisas al país que las que hubieran ingresado por la exportación en estado natural.

Si consideramos la última estimación de cosecha de soja en toda la zafra, industrializar el 100 % de esta producción hubiera producido un ingreso adicional de casi US$ 600 millones si se compara con lo que podría generar la exportación del mismo volumen de granos.

Esta posibilidad podría ser incluso superior si ya hubiéramos tenido instalada la posibilidad de utilizar el régimen de admisión temporaria, aumentando incluso la cantidad de materia prima disponible para seguir agregando valor en el Paraguay.

De igual manera, esta herramienta o cualquier otra que permita aumentar la competitividad de la industria aceitera nacional tendrá un impacto positivo para el país, gracias a que se generarían más puestos de trabajo formales y de calidad si se consolida este eslabón de la cadena, y se podrá seguir avanzando para aumentar cada vez más el valor que se agrega a nuestros productos agrícolas.

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