Pandemia se hizo sentir en la billetera de clase media

La de por sí débil clase media paraguaya, cuyo estatus depende de un ingreso diario de G. 12. 000 según el parámetro utilizado por el Gobierno a base del Banco Mundial, sigue sintiendo los efectos de la pandemia Covid-19 en sus bolsillos.

De acuerdo a los datos oficiales que van saltando, el consumo familiar  no saldrá del modo supervivencia al menos hasta el 2021, esto si no llega una segunda oleada de Covid-19, algo no descartado teniendo en cuenta el relajamiento de los protocolos sanitarios. Para este año se prevé una caída de 4,6%, según los pronósticos del Banco Central.

El gasto de la familia tipo se concentra básicamente en alimentación y de poco movilidad; el sector de supermercados es uno de los poco que empatará el año. El consumo familiar está muy atado a la confianza de lo que pasará a corto plazo y en este sentido, el 50% de los trabajadores sigue temiendo perder el empleo y por ende, posterga nuevas deudas como compra de electrodómesticos, por citar un ejemplo.

La rápida reacción del ministerio de Salud para contener al virus  se trata de un éxito “frágil” y podría esfumarse muy pronto, con la relajación de las medidas sanitarias.

Según datos de la OIT, la tasa de ocupación tuvo una contracción interanual de 4,3 puntos porcentuales en el segundo trimestre del presente año, en comparación con el mismo periodo del 2019. Este indicador bajó desde un nivel del 65,9% a uno del 61,6%.

El mayor impacto se dio con las mujeres trabajadoras, pues en este segmento la contracción fue de 6,4 puntos porcentuales. Entre los hombres, el nivel de ocupación se redujo solamente en 2 puntos porcentuales.

Pese a ello, la tasa de desocupación solo aumentó de 7,4% a 7,6% en el mismo periodo, debido al movimiento masivo de la población económicamente activa hacia el estado de “inactividad”, principalmente la inactividad circunstancial debido a la pandemia (217.904 personas en el segundo trimestre de 2020).

Precios

De acuerdo a las perscpectivas del Banco Central, la menor demanda se seguirá reflejando también en los precios de productos y servicios que componen la canasta básica.

La meta de 4% de variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) será alcanzada recién en el tercer trimestre del 2022. Este vaticinio coincide con una economía que se irá recuperando gradualmente del impacto generado por la pandemia de Covid-19

Para el cierre del 2021, el BCP considera que la inflación será de 3,7%; mientras que para el 2020 corrigió la estimación de 1,2% a 1,6%, desde el IPoM anterior.

Este último resultado esperado continúa fuera inclusive del rango de 2% a 6% en que el Central deja fluctuar a la inflación, un fenómeno que se dará por primera vez desde que el país adoptó este esquema – en el 2011 –.

De esta manera, se acumularán cuatro años consecutivos de un nivel de inflación por debajo de la meta del BCP. En el 2018 y el 2019, este indicador ya se había ubicado en 3,2% y 2,8%, respectivamente.