Economía

¿Quién es y quién no es Emprendedor?

5 de noviembre de 2020 - 06:30

Emprende no es fácil, pero todo lo que vale la pena lleva esfuerzo y perseverancia. Foto: Archivo.

Antes era millonario quien tenía tierras, luego la tierra sin capital era inservible, pero hoy tierra y capital sin conocimiento no agregan valor, a esto se le suman la tecnología y la imperiosa necesidad de la innovación; por un lado, porque lo nuevo pronto se vuelve viejo, pero principalmente porque la metodología y procesos aportan margen de rentabilidad a través de la eficiencia de gestión, incluso de una manera más sostenible que el inalcanzable aumento de las ventas.

Emprendedor no es el desempleado que hace changas para sobrevivir y pagar sus cuentas mensuales, a esa persona le deberíamos dar un premio por resiliencia y valentía, en todo caso. Emprendedor es quien a través de un adecuado plan de negocios se fija metas, diseña un plan operativo de cómo alcanzar sus objetivos, desarrolla indicadores para evaluar sus avances, implementa metodologías y define a través de cálculos de cada etapa el monto de capital de inversión inicial y capital operativo que precisará, con determinación de origen de esos fondos y su grado de aplicación para impactar en el mejor rendimiento posible.

Menos poesía, más realidad

Apasionarse por el negocio es fundamental, principalmente porque no será todo color de rosas al principio, ni en el medio, ni al avanzar. Emprender implica asumir riesgos, retroceder y, muchas veces, tropezar para volver a levantarse y perseverar, pero comprendiendo que cada vez lastima no solo el corazón con la frustración, sino el bolsillo con los golpes al capital.

Tampoco debe confundirse capricho con perseverancia. No hay premio por intentar, caer y volver a intentar, eso sería “masoquismo financiero”, los problemas se deben resolver y asumir con estrategia los desafíos, pero también se precisa valentía para cortar las pérdidas y bajar cortinas, pues llega un momento en que ya es testarudez intentar imponer algo en un mercado que no quiere lo que se le ofrece.

Típicos errores que puede evitar un emprendedor desde el primer momento:

Costos y precios: Calcular los costos y aumentar un margen de utilidad, darse cuenta de que el precio en el mercado es bastante mayor y asumir que los demás “son muy careros”, pero cuando empezás a crecer y necesitás invertir en comprar un horno industrial, contratar a un ayudante al que tenes que pagar salario mínimo, más aguinaldo, más bonificación familiar, más IPS, tenés que entregar factura y pagar el IVA y el IR, entonces querés subir el precio pero tus clientes ya no quieren aceptar tus nuevos montos, entonces se debe bajar la calidad del producto y dejan de comprar. Consejo: Desde el primer momento, hay que asumir la calidad de la competencia como base mínima para la oferta al mercado y estructurar la oferta teniendo en cuenta que los clientes a largo plazo serán distintos a la familia y los amigos.

Salario: El negocio debe pagar salarios, honorarios y comisiones, independiente a que seas el dueño, ese costo debe estar incluido en los cálculos financieros. El monto que el negocio te pagará dependerá de las tareas y responsabilidades que vas a cumplir y debe ser acorde a precios del mercado para ese rol, no acorde a lo que vos necesitas para vivir, si otro te va a pagar más de lo que puede contratar tu negocio, entonces quizás te convenga esa oportunidad. Consejo: Calculá que el negocio debe pagar ese “salario” al gerente (como si fuera un contratado) y vos, como dueño, tenés que poner el capital necesario para que el negocio cumpla con todas sus responsabilidades.

Caja: Vos no podés usar el dinero del negocio y el negocio no puede usar tu bolsillo, son compartimientos separados y se deben cumplir los procesos que tendrías con cualquier extraño. Consejo: Asumir que “alguien” le ha prestado dinero al negocio y vos sos el administrador de dinero ajeno.

Cuentas: Contar con cuentas bancarias separadas te ayudará a organizar de manera más ordenada y transparente lo que se relaciona con el negocio y lo que se trata de tu familia. Consejo: Si desde el primer día de tu negocio ya manejas las cuentas por separado, te será más fácil controlar las desviaciones y corregir los procesos, facturación, costos y margen.

Plazos: Arrancar con un plan operativo te ayudará a fijar micro y macro metas a corto, mediano y largo plazo. Consejo: Intentar tener todo bajo control antes de arrancar va a significar no hacerlo nunca, identifica parámetros que te permitan cierta flexibilidad y que puedas introducir cambios de manera rápida y oportuna. Lo perfecto es enemigo de lo bueno.

Capital: El capital de inversión es el que se relaciona con lo indispensable para arrancar tu negocio, pero quizás pasen unos meses desde ese momento hasta que las ventas sean capaces de pagar todos los costos, calcular cuanto tiempo vas a tener que seguir poniendo dinero para los gastos y costos relacionados a su funcionamiento, te permitirá determinar el monto de capital operativo que vas a precisar. Consejo: Identificar el plazo prudencial para que el negocio llegue al punto de equilibrio, te permitirá también dimensionar el tamaño de capital inicial con el que contas para arrancar. Que no sea que hagas una gran inversión (vehículo lujoso) que luego no puedas mantener (combustible, seguro y mantenimiento). Muchas veces es mejor empezar modesto e ir creciendo sostenidamente.

Forma jurídica: Evaluar si tu negocio va a nacer y permanecer con un tamaño, o si al fortalecerse va a requerir captar capital de socios capitalistas, o si va a tener sucursales, o si podrá escalar a través de franquicias, modelo online o con agencias, todo ello te ayudará a plantear la forma jurídica que debería tener desde su nacimiento. Consejo: Infórmate sobre las diferencias entre las EAS, SRL, SA y unipersonal antes de definir la forma jurídica, no siempre es el capital el determinante para que cuentes con un traje a la medida de tus necesidades.

Formalidad: La posibilidad de acceder a préstamos con condiciones favorables (plazo y tasa de interés), o la oportunidad de contar con socios capitalistas, o que los proveedores puedan ofrecerte plazos para calzar con tus ventas, contiene la exigencia de que seas formal y transparente. Consejo: Es más barato pagar los impuestos y cargas sociales, que asumir préstamos caros por la incapacidad de demostrar claramente tus niveles de facturación, margen de rentabilidad y liquidez del flujo de caja.

Todos tenemos sueños, algunos afortunados tanto saben lo que les apasiona que está a flor de piel la decisión, y otros deberán buscar un poco más dentro de sí mismos para identificar lo que los motiva y les permite sentir una gran satisfacción. Esa pasión por lo que hacemos, hace que el trabajo sea un placer y nos dé beneficios no solo económicos sino del disfrute emocional. Para algunos será la mecánica, para otros la química o el comercio, la arquitectura o la carpintería, así como para mí son las finanzas.

Pero independiente a lo que nos gusta hacer, tenemos que descubrir sinceramente, si además somos hábiles haciendo eso que nos encanta y somos mejores en esa habilidad que los demás. Ese talento que te destaca entre los demás, es la que ganancia monetaria y emocional. Si reconocemos en qué tenemos habilidad, podremos estudiar durante horas lo que nos apasiona y si lo hacemos estaremos mejor capacitados que el resto, por lo tanto, seremos extraordinariamente buenos en lo que nos gusta hacer.

Una vez que podamos identificar claramente las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, así como la proyección de ingresos y egresos, podemos avanzar en la implementación del proyecto. ¿Implica riesgos emprender?, claro que sí, pero en la vida lo que en realidad vale la pena implica riesgos, disciplina, perseverancia, esfuerzo y trabajo.