Disparada de precios enciende la indignación ciudadana

POR Alfredo Schramm

@elediTHOR

La amenaza de un octavo reajuste en los precios de carburantes derivados del petróleo, en menos de 10 meses, terminó por encender la mecha de la indignación ciudadana, especialmente de la débil clase media paraguaya que está viendo esfumarse sus escasos ingresos por la inflación galopante que se registra en el país.

En medio de esta escalada inflacionaria que afecta a prácticamente todos los rubros de la canasta básica familiar, hubo una reducción insignificante para los consumidores en diciembre pasado de algunos tipos de combustibles.

El descontento es cada vez más creciente y va camino a un estallido social, teniendo en cuenta que la economía real está congelada y para este año ya se pronostica un sombrío panorama nuevamente.

Los analistas del banco Itaú, por ejemplo, que en principio proyectaron un crecimiento en el orden del 4 % para este año, ya a  principios de enero pincharon el globo de crecimiento a 0,5 % , y hace semanas, un nuevo análisis arrojó una previsión de caída de 1,7 %.

De concretarse, sería el cuarto año de estancamiento económico, debido a lo que los economistas ya denominan la “tormenta perfecta”, alimentada por sequías, los catastróficos efectos que dejó la pandemia, el comportamiento nefasto de los mercados internacionales  y la falta de diversificación de la economía interna, muy agrodependiente  y con derrame muy limitado en cuanto a generación de empleos genuinos.

El Gobierno, que mantiene su proyección en 4 %, ya abrió también el paraguas al adelantar que en abril afinará sus cálculos.

A pesar de todo, las inversiones se siguen desarrollando y Paraguay mantiene el mejor clima de negocios, de acuerdo a la prestigiosa Fundación Getúlio Vargas, de Brasil. Sin embargo, la mirada positiva de organismos y agencias internacionales de riesgo país prácticamente no se reflejan en las calles vacías y negocios que van a la quiebra.

Un indicador palpable de la crisis es la caída de ventas de los supermercados en el orden del 5 %, según la cámara que los nuclea, la CAPASU.  Para el Gobierno, sin embargo, la caída no es tal, aunque reconoce que la facturación de los súper está prácticamente estancada.

El levantamiento

¡Que se acaben los privilegios en Paraguay! Cero cupo de combustibles para funcionarios públicos y autoridades del gobierno. ¡Que el gobierno haga algo por el pueblo! pic.twitter.com/R5rTgJmHEb

— Rodrigo Aguero (@Rodriaguero) March 10, 2022

Volviendo al tema del encarecimiento de entre 40 % y 47 % interanual que arrastran los precios de los combustibles, dependiendo del tipo y emblema, semanas atrás saltaron las primeras chispas de hartazgo ciudadano cuando pobladores de Itauguá se manifestaron a bocinazos contra las subas. Ayer se levantaron los automovilistas  de Asunción cortando arterias estratégicas de la capital para dar a conocer su descontento.

La iniciativa ciudadana cobró fuerza gracias al impulso de los sectores más afectados como fleteros, taxistas y deliveries. También se pide la eliminación del cupo de combustible de G. 3,5 millones mensuales para parlamentarios”.

Mientras tanto, el sector privado insiste en una nueva suba, siempre con el argumento de la disparada de los precios internacionales, situación que se agravó tras el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Vale recordar que Rusia es uno de los principales productores globales de crudo.

Finalmente, al parecer la clase política -hoy más preocupada en riñas internas partidarias que poco y nada benefician a la población, sino todo lo contrario-, acusó recibo de la creciente presión que vienen sufriendo las finanzas de los paraguayos, que solo en los últimos 12 meses, perdieron 9,3 % de poder adquisitivo.

En el Parlamento se estudia la posibilidad de una reducción de precios de los carburantes mediante recorte o eliminación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que pagan los combustibles, lo cual implicaría un recorte de USD 400 millones en recaudaciones, muy mal visto por el Tesoro.

Sobre el punto, el exminsitro de Hacienda, César Barreto, señala que “no es posible ni razonable eliminar el impuesto selectivo a los combustibles. Generará un agujero de casi 400 millones de dólares en las finanzas públicas. Poner un tope al monto tomando como referencia un precio de USD 80 el  barril de petróleo sería más sensato”.

César Barreto, exministro de Hacienda. Cortesía BM online

Qué hace el Ejecutivo

Desde el Ejecutivo, por su parte, se postergó la reducción del ISC, al menos hasta finales de este mes, mientras se gana tiempo para analizar otras alternativas que frenen la espiral inflacionaria. Con esta estrategia también evitó un reajuste en el boleto del transporte público que de concretarse sería catastrófico para la ya golpeada imagen del oficialismo y sus planes electorales.

El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, ordenó a su equipo económico, encabezado por el titular de Hacienda, Oscar Llamosas, buscar soluciones para evitar que los precios sigan subiendo y así esquivar daños políticos colaterales.

La agencia de comunicación oficial del Gobierno informó también que el viceministro de Tributación, Oscar Orué, se reunirá con referentes del sector de emblemas y combustibles para discutir el proyecto de ley que pretende crear el Fondo de Estabilización de los Combustibles.

Entre paréntesis, grandes imperios y conglomerados privados se fortalecieron desde que el sector juega prácticamente con arco libre, con el argumento del libre mercado con casi nula intervención estatal.

Orué informó que el Equipo Económico Nacional avanza en la posibilidad de crear un Fondo de Estabilización de los Combustibles que será financiado con recursos económicos de Petróleos Paraguayos (Petropar S.A.). “Es un proyecto que se está redactando, que se está trabajando, todavía no hay definición. Hoy (por ayer) el equipo de economía se va a reunir con los privados para discutir el proyecto y ver si hay algunas modificaciones, por ello no podemos entrar en la precisión o detalles”, refirió.

Adelantó que el proyecto tiene la intención de que haya “una especie de subsidio que sea temporal, de acuerdo a los picos de la suba internacional. Que el golpe de los precios internacionales no vaya directamente al consumidor final, que el precio no aumente tanto y eso no perjudique la economía en general”, explicó a la 730 AM.

Petropar como jugador clave

Respecto al financiamiento del fondo, el viceministro de Economía, Iván Haas, indicó que, en principio, se requerirán unos 100 millones de dólares que servirán como eje de capitalización inicial del fondo.

“La idea es que después el fondo pueda recuperar esto en época de bajos precios del petróleo y también que pueda hacer inversiones y todo lo que hace un fondo propiamente”, explicó.

Añadió que en la implementación del fondo en momentos de gran fluctuación del precio de los combustibles, la petrolera estatal Petropar va a ser “un jugador clave”, ya que tiene una capacidad de almacenamiento muy grande y es capaz de proveer a todos los emblemas, marcando un rango de precio en favor del consumidor final.

Además de este plan, el Gobierno está reviendo su relación diplomática con Venezuela de modo a buscar mejores precios. De hecho, incluso el Gobierno de Estados Unidos se está acercando a Maduro.

Vale recordar que Paraguay arrastra una deuda pendiente de casi USD 300 millones con la petrolera estatal venezolana, PDVSA, ya desde tiempos del Gobierno de Nicanor Duarte Frutos, y que los sucesivos gobiernos no terminaron de poner un punto final.

Los alimentos

Otro tema de gran preocupación en la economía familiar es el encarecimiento continuo de los alimentos en general del 20 % y de algunos cortes de carne vacuna 40 % en términos interanuales, respectivamente.

Las quejas en redes sociales no paran de aumentar y reflejan que el dinero ya no alcanza para llegar a fin de mes. Desde el Banco Central del Paraguay vienen aplicando una agresiva política de suba de intereses, que tiene efectos, sí, pero limitados porque la actual escalada de precios viene por el lado de la oferta-demanda (externa e interna) y no por el lado netamente monetario.

Un efecto colateral de esta política es el encarecimiento del dinero; es decir, las tasas de los créditos también se reajustaron.

Los precios de las materias primas no paran de escalar, a lo que hay que sumar el efecto sequía que mermó la oferta frutihortícola. Algunos analistas esperaban que con la suspensión de las exportaciones cárnicas a Rusia baje la presión sobre los precios internos, una proyección no cumplida hasta el momento.

© MarketData

Los cortes de primera siguen por encima de G. 40 mil el kilogramo, la carne de pollo también sufrió un fuerte incremento, así como insumos básicos como los derivados del trigo y otros cereales.

El 70 % del peso de la inflación interanual de 9,3 % es efecto directo de la suba de combustibles y alimentos. En junio se debe rever el salario mínimo, aunque la ley establece la posibilidad de un análisis si las condiciones lo ameritan.