Era Biden: empieza un tiempo nuevo para el mundo

El demócrata Joe Biden asume hoy la presidencia de Estados Unidos en Washington, en una ceremonia que no contará con la presencia del mandatario saliente, el republicano Donald Trump, y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, luego de los episodios de violencia vividos el 6 de enero en el Capitolio, el principal símbolo de la democracia estadounidense.

Biden encuentra un escenario complejo, crispado, tanto nacional como internacionalmente. Como apuntó hace unas semanas Rick Gladstone, analista político del New York Times, “las relaciones entre Estados Unidos con China son las peores desde que los países normalizaron sus lazos hace cuatro décadas; los aliados de Estados Unidos en Europa están alienados; el tratado más importante contra la proliferación nuclear con Rusia está a punto de expirar; Irán acumula combustible nuclear enriquecido de nuevo y Corea del Norte blande su arsenal atómico. Sin mencionar el calentamiento global, las crisis de refugiados y las hambrunas que se avecinan en algunos de los lugares más pobres de la tierra, todo ello amplificado por la pandemia”.

Como bien señala, Biden hereda un panorama lleno de desafíos y mala voluntad hacia el país como resultado de la política exterior de Donald Trump, debido a “su imprevisibilidad, su acogida a los líderes autócratas y su resistencia a la cooperación internacional”. En su opinión, Biden podría tener resistencias en “gobiernos que esperaban la reelección de Trump, en particular Israel y Arabia Saudita, que comparten la profunda antipatía del presidente hacia Irán”.

Según concluyen diversos analistas políticos y económicos del país, gran parte de los esfuerzos de los primeros 100 días del gobierno de Biden estarán dirigidos a mitigar el impacto social y económico de la pandemia de Covid-19.

“No puedes manejar una crisis económica mientras no hayas derrotado la pandemia”, había dicho el ahora presidente durante su campaña electoral. El mandatario entrante tiene a su favor el control por parte del Partido Demócrata de la Cámara de Representantes (Diputados) y también una estrecha mayoría en el Senado, que le permite un interesante margen de maniobra para su agenda legislativa.

Biden tiene pensado estrenarse en el gobierno con un plan de US$ 1,9 billones, destinado a estimular la economía con pago directo a las familias afectadas por la pandemia, y apoyo a las pequeñas empresas, así como para ampliar la campaña de vacunación contra el coronavirus, que ha provocado cerca de 400.000 muertes en el país.

Aumentar impuestos y salarios

Según la reportera especializada en Negocios de la BBC de Londres, Natalie Sherman, algunos de los cambios que Biden tiene en la mira, incluyen aumento del gasto público durante el tiempo de la pandemia, aumento del salario mínimo y de los impuestos, y la inversión de billones de dólares en infraestructura amigable con el medioambiente.

Uno de los legados de la presidencia de Donald Trump es una histórica rebaja impositiva, resistida por manifestantes a favor de que los ricos paguen más impuestos. Foto: BBC News.

Desde que fue electo, en noviembre de 2020, Biden puso en el centro de sus planes llevar alivio económico a quienes han sido los más afectados por la crisis desencadena por el Covid-19. Hace unos días, el mandatario entrante anunció la propuesta de estímulo económico, con pagos directos de US$1.400 por familia. El plan también contempla U$S 415.000 millones para impulsar la aplicación de la vacuna contra el coronavirus, así como U$S 440.000 millones para las pequeñas empresas.

Su propuesta también busca ampliar los beneficios por desempleo y destinar U$S 70.000 millones para las pruebas de Covid-19 y la distribución de vacunas.

En opinión de analistas de Wall Street, como los de Goldman Sachs, los republicanos no serán fáciles de domesticar por parte de los demócratas, y ya están recortando el fondo estímulo de Biden en U$S 750.000 millones. “Eso, al menos, debería ser más fácil de lograr”, señaló Chris Low, economista jefe de FHN Financial.

Biden también abogó por un salario mínimo de U$S 15 la hora, y pese a que nunca habló de aumentar los impuestos, afirmó que iba llegando la hora que “las corporaciones y los de arriba paguen su parte justa”. “Es lo correcto para nuestra economía; lo justo y lo decente”, argumentó.

Sin embargo, los analistas calculan que incluso con mayorías demócratas en el Congreso, no es seguro que la reforma tributaria se haga realidad en el corto plazo, por cuanto requiere consensuar con los republicanos.

Jason Furman, profesor de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard y asesor económico del ex presidente Barack Obama, cree que algunos aumentos siguen siendo posibles.

“El presidente Biden solo podrá obtener una fracción de lo que pide, porque no puede hacer más de lo que quiere el senador demócrata más moderado”, argumentó Furman, según publica la BBC.  “Creo que obtendrá algunos aumentos de impuestos para los hogares y corporaciones de altos ingresos, pero no una gran cantidad”, agregó.

Medioambiente

Durante su campaña, el mandatario entrante se comprometió a impulsar la economía estadounidense con inversiones masivas en infraestructura, poniendo énfasis en obras e amigables con el medio ambiente, como estaciones de carga para vehículos eléctricos. “Imagínese confrontar la crisis climática con empleos e ingenio estadounidenses liderando el mundo”, había dicho.

“Sé que no es barato, pero no hacerlo nos costará caro”, agregó. Dijo que al fortalecer la economía estadounidense, tales inversiones ayudarían a manejar la creciente deuda nacional de Estados Unidos, que alcanza la friolera del 130% del PIB.

“Los primeros años, la administración Biden va a pasar mucho tiempo tratando de establecer cuál es la posición política correcta”, señaló la economista Pippa Malmgren, quien trabajó con el gobierno de George W. Bush.

Se espera asimismo que ni bien asuma el cargo este miércoles, el nuevo mandatario firme una serie de decretos para revertir diversas medidas tomadas por su antecesor Trump, como los vetos migratorios y la vuelta al Acuerdo de París, sobre el cambio climático; la reunión de las familias que fueron separadas en la frontera con México, y el uso obligatorio de mascarillas contra el coronavirus.

Los planes para América Latina

Joe Biden planea liderar el repudio al legado político de Trump en la región y tratará de volver a implementar las iniciativas del gobierno de Barack Obama.

En sus últimos años, cuando el gobierno estaba acosado por el arsenal nuclear de Corea del Norte, la beligerancia de Rusia en Ucrania y las guerras en el Medio Oriente, Biden decidió ocuparse de un asunto más cercano: la violencia y la pobreza que ocasionaban que multitudes de migrantes —muchos de ellos niños— huyeran de Centroamérica.

Era un problema difícil, pero Estados Unidos podía resolverlo, escribió en sus memorias Promise Me, Dad.

Biden en Guatemala en 2015, después de una reunión con líderes centroamericanos para tratar el tema de la ola de niños inmigrantes que van a Estados Unidos. Foto: The New York Time.

Biden, el “solucionador” de problemas del gobierno de Estados Unidos para América Latina, acumuló miles de kilómetros en viajes a esa región y pasó incontables horas cultivando relaciones con los líderes centroamericanos. También ayudó a convencer al Congreso estadounidense de que aprobara un paquete de ayuda de 750 millones de dólares.

Se cree que, con respecto a Cuba, retomará la política aperturista de Obama. Por otra parte, algunos analistas avizoran momentos difíciles para Maduro en Venezuela, ya que consideran que bien podría pasarse de la retórica de amenazas de la era Trump a una acción política más pragmática.

Fuente: Base de texto BBC News.