Del Hércules a disputar el Sudamericano Sub-20

Ezequiel González estaba de vacaciones en Paraguay. Llegó desde España para disfrutar la Navidad y el Año Nuevo en familia, con la tranquilidad de saber que el Hércules, donde juega, le había dado el permiso para tomarse un descanso. Pero el fútbol no entiende de pausas. El viernes por la mañana recibió un sorpresivo llamado. Era el cuerpo técnico de la selección paraguaya sub-20: lo querían esa misma tarde.

“Fue algo inesperado”, dice Ezequiel. “Nos quedamos en shock, mi familia y yo. Fue todo muy rápido, pero poco a poco estoy cayendo en la realidad y entendiendo la oportunidad increíble que tengo”, confiesa en una entrevista con El Nacional.

A sus 17 años, este joven paraguayo ya sabe lo que es tomar decisiones difíciles y adaptarse a nuevos entornos. Hace 1 año llegó al Hércules y desde entonces no ha parado de aprender. “Desde que llegué mejoré mucho en tres aspectos clave: la definición, el contacto físico y el juego en espacios cortos”, cuenta.

Ezequiel explica cómo los campos pequeños y sintéticos de las inferiores en España lo obligaron a adaptarse rápidamente. “La mayoría de las veces, en las divisiones inferiores se juega en césped sintético y campos pequeños. Hay pocos equipos que tienen campos grandes o reglamentarios, los demás son campos pequeños. Eso te obliga a tener que buscar una forma de sobrevivir dentro del partido”.

A pesar de su corta edad, Ezequiel tiene claro cómo quiere avanzar. No sueña con atajos ni gloria instantánea. “Mi sueño es jugar en la Premier League y en la selección mayor, pero creo en los objetivos a corto plazo. Para llegar lejos hay que crecer día a día, sin apuro, sin saltar etapas. Escuchar a la gente que tiene experiencia y absorber todo lo que te puedan enseñar. El proceso es lo que te lleva a grandes puertos”.

Su consejo para los jóvenes que sueñan con jugar en el extranjero: “Que sean valientes. Es difícil dejar atrás a los amigos, la familia, las costumbres, pero es parte de la carrera futbolística. Lo importante es animarse a dar el salto. Mejor intentar que quedarse con la duda de qué pudo pasar. Cuando lográs cosas estando en una posición complicada, tiene un sabor muy dulce. Es distinto a lograr algo cuando estás en tu zona de confort o cuando tenés todo. Es una demostración de valentía que uno tiene”.