Periodista uruguayo justifica empate contra Paraguay

Alberto Pérez tenía todo listo. En su cabeza, Uruguay le ganaba fácil a Paraguay y su análisis ya estaba escrito antes del partido. Pero el fútbol, caprichoso como siempre, le cambió el guion. Con el 0-0 final, Pérez no narró un empate; lo justificó.

“Uruguay jugó mal”, comenzó diciendo, casi como un escudo para protegerse de sus palabras previas. Enumeró, una por una, las bajas uruguayas: Darwin Núñez, Rodrigo Bentancur, Giorgian De Arrascaeta. Para él, el empate no fue mérito de Paraguay.

Mientras Pérez hablaba, se notaba la irritación. Había dicho que Paraguay no tenía chances, y ahora explicaba cómo el empate era casi una derrota maquillada. “Ocho o nueve bajas”, repetía como si las ausencias justificaran la falta de goles.

De la Albirroja, apenas una mención a su “papel digno”. Para Pérez, Paraguay sólo defendió y aguantó. Los remates de Julio Enciso y Diego Gómez que pegaron en el palo, más las intervenciones del arquero Sergio Rochet, fueron detalles, incidentes menores en su narrativa. El empate no se celebraba; se explicaba, se excusaba.

No se detuvo ahí. Comparó a este Paraguay con el del 2011, al que Uruguay “bailó” en la final de la Copa América. Una forma de decir que este empate no valía nada, que era sólo otro capítulo menor en la historia celeste. Un partido atípico, nada más.

El periodista charrúa cerró con un “no ganaron acá”, como si ese fuera el consuelo final. Intentó construir su relato sobre las ausencias uruguayas y las fallas ajenas.

Alberto Pérez justificó el empate con el entusiasmo de quien pierde una apuesta y culpa al clima. En su mente, Uruguay seguía siendo superior, sólo que esta vez las circunstancias no acompañaron. Los periodistas que se reían de Arzamendia y de Daniel Rivas, ahora torcían el gesto. Los mismos que decían que Paraguay venía a ser un mero espectador, ahora cambiaban el discurso. Los micrófonos enmudecieron.