Palermo y el cartel de Milagros

Hay historias que sólo ocurren en el fútbol. Historias que se dibujan con marcador sobre un pedazo de cartulina y que, con un poco de suerte, llegan hasta un corazón gigante como el de Martín Palermo. Porque ahí estaba él, el Titán, listo para dar una lección de esas que no se enseñan en las aulas de una escuela ni de ningún instituto.

El domingo, en el estadio Villa Alegre de Encarnación, Olimpia ganó su partido ante Sportivo 2 de Mayo, pero la verdadera ganadora fue Milagros, una niña con un cartel y una misión. Escribió un tierno mensaje: “Palermo, te amo. No hice mi tarea sólo por venir a verte”. Lo sostenía como quien sostiene una bandera en medio de una batalla. Y el destino quiso que ese cartel llegara hasta las manos del argentino.

Martín, que ha visto de todo en su carrera, desde goles inolvidables hasta derrotas dolorosas, entendió que había algo especial en ese cartel. No lo dejó pasar. Agarró su teléfono, se puso en modo de maestro sustituto y, con toda la autoridad de un ídolo, escribió: “Profe de Milagros: tenga consideración de su alumna por esta vez”. La publicación, junto a la foto del cartel, se volvió viral en un abrir y cerrar de ojos.

Ese mensaje recorrió internet como un gol en el último minuto. Porque, al final, en una cancha se juegan muchas cosas más que un partido. Se juega el amor por unos colores, por un ídolo, y por qué no, por una historia que te haga sonreír.