Aryna Sabalenka retiene su corona en Australian Open

El Abierto de Australia es territorio Aryna Sabalenka. Abrió su palmarés de Grand Slam en 2023, lo extendió en 2024. Doble campeona. La primera mujer que revalida corona de un año a otro en Melbourne Park tras la también bielorrusa Victoria Azarenka, la mejor en 2012 y 2013.

A sus 25 años continuará siendo la número dos del mundo en el ranking, pero ya pasó por el primer puesto y amenaza con recuperarlo a costa de la polaca Iga Swiatek. Esta Sabalenka madurada a base de expertos en psicología y biomecánica, ha encontrado la estabilidad rodeada de un equipo tan fiel que hasta su preparador físico ha aceptado que su calva llevara la firma de su pupila en cada partido de este torneo, como un ritual que se mantuvo al funcionar el primer día.

Cómoda, segura, desplegando su enorme potencial, de tiros que desbordan sin piedad, Aryna Sabalenka revalidó hegemonía en el Open de Australia sin ceder un set. Ha ganado 28 de los 29 partidos disputados para el doblete.

En su tercera final de Grand Slam (perdió la del US Open 2023 ante Coco Gauff) desbordó a la novata china Qinwen Zheng, 21 años y número 15 mundial, 6-3 y 6-2 en 1 hora y 16 minutos.

Sabalenka ha ido barriendo rivales para sumar su 14º título profesional, engordar sus ganancias económicas con 3.150.000 dólares australianos y posicionarse como una de las grandes del momento.

Salió decidida a enseñar los galones a la asiática establecida en Barcelona y entrenada por el exjugador Pere Riba, que este lunes se estrenará en el top-10 como séptima del mundo. Excelente progresión de la llamada a suceder a Na Li, pero no toleró la presión, ya enorme por la trascendencia de la cita.

La bielorrusa rompió el saque de su rival de entrada, en blanco. Un trampolín para la campeona, un poco más de lastre en la mochila de Zheng, que salvó con el saque (reina de aces del torneo) 3 puntos de set con 2-5, pero acabó cediendo 3-6.

De los nervios de la china, las tres dobles faltas que significaron que volviera a ir a remolque en la segunda manga. Demasiada ventaja para una Sabalenka que desde el comienzo del evento exhibió un cambio más de velocidad que el resto.

La doble campeona sólo sufrió, como mortal que es, el vértigo de cerrar un Grand Slam. Ni con la experiencia anterior se libró del mal de la campeona. En el último juego desperdició cuatro bolas de match, desde un 40-0. Hasta tuvo que remontar bola de break para no entregar su saque por primera vez. Se aceleró un tanto, de las ganas de acabar, pero lo acabó solucionando después de liberarse con un grito que resonó en toda Australia.

Zheng asomó en una parte del cuadro plagada de sorpresas, sin tomar el pulso a una de las favoritas hasta que se vio en su primera gran final. Por condiciones, mucho futuro por delante.

Fuente: Mundo Deportivo.