Djokovic gana el Roland Garros y es el tenista con más Grand Slams

Novak Djokovic disfrutó un día de felicidad plena. Difícil pedirle más a la vida cuando desde niño has soñado poder dedicarte a tu pasión, el tenis. Viendo a los ídolos te has atrevido incluso a imaginar que algún día serías un campeón. Por mucho que pensara cuando empuñaba la raqueta en su Belgrado natal, antes del conflicto bélico del que tuvo que huir hacia Italia siendo un adolescente, por su cabeza no pudo pasar una jornada como ésta de un 11 de junio de 2023 en París.

En la tierra de Rafa Nadal experimentó la plenitud, convirtiéndose por vez primera en el tenista masculino con más títulos individuales de Grand Slam, la categoría que separa a las leyendas de los grandes y buenos jugadores. A sus 36 años Novak Djokovic sumó el 23º de un palmarés que abrió con el Open de Australia 2008, quince temporadas atrás.

Sin el rey de Roland Garros en concurso, ‘Nole’ firmó un muy valioso triplete. El mejor en 2018 y 2021, sucedió al balear, también como campeón más veterano, por veinte días, batiendo a la última víctima de éste, además de tenista de su academia en Manacor, el noruego Casper Ruud. Para la estadística, 7-6 (7-2), 6-3 y 7-5 en 3h.13′. Djokovic se tumbó sobre la arcilla para saborear su hazaña. Tardó en minutos en abrazarse con los suyos en la grada e ir a por un chándal con el 23 estampado en el mismo.

Djokovic dejó atrás los 22 ‘grandes’ de Rafa Nadal, se separó un poco más del retirado Roger Federer (20). Batió el récord siendo el octavo hombre de la historia con tres o más Copas de los Mosqueteros en la capital francesa.

Una conquista abrumadora, adornada con la recuperación del número uno mundial, que arrebata a Carlos Alcaraz, presa de los calambres en la semifinal que realmente desequilibró la competición a favor de Novak Djokovic.

Casper Ruud, por mucho que repitiese final en Roland Garros, disputase la tercera de Grand Slam incluyendo el US Open 2022, pertenece a la categoría de los humanos del tenis. De 24 años y nº 4 mundial, es un excepcional profesional, riguroso explotando su saque y derecha, pero con las limitaciones que no conoce miembro alguno del ‘Big 3’. Ha cedido en sus cinco citas con Djokovic, no ha arañado ni un set de once disputados.

Era una lucha de Djokovic consigo mismo. En otras ocasiones había sucumbido a la grandeza del momento, tal fue el caso de su primera final en Roland Garros, cuando chocó contra Stan Wawrinka una vez había eliminado a Nadal, en 2015. O aquella final del US Open 2021, barrido por Daniil Medvedev.

A esas vivencias deportivas une episodios raros como la descalificación en Nueva York o la deportación de Australia, en plena pandemia de coronavirus. No se vacunó, aun perdiéndose muchos eventos. A su manera se ha ido tomando la revancha. Son 21 partidos ganados consecutivamente en Grand Slam, sin fallo desde que cayera en cuartos de Roland Garros 2022 ante Nadal. Mantuvo su poder en Wimbledon con el séptimo, recuperó la hegemonía con el décimo en Melbourne, tiene un tercero trascendente en Roland Garros y mantiene el contador en marcha.

Pasó nervios, muchos, en el primer set. Los dos smash fallados revelaron su intranquilidad. También el 1-4. Necesitaba lío para ir adaptándose a la necesidad del momento, no dejarse llevar por el bochorno meteorológico. Una caída por aquí, una protesta al árbitro por allá, un gesto encendiendo al público y un Ruud menos fiero cuando tomaba la responsabilidad de ir por delante en el marcador.

Llegó el ‘tiebreak’, no falló una Djokovic. Presión despejada, tenis afilado, a por la sentencia ante un oponente inferior. La ocasión histórica era única. Se la trabajó el balcánico, un superdotado con una capacidad única para captar adeptos y crítico. Un personaje singular que esta vez contó con el apoyo explícito del mítico ex quarterback de la NFL Tom Brady, incrustado en el equipo y los familiares del serbio.

Por números ahora mismo Novak Djokovic es el mejor de siempre, aunque sobre si es también el más grande habría un encendido debate por la huella que dejó Roger Federer y la llama encendida por Rafa Nadal, que pasó incluso por el quirófano para mantenerla viva.

Una época del tenis apasionante también en sus coletazos finales. Djokovic se hizo con el trofeo, un talón por 2.300.000 euros y un pedazo más de gloria eterna. Mira a Wimbledon, a la opción de completar el Grand Slam en una misma temporada. Tiene 23 ‘grandes’, como Serena Williams y a uno de Margaret Court, 94 títulos profesionales. Impresionante. Un elegido. Así lo presenciaron en vivo Kylian Mbappé, Ibrahimovic, Mike Tyson o Hugh Grant. Para entregar el trofeo, el último héroe francés, Yannick Noah.

Fuente: Mundo Deportivo.