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Real Madrid conquista la Copa del Rey y ya piensa en Manchester City

Foto: @realmadrid.

Foto: @realmadrid.

El Real Madrid ganó la Copa del Rey. Se cumplió lo que decía la lógica, pero la realidad dijo que al equipo blanco le costó vencer a Osasuna, que hizo una grandísima final. Un partido en el que Rodrygo fue el gran protagonista con un doblete que le sirvió al Real Madrid para ganar la Copa y afrontar con cierto colchón anímico la ida de las semifinales de la Champions League ante el Manchester City.

Carlo Ancelotti apostó por Tchouaméni en el centro del campo. No fue un ataque de entrenador. Es que no le quedaba otra opción, sin arriesgar con Modric, para poner en el campo a su 11 de gala. Lo mismo que buscaba Jagoba Arrasate, quien eligió a Budimir como 9. Las cartas de los dos entrenadores estaban sobre el tapete de La Cartuja para protagonizar un partido que los expertos vaticinaban complicado, rocoso, pero todas esas previsiones duraron dos minutos. El tiempo que tardó Rodrygo en poner el 1-0 tras un pase de Vinícius.

Ese gol tempranero afectó a Osasuna, evidentemente, pero no como todos esperaban. Le afectó para ir por el empate, presionando la salida de balón del Real Madrid, provocando el fallo de los blancos. Así comenzaron a llegar a la meta de Courtois con Budimir y sus remates de cabeza como argumentos rojillos. El Real Madrid, por su parte, lo tenía muy claro, intentar salir. Si no lo lograba, buscar a Vinícius con pases largos. Con sólo eso, el Real Madrid generaba mucho peligro. El brasileño estaba inspirado, motivado y, cada vez que encaraba al rival de turno, era sinónimo de peligro. Así, tras una de esas jugadas, el balón le llegó a Benzema, que tuvo el 2-0, pero lo evitó Sergio Herrera con una gran parada. Eso pasó en el minuto 25 y, en el 26, Carvajal evitó bajo palos el gol de Abde tras un fallo defensivo, otro más en los últimos partidos de Militao. El partido era muy abierto, con los dos equipos generando fútbol y ocasiones, como la que tuvo Alaba enviando al larguero tras un lanzamiento de falta. Tres ocasiones claras en siete minutos de locura, del 25 al 32, en La Cartuja que estaba disfrutando de una buena, disputada y emocionante final de Copa. Una final en la que no faltaron los enfrentamientos con rivales y las quejas de Vinícius al árbitro, las cuales le costaron una amarilla más la charla en la banda de sus compañeros para que se calmara. Así, con Vinícius protagonista para lo bueno y para lo malo y con el 1-0 en el marcador, se llegó al descanso. Tiempo de recuperación y de una trifulca en el túnel de vestuarios con, cómo no, Vinícius entre los implicados junto con Chimy Ávila.

El segundo acto comenzó con el mismo guion del primero. Es decir, sin un dueño claro de un partido en el que podía pasar de todo. Y pasó. Torró marcó el 1-1 en el minuto 58 con un gran disparo desde la frontal del área. La final comenzaba de nuevo y Real Madrid y Osasuna tenían media hora para lograr la Copa sin acudir a la prórroga. Y a eso se pusieron los dos equipos. Jagoba dio entrada a Chimmy Avila y Ancelotti quitó a Tchouaméni para que entrara Rüdiger y recolocar a Alaba y Camavinga. Coincidencia o no, justo tras los cambios, Rodrygo marcó el 2-1 en el minuto 70.

Osasuna, como no podía ser de otra manera, fue por el empate y eso provocó peligrosas contras del Madrid. Los minutos iban cayendo y Ancelotti dio entrada a Modric para intentar tener más el control del partido y, por lo tanto, estar más cerca de levantar la Copa. Vinícius tuvo el 3-1, pero se equivocó al intentar darle el gol hecho a Benzema. Osasuna, por su parte, no bajó nunca los brazos dándolo todo, absolutamente todo en busca del gol que significara la prórroga. Lo tuvo cerca en el descuento, pero no lo logró y el Real Madrid ganó la Copa del Rey.

Fuente: Mundo Deportivo.

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