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Roger Federer comienza con el pie derecho la gira en hierba

Foto: @atptour.

Foto: @atptour.

El 10 veces campeón de Halle regresaba a su jardín particular para iniciar la gira del año que más le gusta. Vuelve la hierba, vuelve Roger Federer, dos elementos que siempre son mejores si se leen en la misma frase. Una semana después de retirarse de Roland Garros para una mejor preparación al césped, el de Basilea afrontaba en Alemania ese primer compromiso que tanto pánico da, aunque si has ganado 19 títulos y 187 partidos en la superficie verde, es más fácil de gestionar. Necesitó una hora y 34 minutos para tumbar al bielorruso Ilya Ivashka (7-6, 7-5) y recuperar la sonrisa que no pudo mostrar en París.

Pese a toda la historia y éxitos que arrastra Federer en esta superficie, el primer partido de cada gira que empieza –mucho más en la de hierba– no deja de representar una trampa de dimensiones importantes. Enfrente había un jugador joven, en alza, sin nada que perder y ante el que nunca se había enfrentado. Un hombre que ya le ganó un set a Rafa Nadal en el último ATP 500 de Barcelona.

Con todo el respeto que merecía la cita, entró Roger en una de las pistas que más veces le ha visto ganar, dándose cuenta desde el primer instante que este lunes tocaba sudar más de lo esperado.

Haciendo balance del primer set, el número 8 mundial fue claramente de menos a más. Con el servicio tuvo que salvar dos bolas de break. Dos momentos incómodos que podrían haber sentenciado el primer asalto, pero estuvo fino para esquivarlos.

Desde el resto apenas tuvo opciones, ya que el bielorruso solo perdió dos puntos en sus primeros cinco turnos al saque. El cambio de superficie, el hecho de ser una primera ronda y la falta de ritmo que el de Basilea busca resolver hicieron que todo se fuera al tiebreak, con un Federer que acumulaba ya 14 errores no forzados en apenas media hora de juego. Serán cosas de los genios, pero fue llegar al desempate para ver cómo uno se hacía grande y el otro diminuto, momento donde la veteranía y la experiencia helvética se impusieron a la rebelión de su oponente.

De pronto, todos recordamos lo complicado que es vencer un partido en hierba, superficie que te obliga a ganar puntos por la vía rápida, pero también a perderlos. Reflejos, apoyos, aces, tiebreaks, pocos intercambios, son solo algunos de los términos que nos cansaremos de escuchar a lo largo de estas cuatro semanas que tenemos por delante. Es la gira del año donde más dificultad tiene ser regular, así que de poco servía haber ganado el primer set, pues todavía faltaba la mitad del trabajo.

Para Ilya nada cambiaba. Seguía teniendo un reto mayúsculo por delante, pero no imposible. Volver a llevar al suizo al tiebreak era el plan, para una vez allí esperar que esta vez las cosas se quedaran de su lado. Precisamente eso es lo que quería evitar a toda costa Roger, que, sin saber muy bien cómo, se encontró una bola de partido con 5-4 al resto. Ese punto lo salvó el bielorruso con una volea que tocó la red y acabó cruzando al otro campo. ¿Tendríamos un final dramático?

Cuatro bolas de partido

Partidos así pueden desembocar en un auténtico laberinto, o bien todo lo contrario. Quiso Federer no darle más emoción a la batalla y, en el siguiente juego al resto, se encargó de que no hubiera más tiebreaks en el partido. De hecho, no hubo ni un solo minuto más de juego. Necesitó cuatro bolas de partido para sellar su primera victoria en hierba del año (7-6, 7-5) y citarse en segunda ronda con Felix-Auger Aliassime o Hubert Hurkacz. Un inicio correcto, con mucho margen todavía para alcanzar el nivel deseado que le lleve a pelear por Wimbledon a principios de julio.

Fuente: puntodebreak.com.

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