Los héroes franjeados

POR Miqueas Cicorio

Olimpia es uno de los equipos más grandes del continente. Su rica historia ha sido escrita por personajes que con el tiempo se convirtieron en leyendas. El pasado 31 de julio, la comisión directiva decidió homenajearlos con la creación de la Plaza de los Héroes Franjeados en la sede del club. Allí iban a erigirse cuatro bustos; sin embargo, la inauguración fue postergada por el impacto del Covid-19. Para el 2021, los hinchas esperan que estos héroes tengan su merecido tributo. ¿De quiénes se trata?

Osvaldo Domínguez Dibb

El principal héroe de la gloriosa historia del Olimpia. Su amor por la franja comenzó a los 7 años gracias a su madre, Emilia Dibb de Domínguez.

Según relata el propio Osvaldo en su reciente libro “Memorias de la Gloria, Mi vida”, sus primeros pasos en el club los hizo como aguatero del equipo de Primera. Así ingresaba a los partidos y se ahorraba el dinero de las entradas.

Antes de asumir la presidencia del Olimpia, “El Tigre” fue un destacado jugador de básquet que debutó a los 19 años. Defendió los colores de la institución por mucho tiempo hasta que, en 1974, aquel joven basquetbolista se convirtió en presidente.

Fueron 23 años –en distintos periodos– que presidió a su amado club, consiguiendo un total de 14 títulos nacionales y siete copas internacionales. Sin lugar a duda, Osvaldo Domínguez Dibb es el máximo exponente de la historia del Olimpia.

Aurelio González

Es considerado el mejor futbolista que vistió la franja negra. Fue goleador y figura del tricampeonato de 1927-1929 (el primero en la historia del club y del balompié guaraní). Gritó de nuevo campeón en 1931, un año antes de la Guerra del Chaco.

En 1932, el club San Lorenzo de Almagro le había ofrecido una millonaria oferta para jugar en el fútbol argentino; sin embargo, “El Gran Capitán” rechazó la propuesta y decidió ir a la guerra para defender a su patria. Se llenó de gloria en los campos de batalla y al regresar obtuvo otro tricampeonato, de 1936-1938. Un verdadero héroe.

También se destacó como director técnico, conduciendo a Olimpia al primer pentacampeonato del fútbol paraguayo (1956-1960) y a la final de la primera Copa Libertadores –entonces denominada Copa de Campeones de América– en 1960 ante Peñarol, equipo donde jugaba un tal Luis Cubilla.

Sumando los campeonatos locales conseguidos en 1965 y 1975, Aurelio González se convirtió en el segundo técnico más ganador del Olimpia (siete títulos), dirigiendo un total de 240 partidos. Además, es el único dentro de la historia olimpista que salió campeón invicto como futbolista (1929) y entrenador (1959).

El historiador Miguel Ángel Bestard lo describió como un hombre audaz dentro y fuera de la cancha. Según cuentan, durante la huelga de ferrocarriles, Aurelio, que vivía en Luque, iba trotando hasta Asunción para los entrenamientos. Su valentía y vigor quedaron impregnados en el ADN de la institución que hoy reconoce su legado.

Éver Hugo Almeida

Es el jugador más ganador del club con 16 títulos obtenidos. Defendió la portería del Olimpia durante 18 años (1973-1991), periodo en el que levantó seis copas internacionales y 10 torneos de Primera División, entre los que se destaca el hexacampeonato de 1978 a 1983.

Como técnico salió campeón invicto del torneo doméstico en 1993, además de llevar al Olimpia a su séptima final de Libertadores en 2013. Tiene 113 partidos disputados en dicho certamen, siendo el jugador con más participaciones hasta la fecha.

Un portero que se ganó el respeto de los rivales. Infundía temor a cualquier delantero que se atreviera a batir su valla. Una institución dentro del Olimpia.

Luis Cubilla

El 19 de junio de 1960, tras anotar el gol que le dio el título a Peñarol en la final de la primera Copa Libertadores, Luis Cubilla jamás hubiera imaginado que tiempo después se convertiría en el técnico más ganador de aquel equipo al cual había enfrentado. Y es que, gracias a él, Olimpia conquistó siete de las ocho copas internacionales que hoy lucen en sus vitrinas.

“Vengo para ser campeón de la Copa Libertadores” fue lo primero que dijo al arribar a Para Uno en 1978. Hasta entonces, los campeones solo eran equipos de Brasil, Argentina y Uruguay. Cubilla fue el responsable de romper esa hegemonía al conseguir la primera Libertadores para el Olimpia, venciendo nada menos que al entonces bicampeón Boca Juniors en la mismísima Bombonera.

La llegada de Cubilla marcó un hito en el balompié nacional. Fue quien cambió la mentalidad del futbolista paraguayo y revolucionó su preparación con la implementación de la pretemporada. Una eminencia que dejó un legado imborrable y colocó al Olimpia entre los equipos más grandes del continente.