Historias de vida: Lee Miller

Este mes septiembre se estrena la historia de vida de Lee Miller en una película protagonizada por Kate Winslet;  también está anunciada una futura muestra en una prestigiosa galería de Nueva York. En su momento, en conmemoración de los cien años de su nacimiento, el Victoria & Albert Museum de Londres presentó la primera retrospectiva completa de su vida y obra, en reconocimiento a una de las mujeres más creativas y talentosas del siglo XX. O sea, hablo de una mujer excepcional.

Lee Miller (1907-1977) nació en Poughkeepsie, New York, en una familia rica, cultural e intelectualmente, y con interés por las ideas psicoanalíticas. Su padre era un ingeniero apasionado por la fotografía y Lee fue su modelo favorita.

A los siete años, Lee sufrió un abuso sexual. Inmediatamente, consultaron con un psiquiatra, discípulo freudiano y fundador de la prestigiosa N. Y. Psychoanalytic Society. Días antes de cumplir ocho años, su padre decidió, quizá siguiendo los consejos médicos o pensando en la conveniencia de que su hija recuperara la comodidad con su cuerpo, fotografiarla desnuda artísticamente. Ambos padres confiaban en que esto ayudaría a su hija a reconquistar el amor al cuerpo y su belleza infantil.

De joven Lee decidió estudiar fotografía. Viajó a París donde conoció al gran fotógrafo Man Ray, compartieron la vida amorosa y profesional. Incursionaron en nuevas técnicas y accidentalmente descubrieron la  solarización que luego aplicarían a su obra.

Retrato de Lee Miller

Aun con Ray, conoció a Aziz Eloui Bey, rico ingeniero egipcio, casado. Al finalizar la relación con el fotógrafo, regresó a Estados Unidos. Abrió su propio estudio e intentó complacer el espíritu de su país alejándose del surrealismo, algo que la mortificó y la distanció de su arte. Al tiempo se casó con Bey y partió a El Cairo donde retomó la fotografía. Particularmente Portrait of Space, captura muy original, expresa su talento y es una extraña y poética metáfora fotográfica que relata de un golpe su historia. Evoca el desgarro que se produjo en su cuerpo y en su estructura subjetiva, transformando en belleza lo siniestro.

Lee Miller, Portrait of Space. Cortesía

Aburrida de la vida burguesa, Bey le regaló un ticket a París donde conoció a Roland Penrose, pintor y poeta, dueño de la mayor colección de arte surrealista de Londres y uno de los biógrafos más destacados de Picasso. Con él se casó y pasó el resto de su vida.

Picasso y Lee Miller. Cortesía

Con la explosión de la Segunda Guerra Mundial, Miller abandonó Egipto y se instaló con Penrose en Inglaterra. Convertida en una de las primeras mujeres corresponsales de guerra de Vogue, transformó a la revista en una inesperada testigo de los horrores de la guerra. Con su cámara captó el Blitz en Londres, el sitio de St. Maló, el desembarco en Normandía, la liberación de París y de los campos de concentración de Buchenwald y Dachau. Cruzó Europa con la División 83 de la Armada de Estados Unidos.

Las fotografías de guerra la enfrentaron con el trauma bélico que se asoció al trauma personal construido creativamente durante los terribles hechos fotografiados y vivenciados; lo escindido adquirió imagen. También fotografió a personalidades destacadas de su época: Miró, Chaplin, Moore, los artistas surrealistas, entre otros. De Picasso, a quien la unió una larga amistad, Miller realizó más de mil fotografías y el artista pintó seis diferentes retratos de ella vestida de arlesiana.

La fotografía la llevó a un trabajo de construcción y reconstrucción artística de la belleza y la maldad del ser humano, le otorgó el privilegio de captar lo más atractivo, como así también lo más oscuro de la persona. Vivió al filo del riesgo, donde placer y peligro se cruzaron constantemente. Lee Miller es recordada tanto por su espíritu libre, originalidad, talento e inteligencia, como por ser una de las great beauties del siglo pasado.

* Patricia O’Donnell es miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la International Psychoanalytic Association (IPA).