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Cultura

Enrique Careaga: Una sci-fi retrofuturista

EDICIÓN ESPECIAL PINTA SUD ASU. La historia de la abstracción óptico-cinética en América Latina no ha registrado aún la obra de Enrique Careaga. El presente texto acompaña la exposición que –bajo el título “Enrique Careaga. Una sci-fi retrofuturista”– rinde homenaje a quien fuera el único exponente de ese movimiento artístico en Paraguay. La muestra, habilitada en galería Arte Actual, fue parte del art week celebrado en Asunción la semana pasada.

Enrique Careaga, "Campos magnéticos CCECLAM 8439312", 1984. Acrílico sobre tela. Cortesía

Enrique Careaga, "Campos magnéticos CCECLAM 8439312", 1984. Acrílico sobre tela. Cortesía

Tras sus experiencias informalistas de 1964, cuando integraba el grupo de vanguardia Los Novísimos –junto a William Riquelme, Ángel Yegros y José Antonio Pratt Mayans–, Enrique Careaga encara obras geométricas de tipo óptico: superficies ajedrezadas planas y cóncavo-convexas que anticipan el desarrollo de sus investigaciones futuras, así como cajas con superposición de imágenes y luces de color accionadas por el mecanismo secuenciado de los letreros luminosos.

Los Novísimos. Ángel Yegros y William Riquelme, junto a la imagen de Enrique Careaga, durante la exposición. Cortesía Alban Martínez Gueyraud

Los Novísimos. Ángel Yegros y William Riquelme, junto a la imagen de Enrique Careaga, durante la exposición. Cortesía Alban Martínez Gueyraud

Enrique Careaga, Sodoma y Gomorra, 1965. Yeso, cola vinílica, óleo y pintura sintética. Colección privada @ Ángel Uriel Barreto

Enrique Careaga, Sodoma y Gomorra, 1965. Yeso, cola vinílica, óleo y pintura sintética. Obra del tiempo de Los Novísimos. Colección privada @ Ángel Uriel Barreto

Enrique Careaga, Concresion circular, 1966Acrílico. Obra expuesta en la III Bienal Americana de Arte Córdoba, Argentina, 1966. Trois sphères chromatiques JRN, 1968/1971. Acrílico sobre tela. Colección privada. Cortesía

Enrique Careaga, Concresion circular, 1966. Obra expuesta en la III Bienal Americana de Arte, Córdoba, Argentina, 1966. Trois sphères chromatiques JRN, 1968/1971. Acrílico sobre tela. Colección privada. Cortesía

En 1966, llegado a París para estudiar con Víctor Vasarely, se acerca al universo que un año antes se había desplegado en The Responsive Eye, la muestra del MoMA que reunió propuestas óptico-generativas de un centenar de artistas de diversas partes del mundo. Poco después expondría en la legendaria galería Denise René, junto a Yaacov Agam, Julio Le Parc, Jesús Soto y el propio Vasarely.

En 1967, las obras de Careaga ingresan al campo del cinetismo: aparecen los discos y las esculturas giratorias movidas por motores, en cajas negras, con luz también negra y pintura fluorescente. La repetición de formas simples –en blanco y negro y con efectos de movimiento– derivaría en espacios tridimensionales.

Enrique Careaga, "Una sci-fi retrofuturista", vista de sala. Cortesía

Enrique Careaga, “Una sci-fi retrofuturista”, vista de sala. Cortesía

En 1968, el Mayo francés estimula su interés en nuevas formas de representación. Surge así –entre la instalación y la performance– su Propuesta lumínico-cinética para un juego de ping-pong, expuesta al año siguiente en la 10ª Bienal de São Paulo. En esta línea también se inscriben Juego de cricket y Bolsas de entrenamiento para boxeo, género experimental que el artista seguiría explorando hasta 1973.

En 1972, reactivada su vocación por la pintura, presenta una serie de círculos volumétricos coloridos sobre fondo negro y, un año después, expone su misteriosa serie de elipses –desarrollada también sobre fondo oscuro– que da origen a su conocida geometría fantástica. La incorporación de la perspectiva –hecho que ocurre en 1976– marca un punto de inflexión que lo aleja del op art. La emergencia de lo tridimensional es inevitable: en 1979 realiza una serie de esculturas en acero inoxidable y madera policromada.

Enrique Careaga, Mouvement ondulatoire vauc 323, 1967/2004  y Mouvement ondulatoire CW 17, 1967/2007. Acrílico sobre tela. Cortesía 

Enrique Careaga, Mouvement ondulatoire vauc 323, 1967/2004  y Mouvement ondulatoire CW 17, 1967/2007. Acrílico sobre tela. Cortesía

A partir de 1981, ya de regreso en Paraguay, trabaja piezas de corte metafísico que caracterizarían su producción posterior: grandes estructuras, plataformas espaciales. Así nace la poderosa serie Campos magnéticos, a la que seguirán Construcciones y Vibraciones espacio-temporales. Los cuerpos geométricos se desplazan en la ingravidez del vacío para recuperar paulatinamente la bidimensionalidad en Soles y Lluvias y luego en Arcos y Portales.

El imaginario de Careaga se sostenía en coordenadas científicas y clave numérica. Sus arquitecturas utópicas, su geometría cósmica y sus arquetipos desprendidos de tradiciones esotéricas de diferentes culturas hicieron de su obra una propuesta atípica en la escena paraguaya, entonces movida por otras preocupaciones.

Enrique Careaga, vista de sala. Cortesía

Enrique Careaga, “Una sci-fi retrofuturista”, vista de sala. Cortesía

Ls exposición actualmente habilitada en la galería Arte Actual –inaugurada como parte del programa de Pinta Sud Asu 2024 a 60 años exactos de su emergencia como artista y a 10 años de su partida– reconstruye momentos significativos de su trayecto creativo. La colección aquí reunida es el resultado de tres años de trabajo, ya que las piezas se encontraban diseminadas en diferentes países. Muchas de sus obras desaparecieron y otras se destruyeron. De la enorme cantidad de bocetos que el artista acumulaba, solo quedan pocas muestras en circulación.

Enrique Careaga, vista de sala. Cortesía

Enrique Careaga, “Una sci-fi retrofuturista”, vista de sala. Cortesía

La historia de la abstracción óptico-cinética en América Latina no ha registrado aún la obra de Enrique Careaga. Ha llegado el momento de hacerlo.

 

Nota de edición: La exposición permanecerá habilitada hasta la primera semana de septiembre en la galería Arte Actual (Lilio 1273 casi Senador Long).

 

* Adriana Almada es crítica de arte, escritora, editora y curadora. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA Internacional), de la que fue vicepresidenta, así como presidenta del capítulo paraguayo (AICA Paraguay). Es directora artística de la Colección Mendonca (Paraguay). 

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