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Cultura

Antonio Negri, el camino spinozista

Un encuentro íntimo e intelectual con el pensador italiano Antonio “Toni” Negri, fallecido ayer a los 90 años y autor –junto a Michael Hardt– de la famosa trilogía “Imperio”, “Multitud” y “Commonwealth”, que marcó una nueva época en la filosofía política. En este encuentro, el intermediario no puede ser otro que el “príncipe de los filósofos”, Baruch Spinoza.

Toni Negri durante el rodaje de “Nuestro mundo”, de Thomas Lacoste, 2012.

Toni Negri durante el rodaje de “Nuestro mundo”, de Thomas Lacoste, 2012.

La reciente muerte de Antonio Negri, a los 90 años, ha causado más que conmoción. Referente del operaismo y del post-operaismo italiano, junto a autores como Mario Tronti, Paolo Virno y Franco “Bifo” Berardi, es ubicado dentro de las corrientes heréticas del marxismo antiautoritario. Famoso por su trilogía —junto a Michael Hardt— Imperio, Multitud y Commonwealth, donde marcó una nueva época en la filosofía política, conceptos como “multitud”, “imperio” o “General Intellect” abrieron sendos e intensos debates alrededor de su pensamiento. La figura de Negri es imprescindible a la hora de analizar el contexto contemporáneo ya que ha pensado, con fina lucidez, los grandes problemas a nivel micropolítico y macropolítico y, por supuesto, ha atendido a las nuevas subjetividades que emergen actualmente.

Marxista y spinozista, el camino de Negri está plagado de historias (activismo, cárcel, exilio, reflexión y crítica) plasmadas en sus libros, por ejemplo, los tres tomos de sus Ensayos publicados por la editorial Cactus [1]. No es mi intención realizar una descripción de esas historias, bien se pueden leer en los dos tomos de Historia de un comunista [2], donde realiza su propia autobiografía y relata sucesos que lo han marcado profundamente. Lo que sí me interesa es narrar mi encuentro con Antonio, o como le solían llamar, “Toni”; digamos, un encuentro íntimo e intelectual y el intermediario no puede ser otro que el “príncipe de los filósofos”, Baruch Spinoza.

Negri, durante una manifestación de "Potere operario". Archivo

Negri, durante una manifestación de “Potere operaio”. Archivo

Yo tenía 21 años, corría el 2014, terminaba de cursar las materias de la Carrera de Filosofía y debía hacer un trabajo de investigación sobre alguna problemática. Mis opciones eran trabajar Nietzsche, Deleuze, Foucault o Spinoza, pues eran mis autores favoritos o, como me gusta llamarlos, mis compañeros intelectuales. Decidí trabajar Spinoza, en específico la relación entre ontología y política. Lejos de las lecturas tradicionales que asociaban a Spinoza con los clásicos contractualistas (Hobbes, Rousseau o Locke), mi intención era unirla a otros caminos “subterráneos”, utilizando la expresión de Althusser.

Leía y leía todas las obras de Spinoza y las acompañaba con las lecturas de Althusser y Deleuze, así como Diego Tatián y Marilena Chaui —grandes spinozistas latinoamericanos—. Si bien ya conocía a Negri y había leído Imperio, todavía no me encontraba con cierto libro, La anomalía salvaje [3]. Fue hasta que hallé un breve texto de Tatián que hablaba de dicho libro y decía que fue escrito en la cárcel. Desde ese momento, me propuse conseguirlo y leerlo. Para mi sorpresa, La anomalía salvaje estaba descatalogado y era imposible encontrarlo en formato físico. Pero gracias a los héroes sin capa, fue escaneado y subido a un grupo en redes sociales.

Ya no había excusas, lo tenía frente a mí. El libro empezaba con un prefacio escrito en la cárcel de Rebibbia: “Spinoza es la anomalía. Si Spinoza, ateo y maldito, no termina en la cárcel o en la hoguera, a diferencia de otros innovadores revolucionarios entre los siglos XVI y XVII”. ¡Vaya inicio! Pocos libros me entusiasmaron tanto como La anomalía. Tiempo después leí El poder constituyente [4], importantísimo para comprender la relevancia de Maquiavelo y, por supuesto, me ayudó a despejar los prejuicios que tenía sobre el “sapientísimo florentino”, ubicándolo en la constelación spinoziana.

Tanto La anomalía salvaje como El poder constituyente me enseñaron que en la modernidad hay alternativas radicales; Maquiavelo, Spinoza y Marx se unen contra las tradiciones conservadoras. Dice Negri: “Una gran corriente del pensamiento político moderno, de Maquiavelo a Spinoza y Marx, se ha hecho patente trabajando sobre esta segunda alternativa, que es fundamento del pensamiento democrático”, refiriéndose a la idea de poder constituyente.

Toni Negri

Toni Negri, durante su proceso judicial. Archivo

Años después entregué mi tesina, con muchas peripecias en el camino. En el proceso, leí trabajos de Paolo Virno, Étienne Balibar, Chantal Jacquet, Gregorio Kaminsky, Vittorio Morfino, Stefano Visentin, Pierre-François Moureau, François Zourabichvili, Laurent Bove, los spinozistas españoles y muchos otros. Pero los dos libros de Negri me marcaron en muchos aspectos, puesto que continué leyendo sus otras obras y fui profundizando en la gran tradición revolucionaria italiana, estoy hablando, claro, de los autonomistas. Las combinaciones con el post-estructuralismo francés en los años 60 y 70 han servido para poner sobre la mesa las grandes categorías modernas. Atender elementos poco ahondados, el papel del trabajo de las mujeres, los sectores populares, las minorías, la democracia directa, los cambios laborales del post-fordismo en un ámbito que el neoliberalismo va abarcando cada vez más en lo cotidiano.

Negri, defendiéndose de las acusaciones. Archivo

Negri, defendiéndose de las acusaciones. Archivo

Hablar de las enseñanzas que ha dejado Negri sería imposible en pocas líneas. La riqueza de su pensamiento va más allá de cualquier hagiografía o monografía. Estas palabras relatan retazos de un encuentro, marcado por Spinoza, pero abierto a seguir aprendiendo de sus libros. Tal vez el gran desafío que nos deja el italiano sea estar a la altura de los grandes cambios que se están dando y tener las agallas suficientes para enfrentar este mundo insoportable. Y aquí, sin más, podría tener mucho valor la culminación de la Ética de Spinoza: “Difícil sin duda tiene que ser lo que tan rara vez se halla. Pues, ¿cómo podría suceder que, si la salvación estuviera al alcance de la mano y pudiera ser encontrada sin gran esfuerzo, fuera por casi todos despreciada? Pero todo lo excelso es tan difícil como raro”.

 

Notas

[1] Negri, A. (2019). Marx y Foucault: Ensayos 1. Buenos Aires: Cactus; (2020). De la fábrica a la metrópolis: Ensayos 2. Buenos Aires: Cactus; (2021). Spinoza. Ayer y hoy: Ensayos 3. Buenos Aires: Cactus.

[2] Negri, A. (2021). Historia de un comunista. Buenos Aires: Tinta Limón; (2022). Cárcel y exilio. Historia de un comunista II. Buenos Aires: Tinta Limón.

[3] Negri, A. (1993). La anomalía salvaje. Ensayo sobre poder y potencia en Baruch Spinoza. Barcelona/México: Anthropos/Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

[4] Negri, A. (2015). El poder constituyente. Ensayos sobre las alternativas en la modernidad. Madrid: Traficantes de sueños.

 

Nota de edición

En 1973, Antonio Negri fundó la organización “Autonomía Operaia” y fue uno de los impulsores de esa experiencia militante, que tuvo como epicentro la nueva realidad proletaria de las metrópolis italianas de la crisis y la reestructuración de las fábricas y del gasto público. Negri contribuyó a la creación del periódico Rosso, con redacción en Milán, que se convirtió en un referente de las luchas y los debates de la nueva composición de clase para la cual Negri y sus compañeros acuñaron el término “obrero social”.

El 7 de abril de 1979, a los 46 años, Negri fue arrestado y acusado de ser el autor intelectual del asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas (BR) en 1978, así como de conspirar para derrocar al gobierno. En esa época Negri era profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Padua, profesor invitado de la École Normale Supérieure y se proclamaba marxista revolucionario en favor de la insurrección armada. Negri negó siempre tener relación personal o ideológica con las Brigadas Rojas, lo que fue corroborado por los propios militantes de la organización.

La mayoría de los cargos contra Negri (incluyendo 17 asesinatos) fueron descartados en menos de nueve meses por falta de pruebas. No pudo relacionárselo con las Brigadas Rojas, por lo que se lo acusó de “crímenes de asociación” e insurrección contra el Estado (cargo revocado posteriormente) y fue condenado a 30 años de cárcel por “moralmente responsable” de los actos de violencia contra el Estado italiano durante los años 60 y 70, en razón de sus escritos y su relación con grupos y causas revolucionarias.

Pasó cuatro años en prisión (narra parte de esta experiencia en El tren de Finlandia), hasta que el Partito Radicale de Marco Pannella, que había trabajado para conseguir su libertad, lo incluyó en una de sus listas electorales a la legislatura de 1983 y fue electo diputado. Con inmunidad parlamentaria pudo salir de la cárcel, pero el parlamento la revocó meses más tarde. Negri se exilió entonces en Francia, donde permaneció 14 años escribiendo y enseñando, protegido de la extradición por el gobierno de François Mitterrand.

En 1997, Negri regresó a Italia voluntariamente para cumplir el resto de su sentencia (que había sido reducida a 17 años tras sucesivas apelaciones), con la esperanza de poner en debate público la situación de cientos de exiliados y prisioneros involucrados en las actividades políticas de la izquierda radical durante las décadas de 1960 y 1970, los llamados anni di piombo (años de plomo). Negri fue inmediatamente llevado a la prisión de Rebibbia, en Roma, y más tarde fue puesto bajo arresto domiciliario. Hasta finales de 2004 disfrutó de un régimen de libertad bajo ciertas condiciones.

 

 * Raúl Acevedo es docente e investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Es director del Centro de Investigaciones en Filosofía y Ciencias Humanas (CIF-Paraguay), miembro del comité editorial de la revista Apóstasis, de la Red Iberoamérica Foucault y del Consejo editorial del CELAPEC (México). Es gestor cultural en Filosofía en movimiento. Forma parte del grupo de investigación “Gubernamentalidad neoliberal e historia de los sistemas de pensamiento. Política y verdad en los debates postfoucaulteanos contemporáneos en torno del análisis del neoliberalismo”, en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Argentina. Su interés gira alrededor de la filosofía contemporánea, los estudios culturales y el pensamiento crítico paraguayo.

1 Comment

1 Comentario

  1. Aníbal Cardozo

    17 de diciembre de 2023 at 11:39

    Esta nota sobre el excepcional pensador italiano, lamentablemente, abunda con cuestiones de orden personal del autor del escrito que la deslucen. Exceptuando el “post-scriptum” la figura excepcional de Negri en la primera parte queda relegada y deslucida, pues abunda en informaciones personales de escaso interés para quienes nos interesa el pensamiento de los grandes filósofos

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