Connect with us

Cultura

La arquitectura de Jenaro Pindú: Una mirada desde la fenomenología

Hoy se cumplen exactamente 30 años del fallecimiento de uno de los grandes referentes de la arquitectura y las artes visuales en Paraguay. Este artículo, que publicamos a modo de homenaje, aborda su trabajo arquitectónico desde la observación sensitiva y emocional.

Pindú, casa Casco-Bachem © Leonardo Méndez

Pindú, casa Casco-Bachem © Leonardo Méndez

Considerando las significaciones de la arquitectura, y trascendiendo los aspectos constructivos y materiales, se observa en ella cierta capacidad de evocar emociones y dejar una impresión duradera en el espíritu. Esta focalización hacia la observación sensitiva de la arquitectura se encuentra influenciada por la corriente filosófica de la fenomenología, que da relevancia a la percepción sensorial y emocional con el fin de comprender la vivencia cotidiana de la realidad desde la perspectiva única de cada individuo.

El filósofo Edmund Husserl, reconocido como el padre de la fenomenología, abrió este camino seguido por Martin Heidegger, Maurice Merleau-Ponty y Gilles Deleuze, quienes contribuyeron significativamente a este campo desde una perspectiva crítica y ampliada sobre la experiencia y la aprehensión del mundo.

A su vez, algunos representantes que teorizan y reflexionan la fenomenología en la arquitectura son Peter Zumthor, Juhani Pallasmaa y Steven Holl. Este último, arquitecto estadounidense que se distingue por su expresión poética rica en metáforas que convocan singularmente a los sentidos. Sus escritos se sumergen en la exploración del uso del agua, del color y, sobre todo, de la luz, como elementos de su observación, con el fin de ilustrar el mundo sensorial. Por otro lado, el arquitecto finlandés J. Pallasmaa critica las arquitecturas que prevalecen en las sociedades avanzadas de todo el mundo, las cuales focalizan excesivamente la prominencia del arquitecto-estrella y el edificio-ícono. Pallasmaa promueve una arquitectura centrada la percepción, con el propósito de restaurar su verdadero propósito: una arquitectura con alto grado de sensibilidad.

Estudio Pindú, hoy vivienda particular © Aníbal Cardozo Ocampo

Estudio Pindú, hoy vivienda particular © Aníbal Cardozo Ocampo

Descubrir la obra de Jenaro Espínola, conocido como Pindú, bajo la mirada fenomenológica, y vincular la vivencia y la percepción en el análisis de su herencia artística y arquitectónica, nos transporta hacia el universo enigmático y simbólico que rodea a sus creaciones. Sus estructuras arquitectónicas que se elevan más allá de lo palpable en pos de una esfera metafísica y abstracta y que, a través de un diálogo íntimo entre elementos destacados como la sombra, la luz, las materialidades y sus reflejos, así como las evocaciones y huellas del pasado, se entretejen como una conexión emocional profunda y tienden puentes entre el observador y el espacio creado. En esta sinfonía de sensaciones y de recuerdos, se revela un sinfín de acontecimientos que trasciende lo material y deja una marca indeleble en el espíritu de aquellos que se aventuran a explorar sus confines.

Dentro del contexto de la arquitectura y del arte paraguayo, se destaca la figura del arquitecto y artista Pindú como un exponente de vanguardia. En las décadas de los 70 y 80, la arquitectura y el desarrollo cultural en Paraguay se caracterizaron por una interesante amalgama de influencias locales y globales, enmarcada en una realidad histórica y política particular que dejó una profunda huella en el país. Las vicisitudes gobernantes de aquel tiempo establecieron una impronta profunda en la identidad cultural del país, donde coexistían una fachada de estabilidad general, junto con un férreo control estatal que influyó notablemente en la expresión artística. Estas décadas marcaron un período de transición en el que la arquitectura paraguaya intentó establecer su identidad, al mismo tiempo que adoptó avances modernos y se adaptó a las condiciones socioeconómicas del país, dejando un legado que refleja esa búsqueda de identidad nacional.

Jenaro Pindú se alimenta de esta herencia cultural, incorporando elementos autóctonos y abrazando la interacción de la arquitectura con la naturaleza y la continua evolución de ambas, pero con un enfoque innovador y de oposición a las tendencias arquitectónicas convencionales de la época. Así, al enfrentarme con las obras de Pindú me inundó una atmósfera plácida de honda sensibilidad emocional:

“Caminando por la vereda del estudio de Pindú en un cálido y soleado día de Asunción, me encontré absorta ante la vegetación generosa. Los muros rústicos de ladrillos envejecidos, de textura áspera y pintados de blanco, con alturas irregulares, dando testimonio de los efectos del paso del tiempo; mientras los cipreses vigilan con mirada serena y circunspecta, aportando una sensación de serenidad y atemporalidad al entorno. Al doblar la esquina, una inesperada composición de piedras horizontales aterrazadas, resguardan un portentoso arriate, dando la impresión de una fuerza telúrica ancestral. En medio de la densidad poblacional característica de esta área, este rincón se convierte en un remanso de acogida, calma y paz, impregnado de una mezcla armoniosa de aromas, texturas, umbrías, sonidos naturales y urbanos que se funden en una sinfonía de serenidad…”

Estudio Pindú © Aníbal Cardozo Ocampo

Estudio Pindú © Aníbal Cardozo Ocampo

Parafraseando a Zumthor, me pregunté: “¿Qué me ha conmovido de allí? Todo. Todo, las cosas, la gente, el aire, los ruidos, los colores, las presencias materiales, las texturas, y también las formas”.

El meticuloso manejo del espacio exterior, que observa en su vivienda-estudio, fomenta una conexión emocional con el entorno circundante, y ofrece una experiencia de sosiego a quienes interactúan con su obra. A su vez, en la casa Casco-Bachem, se observa un Pindú con una plena expresividad, sin restricciones, producto de un pensamiento e inspiración en constante evolución, y ofreciéndonos la experiencia de misterio y curiosidad. Otros ejemplos de su producción arquitectónica, como la casa Serratti o la casa Kostianovsky, evidencian su rechazo a las tendencias y normas convencionales y su inclinación por la experimentación, mientras que el edificio Nautilus, su proyecto más emblemático, se destaca por su singularidad y su narrativa multidimensional, dejándonos así un legado que abrió el camino hacia una arquitectura más humana y nuevas posibilidades para explorar la interacción entre la arquitectura y el entorno.

Casa Serrati-Sisa © Aníbal Cardozo Ocampo

Casa Serratti-Sisa © Aníbal Cardozo Ocampo

La experiencia fenomenológica se traduce entonces como un modo de conocer algo inmediatamente antes de todo juicio formulado sobre lo aprehendido. En contraste con muchas obras arquitectónicas contemporáneas que se han enfocado principalmente en la funcionalidad y la eficiencia tecnológica, la arquitectura de Pindú se destaca por su profunda conexión con la experiencia sensorial y emocional. Su enfoque se aparta de la preocupación por producir una arquitectura puramente funcional y se dirige hacia la creación de espacios que despierten emociones y sensaciones únicas. A través de una cuidadosa consideración de los aspectos estéticos y sensoriales, logra tejer un vínculo muy humano entre sus creaciones y quienes las experimentan, proporcionando conexión con el entorno y un sentido de humanidad.

 

* Patricia Baddouh Berni es arquitecta y especialista en didáctica universitaria por la FADA-UNA, donde es titular de la cátedra “Crítica arquitectónica”. Es posgraduada en arquitectura fenomenológica en la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina). Su trabajo se centra en la mirada fenomenológica como generadora de la arquitectura, con foco en la arquitectura paraguaya. Actualmente, desarrolla una investigación sobre la apreciación fenomenológica de la obra arquitectónica de Genaro Espínola (Pindú) inserta en el contexto urbano.

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Los más leídos

error: Content is protected !!