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Cultura

Historia y valor del Herbario “Teodoro Rojas”, Jardín Botánico de Asunción

Publicaciones virales en redes alertaron recientemente sobre la condición en que se encuentra un patrimonio cultural e histórico de gran valor: el Herbario Teodoro Rojas, ubicado en el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción. Sin embargo, su lamentable estado data de hace casi dos décadas.

Planchas del Herbario Teodoro Rojas, 2014. Fuente: El Botánico, nuestro jardín. Cortesía

Planchas del Herbario Teodoro Rojas, 2014. Fuente: El Botánico, nuestro jardín. Cortesía

El Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, fundado en 1914, alberga, entre muchos tesoros, el Herbario Teodoro Rojas, que ocupa desde hace varios años una de las edificaciones próximas a la conocida como Casa Baja, residencia de verano del ex presidente Carlos Antonio López.

Hace dieciséis años, la Contraloría General de la República realizó una auditoría del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción (Res. 474/2007), concluyendo con las siguientes observaciones con respecto al Herbario:

Durante la inspección se ha detectado lo siguiente:

  • Presencia de alta humedad en las paredes y el techo debido a filtraciones en la infraestructura.
  • La colección de Botánica Brasilera presenta hongos en sus hojas y un proceso de deterioro que causará inexorablemente su destrucción.
  • La colección Botánica Paraguaya carece de “Catálogo de la colección” que, según los funcionarios encargados, fue hurtado.
  • Parte de la colección botánica que se encontraba expuesta en el Museo de Historia Natural, conservada en líquido, perdió su color debido a una irregular gestión de productos de conservación, lo que desvirtúo la naturaleza de la muestra conservada.
  • El herbario posee un ambiente viciado por las sustancias químicas utilizadas en la preservación de las colecciones y no cuenta con un sistema de extracción y/o purificación de aire. A su vez, ninguno de los funcionarios que prestan servicio en el herbario trabajan con elementos de protección contra estas substancias.
  • La instalación eléctrica presenta similares deficiencias que el Museo de Historia Natural (Casa Baja).
  • Las muestras conservadas son altamente inflamables, sin embargo, no se observaron elementos de combate de incendios.

Como resulta evidente en estos días, ninguna de las sucesivas administraciones municipales, durante más de una década y media, prestó la debida atención a estas observaciones.

Origen e historia del Herbario Teodoro Rojas

La creación del Herbario del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción data del año 1916, a iniciativa de su director Karl Fiebrig, quien encomendó aquella labor a Teodoro Rojas. Una de las primeras tareas fue la realización de un listado y clasificación de cada especie de las diversas colecciones que integraban el Herbario en aquella época inicial. Dicho listado fue publicado en la Revista del Jardín Botánico y Museo de Historia Natural del Paraguay, en sus primeros dos tomos. En estos artículos se especificaba la composición del acervo y sus participantes: Karl Fiebrig, Teodoro Rojas y Cornelius Osten (colecciones propias), Emilio Hassler y Robert Chodat (determinación de especies de las colecciones) y Museo Botánico de Berlín (clasificación de especies). A esto se agregaba la colección Flora Brasilienis, obsequio de Pedro II a Carlos Antonio López que algunos investigadores datan en 1846 y otros en 1861.

Teodoro Rojas y un amigo nativo del Chaco, ca. 1933. Cortesía

Teodoro Rojas y un amigo nativo del Chaco, ca. 1933. Cortesía

Teodoro Rojas se encargó del Herbario ininterrumpidamente durante los primeros veinte años. En 1936, pasó a interinar por unos meses la dirección del Jardín Botánico y se reintegró rápidamente a la anterior labor por casi veinte años más, hasta su fallecimiento en 1954.

Un decreto del año 1941 identificaba tres cargos en el Herbario: Teodoro Rojas (Jefe), Linneo Jiménez (Ayudante y Custodio) y Lidio Bolaños (Depósito de semillas). De aquel período, existen además varias comunicaciones internas oficiales que daban cuenta del buen estado de conservación de Herbario a pesar de las limitaciones de recursos: “Actualmente está intacto el Herbario y la Biblioteca, pero en forma de cosa archivada. Es necesario su ordenación y catalogación, para ser de utilidad a los estudiosos. El presupuesto mensual de esta Institución provee el cargo de Asesor Técnico con Gs. 150 mensual. La única persona capacitada para ejercer este cargo, don Teodoro Rojas, no acepta su nombramiento en tal carácter, pero sí se compromete a dedicar todos sus conocimientos para organizar el Museo y Jardín Botánico, con un Auxiliar, para organizar el Herbario, Biblioteca y la clasificación botánica de los jardines”.

Pocos meses después, en otra comunicación se señalaba: “Sección Herbario: esta sección está atendida perfectamente por el señor Teodoro Rojas, quien realiza trabajos de suma importancia, como ser desinfecciones a base de bicloruro para no ser destruidas por las polillas las muestras del Herbario. Se inició los trabajos de su reorganización, para formar álbumes, con muestras de nuestra flora exclusiva y álbumes de flora conseguida en el extranjero, que servirán para estudios, etc.”.

A lo largo de más de cien años, la colección del Herbario fue pasando de alta consideración a un desprecio absoluto. Un desteñido cartel a la entrada del Herbario, recuerda los nombres de sus encargados desde los años de su creación (respetables personalidades del ámbito científico) y algunas instituciones extranjeras de mucho prestigio que aportaron con diversas iniciativas para sostener esta sección. Ningún esfuerzo fue suficiente y desde inicios del siglo XXI su degradación fue acelerada.

Importancia del Herbario. Y qué hacer en adelante

Si bien el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción se fundó en 1914, sus especificidades fueron definidas recién en el año 1918, con la Ley 303 que creaba el Parque y Museo de Historia Natural. Esta Ley, en su Artículo 2°, enunciando las Secciones Principales del Parque, refiere lo siguiente en lo pertinente al Herbario: “Museo de Historia Natural. Será formado principalmente de materiales nacionales y lo constituirán colecciones botánicas (herbario), zoológicas, etnológicas, mineralógicas, y paleontológicas, con talleres taxidérmicos anexos para la preparación de los objetos destinados a surtir los museos. A cargo de esta sección estarán la formación y conservación de los gabinetes de historia natural de los establecimientos nacionales de instrucción”.

El notable estado actual de deterioro de las colecciones del Herbario (y los informes preliminares como el ya citado de la Contraloría General de la República, del año 2007) permiten suponer que existe no solo un alto riesgo, sino además daños irreparables en varios casos. Es posible que muchos de sus componentes ya no tengan un valor de uso científico por las condiciones en que se encuentran. Sin embargo, no perderán nunca su valor histórico, pues son evidencia física de los primeros esfuerzos locales para generar bases de datos de investigaciones científicas.

Herbario "Teodoro Rojas" en completo abandono © Javier Yubi

Herbario “Teodoro Rojas”, hoy © Javier Yubi

Es necesario que los encargados de las instituciones responsables del JBZA tengan el conocimiento de estos antecedentes del Herbario Teodoro Rojas, que lo convierten en un conjunto de bienes de valor histórico patrimonial, con un amplio marco legal que lo resguarda, empezando por la Constitución Nacional, que en su Artículo 81 sobre el Patrimonio Cultural señala que: “Se arbitrarán los medios necesarios para la conservación, el rescate y la restauración de los objetos, documentos y espacios de valor histórico, arqueológico, paleontológico, artístico o científico, así como de sus respectivos entornos físicos, que hacen parte del patrimonio cultural de la Nación (…) Quedan prohibidos el uso inapropiado y el empleo desnaturalizante de dichos bienes, su destrucción, su alteración dolosa…”. Por su parte la Ley 5621/16 de Protección del Patrimonio Cultural, en su Artículo 5° sobre Clasificación de los bienes culturales que integran el patrimonio, inciso f), identifica como tales a “los museos, instituciones públicas o privadas sin fines de lucro, encargadas de la adquisición, preservación, salvaguardia, restauración, exhibición y difusión de colecciones artísticas, históricas o científicas”.

También es pertinente recordar que las autoridades responsables, aun cuando no cuenten con recursos necesarios para la protección de los bienes patrimoniales en custodia, tienen la obligación de alertar a la Secretaría Nacional de Cultura sobre la situación de riesgo, tal como puede leerse en el Artículo 29° de la citada Ley: “Las gobernaciones y municipalidades comunicarán en tiempo y forma a la Secretaría Nacional de Cultura cualquier situación de peligro en que pudieren encontrarse los bienes integrantes del patrimonio cultural nacional dentro de sus circunscripciones”.

Herbario "Teodoro Rojas" © Javier Yubi

El herbario. Junto a la Flora Brasiliensis, la imagen de Teodoro Rojas © Javier Yubi

Finalmente, es importante tener en cuenta que la misma Ley, en su artículo 42°, sobre Régimen de Sanciones Administrativas, establece en su inciso b) que “Será castigado con multa de entre 200 (doscientos) y 400 (cuatrocientos) jornales mínimos para actividades diversas no especificadas, quienes hubieren faltado al deber de guarda de los bienes culturales”.

A la aplicación de mecanismos existentes para la protección, deberían sumarse los necesarios para el rescate y puesta en valor de este acervo patrimonial, situando el Herbario Teodoro Rojas dentro de su contexto (el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción), considerando un plan integral que requerirá necesariamente la participación no solo de expertos en patrimonio cultural, sino también en patrimonio edilicio y paisajístico, arqueólogos y botánicos, entre otros.

El Herbario Teodoro Rojas es uno de los componentes más valiosos del enorme legado de aquellos notables investigadores que desarrollaron parte importante de su actividad científica para el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción a inicios del siglo XX. No solo por los descubrimientos aportados en cuanto a la flora del Paraguay, también y muy especialmente porque tales descubrimientos reforzaron el sentido de pertenencia e identidad sobre territorios fronterizos que estaban en arbitraje y otros, como el chaco paraguayo, en plena disputa bélica con Bolivia.

Teodoro Rojas

El doctor Teodoro Rojas Vera, quien fuera el primer botánico paraguayo, nació en Asunción un 23 de setiembre de 1877. Pasó su infancia en la compañía Guazú Rocai de la ciudad de San Bernardino y, al no ingresar al Colegio Nacional de la Capital para sus estudios secundarios, regresó a aquella ciudad para luego iniciarse como recolector de plantas con el doctor Emilio Hassler, quien sería su mentor pues había notado cualidades para la botánica en el joven Rojas a sus 14 años, facilitando su aprendizaje de los idiomas alemán, latín y español. Con él realizó excursiones por la cordillera de los Altos y regiones cercanas, para luego viajar en el año 1897 a Ginebra (Suiza), donde aprendió técnicas de herbario en el jardín Botánico de esa ciudad.

Cortesía Portal Guaraní

Cortesía Portal Guaraní

Al volver, en 1903, emprendió un recorrido por el río Paraguay en barco, hacia el Gran Chaco Paraguayo hasta Santa Elena, a fin de realizar recolecciones de plantas que luego fueron enviadas para su estudio a Suiza, con las que se inició la publicación seriada de Plantae Hassleriane (1898/1907). Realizó varios viajes con Hassler, entre ellos a la Sierra del Mbaracayú, pasando por Rosario, San Estanislao, Ygatimí e Ypejhú. También el trayecto en barco al nordeste por el río Paraguay hasta Concepción, por el río Aquidabán y el río Apa hasta las regiones calcáreas del Bella Vista, para luego seguir viajando y recolectando ya solo, pues Hassler había viajado a Europa, encargándole y costeando exploraciones al Chaco Paraguayo frente a Concepción, en zonas de Loma Porá, Santa Elisa y Campos de Quevedo. De las recolecciones de Rojas realizadas de las zonas del río Pilcomayo inferior, Hassler publicó Contribuciones a la flora del Chaco Argentino Paraguayo, en 1909.

Etiqueta de Herbarium. Colecta de Hassler y Rojas, Ginebra. Fuente: Carlos Ossenbach y Rudolf Jenny. Cortesía

Etiqueta de Herbarium. Colecta de Hassler y Rojas, Ginebra. Fuente: Carlos Ossenbach y Rudolf Jenny. Cortesía

Teodoro Rojas siguió viajando, dirigiéndose al Nordeste desde Concepción, hasta los límites del Paraguay en la Sierra de Amambay, el Brasil, y regresando por Pedro Juan Caballero. Realizó diferentes e importantes colaboraciones a las visitas y recorridos de exploraciones en el Paraguay de diversos investigadores. En 1915 acompañó al botánico alemán de Montevideo, el doctor Cornelio Osten. En 1916/17, acompañó al doctor Robert Chodat y a su ayudante, el doctor W. Visher, del Jardín Botánico de Ginebra.

Realizó también recorridos al norte del río Paraguay en 1916, ya como miembro del Jardín Botánico de Asunción, para colaboraciones al Herbario y enviar sus colecciones al Museo Botánico de Berlín, siendo además un importante colaborador de la Revista del Jardín Botánico y Museo de Historia Natural del Paraguay desde su aparición en 1921, y de la Sociedad Nacional de Agricultura, desde 1928.

Teodoro Rojas y familia en el Jardín Botánico de Asunción, ca. 1940. Fuente: El Botánico, nuestro jardín. Cortesía

Teodoro Rojas y familia en el Jardín Botánico de Asunción, ca. 1940. Fuente: El Botánico, nuestro jardín. Cortesía

Fueron muy variados sus trabajos y aportes a lo largo de su profesión, tanto que en 1905, Malme le dedicó el género Rojasia, por su trabajo de tal año en Santa Elisa.

En el Tomo III de la Revista del Jardín Botánico y Museo de Historia Natural del Paraguay, del año 1933, se incluyó un estudio científico sobre el Chaco, denominado “Ensayo fitogeográfico sobre el Chaco Boreal”, de autoría del doctor Fiebrig, con colaboración de Teodoro Rojas.

En el Chaco, Rojas participó, además, en la retaguardia de la guerra entre Paraguay y Bolivia desde 1932, realizando sus recolecciones y escribiendo la localidad de sus plantas como “Chaco Boreal del Paraguay” debido a su nacionalismo, sin cambiarla pese a las variaciones de límites a causa de la contienda.

Teodoro Rojas (sentado) en Fortín López de Filippis, 1933. Cortesía

Teodoro Rojas (sentado) en Fortín López de Filippis, 1933. Cortesía

En el Tomo IV, del año 1935, se mencionó a la flora y gea de la parte Noreste del Paraguay, de la expedición realizada por el Jardín Botánico en 1933/34, con mapas de Karl Fiebrig en colaboración con Teodoro Rojas.

 

* Carlos Zárate es arquitecto, docente, investigador, magíster en Restauración y conservación de bienes arquitectónicos y monumentales, coordinador de área de Teoría y Urbanismo (FADA-UNA) y miembro del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas (CPCH).

* Marli Delgado es arquitecta, investigadora, docente de las cátedras Historia de la Arquitectura del Paisaje en Paraguay y Arquitectura 4 (FADA-UNA).

1 Comment

1 Comentario

  1. Oscar Ortega Arq.

    14 de agosto de 2024 at 07:01

    Loable Acción de un ciudadano que dono todo su esfuerzo y dedicación de su vida a la preservación de nuestro “Acerbo Intelectual” de nuestra rica flora y fauna, sin está prosapia labor no iríamos a conocer nuestro pasado de riqueza natural, hoy desaparecida y abandonada. Gracias a ésta profícua labor intelectual de recopilación, clasificación, preservación y dedicacion, hoy disponemos de un “Archivo Material, pasible de Consultar”
    Mis Respeto y Admiracion a estos Patriotas de antanño que nos muestran su Labor y Legado.
    “Loor y Gloria”

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