Cultura
Anarchivando. Prácticas de archivo en la 17ª Bienal de Estambul
El 20 de noviembre se clausura la 17ª edición de la Bienal de Estambul, evento en el cual el archivo y la documentación guardan especial posición. Conceptualizada como “Anarchiving”, esta práctica no se presenta como un tema cerrado sino en sintonía con otras conversaciones que se intersectan a través de diversas disciplinas artísticas. Así lo explica este artículo aparecido en “Artishock”, revista especializada de arte contemporáneo con la que mantenemos vínculos de colaboración.
Marco Scotini y Can Altay: "Disobedience Archive [Ders Bitti]", 17ª Bienal de Estambul, 2022 © Sahir Ugur Eren. Cortesía
2022 es el año donde muchas bienales de arte han reiniciado sus programas luego de la pandemia global, entre ellas la Bienal de Estambul que, a su vez, actualmente está cruzada por una fuerte contingencia sociopolítica en el país, que incluye conflictos bélicos por parte de sus países vecinos y una aguda crisis económica interna. A esto se suma el reciente fallecimiento de Fulya Erdemci, quien fuera en el pasado una de las curadoras de la bienal con un enfoque especial en la relación entre arte y espacio público, tópicos aún hoy protagonistas en la curaduría general.
Respecto a la continuidad de los años anteriores, es importante constatar que la Bienal de Estambul sigue siendo gratuita, luego que su acceso universal fuera comprometido como respuesta durante las protestas de Gezi en 2013. Por lo demás, a la par de otras bienales contemporáneas con foco en la colectividad, la curaduría 2022 no recae solo en una personalidad, sino en un grupo conformado por distintas generaciones y países de origen: Ute Meta Bauer, Amar Kanwar y David Teh.
Así, durante esta edición, que va del 17 de septiembre al 20 de noviembre, se han activado locaciones históricas, circuitos culturales y espacios independientes e institucionales, ratificando así una vez más el aspecto cosmopolita de Estambul y sus capas multiculturales entre occidente y oriente, donde, a la par de museos y galerías, coexisten como sedes un jardín de plantas medicinales, un túnel del metro en desuso, baños turcos (hammam), una escuela para niñas, una ex planta de gas, el antiguo atelier de un calígrafo y artista encuadernador, y una cafetería, entre otros.
Dentro de estos diversos espacios que son parte de la bienal, el archivo y documentación artística guardan especial posición. Conceptualizado en la curaduría como Anarchiving, este no se presenta como un tema cerrado sino en sintonía con otras conversaciones que se intersecan a través de las prácticas artísticas.
Anarchivando -traducido así al español en gerundio a modo de ensamble entre anarquía y archivo- es planteada como una alternativa que, según sus curadores, “puede generar repositorios abiertos que crecen de manera orgánica e impredecible” frente a lo que serían “las convenciones de archivo, que tienden a centralizar los recursos intelectuales y los hacen fijos y autoritarios”. De esta manera, su incidencia en el cuestionamiento a las historias y relatos es asociado a otras palabras claves como estrategias de “dispersión, juego, traducción, migración, fermentación y desintegración”.
Para articular un panorama respecto a lo anterior, actualmente se exhiben varios proyectos de archivo y documentación donde las prácticas artísticas se mezclan con la gastronomía, la botánica o la literatura. También podemos sumar entre estos a BAS, un espacio sin fines de lucro dirigido por artistas que, si bien no es parte de la actual bienal, tiene sus puertas abiertas para visitar una amplia colección de libros y publicaciones de artistas.
Elif Öner y Evrim Kavcar: Dictionary of Sensitive Sounds
Dictionary of Sensitive Sounds, creado por Elif Öner, Evrim Kavcar y en colaboración con más artistas de diversas prácticas, mapea la ciudad a través de una colección de sonidos narrados a modo de notas sugerentes. A su vez, estas notas pasan por diversos medios modificando dimensiones y materialidades, desde lo manuscrito, lo impreso en hojas, como subtítulo de un video, hasta el movimiento corporal filmado. Esta corporalidad de los sonidos sensibles conecta el diccionario con el propio lugar que lo alberga, Performistanbul, espacio de investigación y creación sobre las artes vivas, ubicado en el barrio de Gálata.
Merve Elveren y Çağla Özbek: In Time / On ground
Barın Han es un taller que funciona como importante centro de caligrafía y encuadernación de libros desde hace décadas en el barrio histórico de la ciudad antigua. Allí, como también en Performistanbul, se exhibe In Time / On Ground, el proyecto de Merve Elveren y Çağla Özbek, en colaboración con Women’s Library and Information Centre. Una instalación repleta de documentos creados por mujeres, quienes en un principio se organizaron durante la década de los 80 como una campaña de denuncia contra la violencia a la mujer en Turquía. Luego, en el proceso de organización colectiva, experimentaron con otros medios de socialización y debate a lo largo de los años, albergando actualmente gran cantidad de documentos. Libros traducidos por el propio grupo, cartas y textos de ponencias, campañas, revistas y publicaciones autoeditadas, fotografías de prensa e imágenes coleccionadas, videos con canciones y marchas. Así, esta instalación dialoga con el movimiento feminista actual de manera intergeneracional.
Marco Scotini y Can Altay: Disobedience Archive [Ders Bitti]
Este es un proyecto de Marco Scotini iniciado en el 2005 en colaboración con Can Altay para su actual instalación. A pesar de estar montado en las salas de lo que fuera una escuela ya cerrada -la Escuela Central Griega para Niñas-, este archivo está lejos de ser una obra didáctica. La instalación muestra de forma caótica los documentos audiovisuales en diversos formatos sobre mesas y soportes que recuerdan a pizarras móviles. Sin textos descriptivos, sin fechas y sin títulos, todos los videos se interconectan como una múltiple desobediencia internacional que tiene muchos rostros, idiomas y contextos. Se trata, en definitiva, de abrazar la desobediencia como herramienta para sacudir paradigmas y abonar la conciencia social e individual ante todo aquello de lo que somos parte.
¿Se puede propagar el conocimiento del pasado sin institucionalizarlo?Esa es la pregunta que plantea la curaduría colectiva respecto a las conversaciones del Anarchivando, la cual, expresada dentro del marco de una bienal, revela a su vez las contradicciones del propio arte contemporáneo al estar dentro y fuera de su propia crítica institucional. Sin embargo, justamente esto es lo más destacable, su capacidad de transmitir públicamente diversas experiencias mediante la búsqueda de cuáles serían esos conocimientos del pasado para propagarse. Esta bienal, como otras instituciones, está mostrando claros indicios sobre dónde debieran abrirse las historias a socializar en el presente, esto es, todo lo relativo a prácticas colaborativas, movimientos sociales o feminismos.
Por otro lado, en lo que refiere a las condiciones mismas del archivo como alternativa planteada desde el arte, este no solo puede cuestionar aspectos temáticos de dicho pasado a dialogar. También constata la discusión ya instalada en el marco de la desindustrialización global que cuestiona la sobreproducción de objetos estéticos, abriéndose a la documentación como otra posibilidad. La propagación del conocimiento puede ser incluso no solo a través de imágenes, sino de la traducción, el rumor, la fermentación o la polinización.
Finalmente, es importante mencionar que otras preguntas igualmente cruciales son parte de las preocupaciones compartidas por la curaduría 2022, todas enlazadas a modo de seis corrientes de conversación o pensamiento: el mencionado Anarchivando; Estética trans-sensorial; Política Elemental-Geopoética; Formas de aprender; La continuación de las noticias por otros medios; y Pasado lejano: soluciones poco ortodoxas y antiguas.
Más allá de los contenidos propios de la Bienal de Estambul, sin duda hoy lo más valioso en este país es la capacidad de congregar y encontrarse personas que van y vuelven estos días a Turquía. Artistas que viven desde hace algunos años fuera de su país, pero donde aún insistimos en garantizar la libertad de expresión como un derecho en tensión permanente.
Nota de edición: El presente artículo fue publicado en Artishock, revista de arte contemporáneo, a la que agradecemos esta colaboración.
* Eduardo Cruces es artista, escritor e investigador independiente enfocado en prácticas artísticas y métodos de socialización en el espacio público. Vive entre Concepción, Chile, y Estambul, Turquía. Tiene una maestría en Artes en Esferas Públicas, edhea, Suiza, y una licenciatura en Bellas Artes, UDEC, Chile. Es codirector de GCAS Latinoamérica.
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