Wolfgang Krauch: El “conatus” del paisaje

El sol con su luz que cada día cambia de color. Las plantas indómitas que explotan con su crecimiento escapando a cualquier lógica imaginable, el equilibrio entre la abundancia de vida y horizontes que se disuelven. Esa energía que impulsa las ansias de existir en su mayor potencia, la capacidad de subsistir y renacer, de existir. El conatus del paisaje.

Para ser afectado, hay que permitirse ser permeables. En medio de tanto monte y soledad encontré una matriz que me nutra y proteja. Nos afecta tanto la forma de brillar del sol como la manera en la que una mirada se presenta. Todo lo que nos rodea nos afecta.

Wolfgang Krauch, de la serie “Afectaciones”. Dibujo. Cortesía

Muchas de las cosas que nos afectan se convierten en afectos, por el efecto que tienen sobre el ánima de cada quien. Estas interacciones son llamadas afectaciones. Ni el término ni el significado vienen de mí. Lo aprendí de Spinoza, quien decía que todo lo que nos rodea, en sus manifestaciones materiales y mentales, nos afecta.

Wolfgang Krauch, muestra “Afectaciones”. Cortesía

En el espacio cerrado que crean las plantas con su monte se forma el refugio donde se permite la permeabilidad, bajo sus condiciones, su orden y sus formas. Bajo esta percepción abstracta del paisaje se cruza la música con sus formas definidas en madera que antes eran plantas. En ambos, el vacío llenado por vibraciones. Ver dentro de un instrumento es como ver dentro de un ser vivo. Caminar dentro del monte es caminar dentro de un ser vivo. En sus vacíos entre árboles y maderas está la matriz de infinitas posibilidades.

Wolfgang Krauch, instalación en “Afectaciones”. Cortesía

Un día el verde dejó de ser un solo color para revelar sus infinitas variantes, manifestadas en cada hoja, en cada planta, y siempre cambiantes con el ritmo de la luz. Fue mi resistencia a la permeabilidad la que desistió.

Una continuidad del refugio es dibujo, mi conatus, efecto de mis afectaciones.