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Cultura

Juan Silvano Godoy y José Segundo Decoud: discursos históricos en el Paraguay posbélico (II)

La segunda parte de este artículo sobre los prenovecentistas aborda el intercambio epistolar de José Segundo Decoud y Juan Silvano Godoy con políticos, comerciantes y editores bonaerenses. Las configuraciones discursivas sobre el pasado articuladas por ambos intelectuales estuvieron epistemológicamente formateadas por la idea “regeneracionista”, cuyas proposiciones esenciales se sustentaban en la interpretación liberal y mitrista de la Historia.

José Segundo Decoud y Juan Silvano Godoy. Archivo

José Segundo Decoud y Juan Silvano Godoy. Archivo

La protohistoriografía paraguaya
Matriz liberal y mitrista del discurso regeneracionista

Las configuraciones discursivas de carácter pretérito articuladas por los intelectuales prenovecentistas estuvieron epistemológicamente formateadas por la ideología de la regeneración [1]. Sus principales exponentes fueron jóvenes liberales como Juan Silvano Godoy (1846-1926), José Segundo Decoud (1848-1909) y Diógenes Decoud (1857-1920). Eran descendientes de familias paraguayas radicadas en Argentina que consideraban necesario refundar la nacionalidad paraguaya con base en los principios de la civilización y hacer tabla rasa con el pasado de barbarie, con la patria bastarda de los tiranos. Implementaron una política oficial de elisión y demonización del Mariscal, inaugurada con la ley de “desnaturalización” del 13 de julio de 1871, que tuvo su correlato historiográfico en una interpretación que pugnó por transformarse en hegemónica.

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Las proposiciones esenciales del discurso regeneracionista estaban sustentadas en la interpretación liberal y mitrista de la Historia. Este fenómeno debe contextualizarse en el marco general de la fuerte influencia sociopolítica, económica y cultural ejercida por Argentina durante la posguerra [2], y que pesó de forma determinante en las consideraciones de Decoud y Godoy. En la Colección Carlos Casavalle del Archivo General de la Nación de Argentina encontramos algunos indicios epistolares de los estrechos vínculos –y dependencia– que mantuvieron ambos intelectuales con políticos, comerciantes y editores bonaerenses. La correspondencia enviada por Decoud a Casavalle sugiere la existencia de una fluida relación [3]. El epistolario resulta ilustrativo de las limitaciones del medio cultural paraguayo.

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Decoud pretendía difundir en Buenos Aires sus modestas contribuciones intelectuales y obtener del editor bonaerense novedades bibliográficas referidas fundamentalmente a historia americana. Esto se canalizaba a través de la compra directa de textos y mediante el canje de “ejemplares dobles” existentes en las bibliotecas personales, lo que aseguraba un acceso económico a los mismos. Entre los libros adquiridos por Decoud se destacan la Historia civil y política del Paraguay de Félix de Azara [4], las obras sobre Belgrano y San Martín de Bartolomé Mitre y la Historia de la Revolución Argentina de López [5].

José Segundo fue un activo corresponsal del editor porteño. Demostró diligencia para satisfacer sus intereses comerciales y afanes de coleccionista. Le enviaba libros, folletos, periódicos y escritos originales [6] y se disculpaba cuando no encontraba los materiales solicitados [7]. También le remitía información y documentos referidos al quehacer gubernativo y a la actualidad paraguaya (códigos recientemente sancionados y mensajes presidenciales al Congreso [8]). Además, difundía entre sus amigos catálogos con ofertas de la librería porteña [9]. Intercedió ante autoridades del gobierno para adquirir de forma oficial libros argentinos [10].

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Gracias a estos servicios logró que el ilustre librero divulgara en Buenos Aires algunas de sus modestas producciones, como el folleto Cuestiones políticas y económicas [11] o  la traducción que realizó de la obra de José Alden, La ciencia del gobierno en relación con las instituciones americanas [12]. De la traducción le remitió 50 ejemplares para su venta, a diez o quince pesos, pero facultándolo “para realizarlo a cualquier precio si fuese necesario” [13]; lo importante era la difusión, no el rédito económico.

La correspondencia de Godoy fue más escueta. El tono de las misivas es distinto al utilizado por Decoud. La relación parecía ser exclusivamente de carácter comercial [14] y giraba en torno a la compra y venta de libros, no había interés por documentos. Actuó como corresponsal de Casavalle. En una ocasión solicitó el envío de catálogos con las ofertas de la librería para difundirlos entre sus relaciones [15]. Las referencias a literatura de ficción (obras completas de Julio Verne, por ejemplo) y a cuestiones jurídicas y políticas sugieren una cierta dinamización del “mercado cultural” asunceno, coincidente con la emergencia del revulsivo que significó la acción de la generación del 900 [16].

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

La correspondencia glosada informa sobre los vínculos entre los autores paraguayos con Carlos Casavalle y la existencia de un rudimentario intercambio intelectual. Ilustra, además, sobre la influencia de la historiografía liberal de cuño mitrista y sarmientino que formateó el modo de concebir y glosar el pasado de Godoy y Decoud. En una misiva de 1902, Decoud sentenciaba:

Cada día me convenzo más que la libertad es el fruto de la educación. Los pueblos ignorantes son generalmente pobres, atrasados y serviles. La educación prepara al ciudadano para el ejercicio augusto de la democracia, desarrolla su actividad para todas las manifestaciones de la vida y ensancha los horizontes del espíritu, convirtiéndole en un ser consciente, libre y responsable. La Providencia bendice a los pueblos libres que aman la libertad, colmándolos con sus más ricas primicias: la paz, el progreso, la felicidad y la riqueza” [17].

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Para José Segundo, la evolución –y la suerte– de una sociedad se decidía a través de la tensión entre dos principios contrapuestos, civilización y barbarie. Existen similitudes notorias entre el pensamiento de los liberales paraguayos con los postulados de los emigrados unitarios durante el régimen de Rosas: su manera de interpretar el fenómeno caudillista y la realidad argentina, así como el paradigma historiográfico que pretendieron imponer, tendían a justificar la empresa propagandístico-militar antirrosista que culminó en la campaña de Caseros. No es casual que en Sarmiento, Mitre, y el uruguayo Andrés Lamas (autor de los célebres Apuntes históricos sobre las agresiones del dictador argentino D. Juan Manuel de Rosas…[18]) hubieran encontrado fuentes de inspiración los hermanos Decoud y Juan Silvano Godoy.

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Colección Carlos Casavalle, AGNA © Tomás Sansón Corbo

Notas

[1] Es este sentido resulta muy útil el aporte de Raúl Amaral en torno a lo que considera los dos proyectos ideológicos preponderantes en la posguerra: el de la regeneración y el de reconstrucción (cf. Raúl Amaral, Escritos paraguayos II. El magisterio de la libertad [Asunción, Biblioteca Virtual del Paraguay, 2003], p. 29). Sin entrar a polemizar sobre la pertinencia de esta formulación, creemos que puede plantearse, a modo de hipótesis, una influencia de los mismos en las interpretaciones de carácter pretérito. Se trataba de dos miradas prospectivas que suponían sendas interpretaciones retrospectivas: una formulada por los antiguos exiliados del lopizmo, para quienes era necesario crear, “fundar”, de nuevo el país –que tuvo una de sus más cabales expresiones en el periódico La Regeneración–; y la segunda, planteada por los “veteranos” de la guerra, para quienes la labor implicaba levantar de nuevo los cimientos materiales y espirituales de la nación.

[2] Según Luc Capdevila, “la antigua provincia destruida se volvió de facto una dependencia de la Argentina, de su puerto y de sus capitales”; se produjo un “giro de la alta sociedad asuncena hacia el horizonte cultural porteño” (Luc Capdevila, Una guerra total: Paraguay, 1864-1870 [Buenos Aires – Asunción, 2010], p. 150). Paraguay adoptó los códigos argentinos “a libro cerrado” (Efraím Cardozo, Breve historia del Paraguay [Asunción, 2009], p. 120) para regular su ordenamiento jurídico; los docentes guaraníes procuraban realizar estudios de profundización en la Escuela Normal de Paraná; los oficiales del ejército preferían perfeccionarse en academias porteñas y los intelectuales recurrían a editores de esa ciudad para publicar y difundir sus obras.

[3] Los tópicos de referencia son similares a los contenidos en los epistolarios de los historiadores del siglo XIX que dinamizaron el campo historiográfico rioplatense. No hay indicios de una amistad de carácter íntimo ni referencias familiares, salvo una solicitud a favor de su hermano Diógenes, para que Casavalle lo recomendara “para algún empleo” (Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 23 de setiembre de 1877, en Colección Carlos Casavalle [en adelante: CCC], legajo 4 [en adelante, l. 4], Archivo General de la Nación de Argentina [en adelante: AGNA]).

[4] Cf. Cartas de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 17 de diciembre de 1879 y 10 de enero de 1880, en CCC, l. 4, AGNA.

[5] Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 22 de diciembre de 1882, en CCC, l. 4, AGNA.

[6] En una ocasión describe el tipo de documentos enviados: “(…) 1º Documento que contiene al final un decreto de la Junta Gubernativa que se instaló después de la Revolución del año 1811 (…) 2º Documento que contiene un informe de Don Pedro Juan Caballero, prohombre de la Revolución del año 11 para derrocar al gobierno español. 3º Una media hoja que contiene la firma de Bernardo de Velasco, último gobernador español en el Paraguay. 4º Documento suscrito por Juan Manuel Gamarra, jefe paraguayo que se distinguió en la batalla de Paraguarí y Tacuarí (…)”.  (Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 23 de setiembre de 1877, en CCC, l. 4, AGNA).

[7] “Tengo el sentimiento de participarle que a pesar de las activas diligencias que he hecho no he podido conseguir ninguno de los libritos publicados aquí por los PP. Jesuitas. No debe a Ud. extrañar esto si tiene presente que durante la pasada guerra, los libros viejos y escrituras eran empleados para hacer cartuchos, a falta de papel de que carecieron completamente en los últimos tiempos. Espero, sin embargo, poder serle útil en alguna otra cosa” (Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 5 de octubre de 1880, en CCC, l. 4, AGNA).

[8] Por ejemplo, una de las tantas veces que ocupó el Ministerio de Relaciones Exteriores (Cf. Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 10 de abril de 1888, en CCC, l. 4, AGNA).

[9]  Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 17 de diciembre de 1879, en CCC, l. 4, AGNA.

[10]  Cf. Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 16 de noviembre de 1887, en CCC, l. 4, AGNA.

[11] José Segundo Decoud, Cuestiones políticas y económicas (Asunción, 1877). Referencia en: Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 17 de diciembre 1879, en CCC, l. 4, AGNA.

[12] José Alden, “La ciencia de gobierno en relación con las instituciones americanas” (Traducción del inglés al español por José Segundo Decoud. Con apéndices que contienen la Constitución de la República del Paraguay, la ley de Jurados, los reglamentos internos de ambas cámaras, etc. etc.) (Asunción, 1877).

[13] Carta de José Segundo Decoud a Carlos Casavalle, Asunción, 4 de octubre de 1877, en CCC, l. 4, AGNA.

[14] “Por el momento voy a hacerle un pedido. Si no lo consigue allí, hágame el bien de encargarlo a Chile con urgencia. Título de la obra: Temas políticos, ó examen comparativo crítico de las constituciones hispano-americanas de Brasil y Haití, dos tomos, Santiago de Chile 1991 [sic]. Tan pronto lo obtenga, le estimaré, se sirva avisarme juntamente con el precio”. (Carta de Juan Silvano Godoy a Carlos Casavalle, Asunción, 10 de junio de 1902, en CCC, l. 18, AGNA).

[15] Carta de Juan Silvano Godoy a Carlos Casavalle, Asunción, 16 de setiembre de 1902, en CCC, l. 18, AGNA.

[16] En el Archivo General de la Nación de Uruguay identificamos algunas cartas remitidas a Godoy por José Sienra Carranza y por Matías Alonso Criado, relacionadas con cuestiones comerciales. Una de ellas, de Alonso, da algunos datos interesantes sobre intercambio intelectual: “Hace tres días recibí 3 folletos de su último trabajo sobre el General Díaz. El que tras el nombre del Dr. S. Carranza se lo remití enseguida, el 2º lo estoy leyendo con el interés que me inspiran sus trabajos, y el 3º con algunas referencias se lo remitiré al periódico local que ofrezca más interés. Agradezco a V. su obsequio y le felicito por su inteligente perseverancia sobre los estudios históricos, que tienen el doble mérito de hacer la luz sobre la más grande tragedia americana y formar escuela, estimulando a otros para trabajos análogos, pues desde que V. comenzó le han seguido Garay, Domínguez y otros. Tomo nota de su ofrecimiento de nuevos trabajos, cuyo tema internacional es interesante” (Matías Alonso Criado a Juan Silvano Godoy, Montevideo, 3 de abril de 1897, en Colección “Octavio Assunção”, Caja 49, carpeta 512, Archivo General de la Nación de Uruguay). Aparecen en estas líneas muchos elementos que caracterizaron el funcionamiento del espacio historiográfico rioplatense desde la década de 1850: a) la referencia al obsequio de una obra, realizado por parte de un autor a otro que buscaba, fundamentalmente, un parecer crítico o, en la mayoría de los casos, de carácter laudatorio; b) hacerla llegar por medio del remitente a otros potenciales interesados en el tema quienes, a su vez, se convertirían en difusores del mismo; y c) tal vez uno de los elementos más importantes, lograr un comentario en algún medio de prensa que permitiera una divulgación mayor del trabajo en el “mercado consumidor” de referencia, el montevideano en este caso.

[17] Carta de José Segundo Decoud a destinatario desconocido, Asunción, 1º de agosto de 1902, en CCC, l. 4, AGNA.

[18] Andrés Lamas, Apuntes históricos sobre las agresiones del dictador argentino D. Juan Manuel de Rosas contra la Independencia de la República Oriental del Uruguay (Montevideo, 1849).

 

* Tomás Sansón Corbo es doctor en Historia por la Universidad de La Plata (Argentina). Es profesor e investigador en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (Uruguay). Dirige el Grupo de Estudios sobre Historia y Cultura de Paraguay.

 

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