Cultura
Kuña Graffiti: arte urbano y mujeres
Mural colectivo, Skinny Fest. Vol. 2 - 2017. Dusk (letras), @dabliu.one (dibujo). Cortesía
La calle, la noche, los espacios públicos, el riesgo y la osadía de cambiar lienzos por murallas como soporte para el desarrollo creativo son elementos atribuidos históricamente a los hombres. Sin embargo, las mujeres estuvieron desde un principio en la producción de diferentes expresiones artísticas en el ámbito urbano, aunque pocas veces se las mencione como protagonistas. Hace medio siglo Linda Nochlin se preguntaba ¿por qué no hubo grandes mujeres artistas? [1], evidenciando justamente este vacío discursivo desde una mirada androcéntrica.
Arte urbano y mujeres. Una aproximación al arte contemporáneo que tiene como protagonistas a mujeres creadoras en Asunción es una investigación que tiene como principal objetivo contribuir a saldar, en alguna medida, esta deuda discursiva. El proyecto fue uno de los ganadores del Fondo Municipal de Investigación de las Artes y la Cultura, de la Municipalidad de Asunción, edición 2018. El equipo de investigación estuvo conformado por Yaíza Gaona, Rafael Brítez y quien esto escribe.
La investigación desarrolla un marco conceptual en el cual se define al arte urbano, el street art, y sus diversas técnicas desde un abordaje histórico. Hace un recuento de la participación de las mujeres en el arte callejero y el artivismo en América Latina y en Paraguay. Por otro lado, ofrece un análisis desde las voces de las mismas artistas y sus obras por medio del estudio seis de casos en Asunción. A continuación, una breve síntesis de los mismos.
“Héroes de la Dependencia”: El humor como recurso crítico y lugar de resistencia
Los festejos del Bicentenario en el año 2011 fueron el escenario de una de las obras de arte callejero más críticas y transgresoras realizadas en la ciudad de Asunción. Héroes de la Dependencia es un proyecto ideado y producido por Yuki Yshizuka, plasmado por varios artistas en murales ubicados a lo largo de la calle El Paraguayo Independiente. Contó inicialmente con el apoyo de la Secretaría Nacional de Cultura y posteriormente continuó de manera autogestionada desarrollando cerca de 20 obras murales entre los años 2011 y 2012.
Cuestionar lo incuestionable, dudar de los relatos históricos construidos como verdades sagradas por las políticas nacionalistas fue el motor creativo del proyecto. El paternalismo estatal, el patrimonialismo, la concentración del poder, el autoritarismo, son cuestionados a través de la deconstrucción de personajes históricos como el Dr. Francia, el Mcal. Francisco Solano López, el Gral. Stroessner y otros. Utilizando la caricaturización se maximizaron estos rasgos dejando en evidencia las contradicciones y los ocultamientos del discurso político hegemónico.
Yuki utiliza el humor y la sátira como herramientas de opinión y de crítica, pero también como el espacio desde donde resistir al sistema. Genera grietas en la monolítica solemnidad que escuda a los relatos históricos oficiales, que operan como dispositivos políticos para la reproducción del discurso nacionalista y patriarcal.
Graffiteras y cultura del Hip Hop: La potente narrativa de lo subalterno
La cultura hip hop nace a finales de los años 60 en Estados Unidos como movimiento contracultural en las periferias de Nueva York, donde habitaban los grupos excluidos, migrantes afrodescendientes y latinoamericanos. Dentro de este movimiento, los graffitis son una de las formas de manifestarse, de tomar las calles y los espacios públicos con un lenguaje propio.
En nuestro país las mujeres han cobrado mayor protagonismo en el mundo del graffiti en los últimos 5 años. El colectivo Las Tóxikas, creado en 2016, está conformado por Antotxk, Konan, Giz y Palo. Es uno de los crews o colectivos que se dedican a este tipo de manifestación urbana. Su arte es de protesta, denunciando al Estado por todas las situaciones con las que no están de acuerdo. Utilizan las paredes para plasmar sus mensajes, porque es en las calles donde está el pueblo, a quienes quieren llegar. Así como Las Tóxikas, otras artistas que se identifican con la cultura del hip hop son Deim y Domi, cuyas manifestaciones son analizadas en la investigación.
¿Qué nos dicen estas artistas con sus obras? Que las mujeres del hip hop están presentes y están construyendo su espacio de manera autónoma, libres, sin tutela masculina y sin subordinación. Transmiten, a través de los colores fuertes y las letras deformadas, que la ciudad es habitada también por ellas y aunque se enfrentan doblemente a la inseguridad de las calles, al acoso policial o incluso de sus mismos pares, están dispuestas a cobrarse lo suyo, a tomar el espacio público marcándolo desde sus propias subjetividades.
Vero Sforza: El arte como un puente entre personas y mundos
Las tintas negras y trazos fuertes de Verónica Sforza son una forma de expresar lo grotesco, lo temible y lo políticamente incorrecto de una manera sutil, extrayendo belleza de la paradoja, del misterio, del oxímoron. Combina varias disciplinas de las artes como la música y el diseño gráfico para contar historias al mundo. Uno de los aspectos que más le atrae del arte es la capacidad de poder comunicarse con toda la diversidad humana.
Algunas de sus obras murales más conocidas fueron plasmadas en espacios culturales alternativos vinculados a la música jazz y blues. En el año 2020 fue ganadora de la 6ª edición del Premio de Artes Visuales de la Embajada de Alemania con su obra Introspección. La misma fue plasmada en el Centro Municipal de Información Turística de la Municipalidad de Asunción, en la Costanera, e ilustra un paisaje diurno en el que se funden casi oníricamente la naturaleza y la cotidianeidad del encierro en una habitación. El mural presenta un panorama lleno de colores, de diversidad, de especies exóticas, una naturaleza en calma, preservada y viva que llama a reflexionar sobre las formas de relacionamiento con ella, principalmente en tiempos de crisis ambientales y pandemia.
Priz Praz Pruz: Guerrera urbana
La artista ha desarrollado trayectorias diversas. Actualmente se dedica a la pintura y al diseño en variadas formas. Utiliza todo tipo de soportes, desde objetos pequeños, como lo es un tapaboca, hasta grandes superficies como murales. En sus inicios utilizó el arte como activismo y protesta, lo que la llevó a ser más mediática. Una de sus obras más polémicas fue la pintada con los colores del arco iris –reivindicando los la bandera del movimiento TLGBI– en la Escalinata Antequera en el año 2013, obra que se mantuvo anónima en ese momento ante la reacción de los sectores fundamentalistas. Ese mismo año concretó La ratonera, intervención realizada en conjunto con un colectivo de artistas, denunciando la corrupción en el parlamento y comparando a los senadores con ratas.
Rechaza la idea de un arte de galería que sea pensado solo para un público reducido. Se enfoca en un arte accesible para toda la gente en el cual son visibles elementos de la identidad paraguaya, tales como el idioma guaraní, el ñandutí y el ao poi, con contenidos sociales y mensajes de cuidado ambiental. Priz Praz Pruz es un grito de lucha y resistencia creativa en las paredes de Asunción que invita a tomar las calles y a usarlas como lienzos para la expresión.
La investigación también aborda otras manifestaciones como las pintatas colectivas de mujeres, que pueden apreciarse en diferentes puntos de Asunción, por ejemplo, en la cuadra cultural de “La Chispa”, sobre la calle Estrella. También las que se realizan en el marco de las marchas anuales por el 8M, día internacional de la mujer trabajadora, y el 25N, día de lucha contra la violencia hacia la mujer.
A través de este recorrido, que no pretende ser exhaustivo, sino más bien una invitación a profundizar y sumar, se puede apreciar cómo las artistas urbanas colocan sus propios temas en la agenda política de la ciudad: la violencia de género, la corrupción, las prácticas políticas mafiosas y prebendarias, los abusos de poder por parte de las fuerzas del orden, el acoso sexual, los feminicidios, la discriminación, el acceso a la tierra y a la vivienda para las mujeres. Pero también expresan sus sueños, sus ideales, sus deseos, dando vida con colores fuertes y enérgicos a las paredes grises y las calles desgastadas.
Estas características son enormes potenciales para la gestión cultural en el ámbito urbano. Ellas movilizan a su generación, a sus comunidades, a sus grupos de interés, son comunicadoras por excelencia, en algunos casos son educadoras populares, en otros, actúan en redes llegando a amplios y diversos sectores de la sociedad.
Es inconcebible que la ciudad, como categoría de organización social, quede ciega a sus problemáticas, así como es inconcebible que el mundo del arte, como mundo simbólico, se prive de sus aportes.
Notas
Para conocer más sobre la investigación y acceder al documento completo se puede ingresar a la plataforma de Kuña Graffiti.
[1] Linda Nochlin. “Why have there been no great women artists?”, Art News, enero 1971.
* Gabriela Schvartzman es politóloga, activista e investigadora feminista.
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