Cultura
¿Afrodescendientes en Paraguay?
Este martes 31 de agosto se celebra a nivel mundial el Día Internacional de los Afrodescendientes, pero en Paraguay aún se pone en duda que los haya habido. No solo se niega la existencia real de comunidades que se reconocen como afrodescendientes, sino que también está en juego el rechazo y la discriminación ante lo afro, desconociendo nuestra misma conformación identitaria.
© Natalia Ántola Guggiari
Varios motivos nos convocan a escribir una vez más sobre este tema tan importante para la sociedad paraguaya.
Por un lado, a fines del año pasado, la Asamblea General de Naciones Unidas “decide proclamar el 31 de agosto Día Internacional de los Afrodescendientes, a fin de promover un mayor reconocimiento y respeto de la diversidad del legado, la cultura y la contribución de los afrodescendientes al desarrollo de las sociedades, así como de promover el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los afrodescendientes”. Por lo tanto, el próximo martes será la primera vez que celebremos esta fecha.
Por otro lado, el 23 de septiembre se recuerda el Día de la Cultura Afroparaguaya, aprobado por nuestro parlamento en 2015. Además, para este año 2021, el Ministerio de Educación y Ciencias ha establecido como denominación de las promociones para todas las instituciones educativas la de “Sesquicentenario de la epopeya nacional: 1864-1870. Afroparaguayos en la Guerra contra la Triple Alianza. Homenaje a José de Antequera y Castro”.
Por último, pero no menos importante, en las Cámaras de Representantes se está discutiendo el proyecto de ley “que reconoce a la población afrodescendiente del Paraguay como una minoría étnica e incorpora el legado de las comunidades afrodescendientes en la historia, su participación y aportes en la conformación de la nación, en sus diversas expresiones culturales”. Este proyecto ya tiene media sanción en el Senado y está siendo tratado por las diversas comisiones en la Cámara de Diputados.
¿Afrodescendientes en Paraguay?
Hace 50 años (sí, cincuenta años ya) que Josefina Pla publicara la obra pionera Hermano negro. La esclavitud en Paraguay. Hace 50 años que frente a nuestros ojos tenemos que con la misma expedición de Pedro de Mendoza entraron al Paraguay las primeras personas esclavizadas provenientes de África.
Tras el de Josefina Pla vinieron los trabajos de John Hoyt Williams, Ana María Argüello, Jerry Cooney, Monseñor Blujaki, Alfredo Boccia Romañach, Carlos Colombino, Capucine Boidin, Alfredo Viola, León Cadogan, Paulo de Carvalho Neto y los míos propios, entre otros muchos historiadores. Completaríamos una linda biblioteca con todo lo existente.
Pero no. En Paraguay nunca hubo negros. Y toda esa lista de gente no es más que un puñado de narradores de fake news.
Todos los que investigamos la historia del Paraguay nos servimos de la documentación existente en diferentes archivos, pero fundamentalmente en nuestro Archivo Nacional. Archivo que está digitalizado casi en su totalidad y al que se puede acceder desde cualquier plataforma. Un tipo de documentación que solemos utilizar son los censos poblacionales.
Según el censo de 1782 la población afrodescendiente era del 11,3% (7,2 libres y 4,1 esclavizada); en 1799 llegaba al 11,7% (7,4% libre y 4,3 esclavizada) y en 1846 era del 7,4% (3,6 libre y 3,8 esclavizada).
Si nos centramos ahora en Asunción encontramos que esta población afrodescendiente llegaba al 54,7% en 1782 y al 43,7%. Parece mentira que la mitad de la población asuncena sea afrodescendiente, pero tiene su explicación. La mayoría de las órdenes religiosas poseían población esclavizada en sus rancherías. La actual Plaza Uruguaya era la ranchería del convento franciscano. Además, como ocurre siempre y hasta nuestros días, las capitales son el territorio ideal para conseguir trabajo o conchabo.
Lo que ocurría en Asunción se experimentaba también en otras ciudades grandes del Virreinato del Río de la Plata. Córdoba tenía el 58,4% de su población afrodescendiente y Catamarca el 73,7%, y la lista podría seguir. En esto tampoco el Paraguay era una isla rodeada de tierra.
Pero claro, los censos mienten, todos, los de todos lados. En Paraguay nunca hubo negros.
¿Y dónde están los afrodescendientes?
Quizá la respuesta más rápida sería: en el espejo de cada persona que tiene ascendientes más allá de 1870.
Pero si somos un poco más analíticos tenemos que comprender dos procesos simultáneos.
Por un lado, hay una comunidad de afrodescendientes que permanecieron tras la Guerra contra la Triple Alianza, que diezmó la población. Los encontramos en Kamba Kua, en Emboscada, en Paraguarí, en la zona norte de Concepción y desparramados por la geografía nacional. Cada uno de estos grupos tiene una historia particular.
Por otro lado, ser afrodescendiente antes de 1870 era ser objeto de discriminación. No solo simbólica, sino dura y pura, que ¡hasta los castigos eran diferentes para ellos, siempre más duros!
Las estrategias para dejar de ser tenido como afrodescendiente eran múltiples. Desde cambiarse de parroquias para recibir los sacramentos o prestar servicio militar en las compañías que no eran para pardos (que hasta en eso estaban separados). Pero ahora surge lo más interesante. Si pueden dar este salto categorial, de ser tenidos como “pardos o morenos” a ser considerados como “españoles”, no es por otra razón que ni el “pardo” era tan “pardo” ni el “español” tan “blanco”.
En Paraguay se dio, como todos sabemos, un enorme mestizaje. Desgraciadamente se suele pensar que ese mestizaje ocurrió solo en el siglo XVI, a la llegada de los conquistadores, y que luego nos volvimos todos blancos por arte de la naturaleza y la biología.
No, no fue así. El mestizaje siguió profundizándose y ya no fue entre españoles e indígenas, sino entre mestizos, indígenas, afrodescendientes y las múltiples combinaciones imaginables. Al Paraguay no llegaron más contingentes de españoles sino recién a fines del siglo XVIII, y por muy poco tiempo. Es por eso que el rey de España ordenó que a los mestizos del Paraguay se los considerase como españoles.
Imaginemos por un momento una chacra de un miembro de la elite asuncena (que ya era mestizo) donde vivían esclavizados afrodescendientes, indígenas yanaconas (que vivían en la misma casa, no en los Pueblos de Indios) y la misma familia de la elite. Entonces, el “tipo paraguayo” hasta la guerra del 70 no es otro que el fruto de este mestizaje, donde había mucho de indígena, bastante de afrodescendiente y muy poco de europeo. Y de ellos y de ellas venimos la mayoría de los habitantes, y no solo del Paraguay sino de todo el Río de la Plata.
Cuando este martes 31 de agosto nos pregunten ¿dónde están los afros?, la respuesta adecuada será: en las comunidades que se reconocen como tales y en la sangre que corre por nuestras venas.
Nota
Las fotografías que ilustran el texto fueron realizadas por Natalia Antola Guggiari para la muestra Los invisibles, organizada por la Casa de la Independencia y el Archivo Nacional en 2018 para conmemorar la Independencia del Paraguay. La exposición fue curada por Ana Barreto Valinotti, entonces directora del Museo Casa de la Independencia, y Vicente Arrúa, director del Archivo Nacional.
* Ignacio Telesca es historiador, miembro de la Academia Paraguaya de la Historia y del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas (CPCH).
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Mario Casartelli
29 de agosto de 2021 at 10:07
Ignacio Telesca ha dado muchos argumentos y pruebas en torno a estos escritos suyos y de otras personalidades a las que menciona. Por otra parte, quienes frecuentamos, hasta ahora, comunidades de afrodescendientes en Paraguay no podemos sino aplaudir a gente como Telesca y sonreír con un dejo de sarcasmo y dolor ante los atrevidos y descabellados “argumentos” de quienes siguen pretendiendo negar lo que a simple vista está y,como nos recuerda el rompió Telesca, corre por nuestras venas.
Fabián
30 de agosto de 2021 at 13:01
El guarani no es propio del Paraguay, se habla o hay hablantes en 7 paises de América