Cultura
Poemas europeos, antología multilingüe
Está en circulación “Poemas europeos”, libro que reúne 27 poemas, uno por cada país miembro de la Unión Europea, en castellano y traducidos a tres lenguas originarias habladas en territorio paraguayo: el guaraní, el toba qom y el manjui. Desde México, Carlos Mackenzie Rebollo escribe sobre los desafíos que supuso publicar esta antología, editada por el escritor Sebastian Ocampos y prologada por la antropóloga Gloria Scappini. El libro es una exhortación, según dice el prólogo, “a la integración real del multilingüismo inherente a la pluriculturalidad legitimada en la Carta Magna”.
[ En punto a traducción es arriesgado hacer afirmaciones generales.
Todo está en el balancín del gusto. Alfonso Reyes ]
Realizar una antología que abarque una cantidad de nacionalidades tan grande como la que compone a la Unión Europea es, por decir poco, un trabajo titánico. Escoger un solo poeta que represente la lírica de su país es complicado por diversos motivos: en los casos, por ejemplo, de España, Francia, Portugal, Italia, incluso Alemania –cuyas culturas, literaturas y escritores nos son familiares–, de los que tenemos noción al menos de dos, tres o más autores, asalta la primera complicación: ¿qué autor representa mejor lo hispano, Luis Cernuda o Antonio Machado?; el espíritu francés, ¿quién lo representa mejor?, ¿Baudelaire o Mallarmé? ¿Será Hölderlin el gran poeta alemán, o sería mejor Goethe? Por otro lado, en el caso de países como Lituania, Letonia, Estonia, Chipre, que en muchas ocasiones se nos dificulta señalarlos en el mapa, las primeras incertidumbres que saltan son: ¿quiénes serán los mejores poetas?, y más relevante aún, ¿cómo puedo acceder a su literatura? ¿habrá alguna traducción al español? Y estamos a expensas, al tratarse de lenguas totalmente desconocidas para nosotros, lectores, de que sea una mala traducción.
Más allá del gusto personal, la selección debe estar basada en la representación de un país y, más relevante, en cómo, desde una perspectiva sociocultural particular, se escribe acerca de lo universal. El coordinador, seleccionador y editor, Sebastian Ocampos, nos da la bienvenida describiendo el entusiasmo y las complicaciones que tuvo al realizar su trabajo:
Poetas universales, algunos con poemas señeros, otros con poemas acorde a los criterios citados, poetas con traducciones confiables, poetas con poemas únicos en escasísimas publicaciones de internet, poetas con poemas que solo podíamos leer en inglés… Lector/a, permítame decirle que no presumo ni exagero al contarle que acudí, durante meses insospechados, a todas las fuentes impresas y digitales que tuve a mi alcance, y a las de otros, amigos/as de diversos países, para culminar este inédito encuentro, a veces temido como insalvable, entre poesía europea conocida y desconocida.
Tengo la certeza de que las complicaciones descritas en el párrafo inicial de esta reseña también fueron parte de la ardua labor que le fue encomendada a Ocampos. Sin embargo, su importancia es mayor que cualquier obstáculo que se ponga en frente de tal hazaña: en primer lugar, la difusión de un género poco leído, incluso entre lectores ávidos, por lo que pone al alcance de la mano una selección de poemas, a modo de una ventana que apenas nos esboza un amplio y vasto paisaje; segundo, la antología no solo está en español, los poemas también son traducidos a tres idiomas nativos de Paraguay: al guaraní, por Gregorio Gómez Centurión, al toba qom por Juan Servín, Sandra Ramírez Caballero y Hernando Flores García, y al manjui por Belisario González Gómez. Esto nos lleva al tercer y más importante lugar, además de darnos a probar la lírica europea del siglo XX: se trata de un libro que está pensado para hablantes no hispanos del Paraguay, con ello se les da la importancia debida y se visualiza que, aunque el español es el idioma predominante en Latinoamérica, hay lenguas/idiomas/dialectos en todo el continente y que se desestiman en pro de la lengua dominante. La traducción no solo es una forma de darles el justo valor que tienen, también es una forma de mantenerlos vivos.
El trabajo de traducción de un poema es algo complejo en sí mismo. El lenguaje, cualquiera que éste sea, es muestra de su cosmogonía, de su forma de ver el mundo; en muchas ocasiones no tiene el mismo impacto una palabra traducida que su original. Por dar un ejemplo, la palabra alemana Wortschatz, que propiamente traducida al español significa “vocabulario”, cuando se traduce de forma literal significa “tesoro de palabras”, término compuesto que tiene un tinte poético bellísimo. Esto nos deja las dos opciones: “vocabulario” para una traducción más seria, “tesoro de palabras” para algo más lírico; sin embargo, utilizar una u otra es decisión de quien realiza esta labor. El encuentro entre lenguajes, pues, pasar de uno a otro, tiene mucho del gusto de los traductores, quienes, con criterio y fundamento, eligen la forma que adquiere el poema en su nuevo contenedor (que además debe evocar a partir de forma, metro, ritmo, figuras retóricas); son ellos quienes eligen cómo verter la belleza, el impacto que causa cada verso en uno nuevo, igual de profundo, pero con un sabor distinto, con un cariz del cual se puedan apropiar quienes leen. En síntesis, se trata de unir dos mundos alejados por el lenguaje, mediante el común que todos tenemos: la condición humana.
En conjunto a su relevancia para la conservación y dignificación de lenguas originarias, así como de acercar a las personas que las utilizan a una estética lejana en su propio medio de expresión, la selección de poetas me parece de lo mejor. Tenemos poetas conocidos, cuya literatura nos es familiar porque, como mencioné al inicio, su difusión es la suficiente para que un lector, sea inicial o experimentado, los conozca. Hablo, por supuesto, de Lorca, Pessoa, Valéry, Cavafis, Yeats, Pavese, George o Rilke; son poetas que de una u otra forma han trascendido el tiempo, el espacio y el lenguaje; su destreza con las palabras y la belleza de sus evocaciones los han puesto entre los clásicos de la literatura universal. Por otro lado, a poetas pertenecientes a países que apenas sabemos que existen, en este hermoso libro podemos tener un acercamiento, mínimo, quizá, pero suficiente para despertar la curiosidad del lector. No es que estos autores sean malos, sino que difícilmente se accede a ellos desde tierras americanas; no solo es un reto encontrar sus textos para antologarlos y ofrecerlos a los lectores, también es difícil, en términos de cultura, encontrar poemas suyos por falta de interés de los países, de editoriales, de agentes que tienen que ver con la difusión literaria. La lejanía y esta falta de interés excluyen autores que merecen nuestra atención como lectores.
Si, por un lado, el equipo que hace posible esta antología tiene por objetivo valorizar las lenguas originarias del Paraguay, tiene, además, el valor añadido de acercar a todo interesado a estas formas de comunicación y, además, de acercarnos a poetas que quizá nunca conoceríamos por falta de difusión. El trabajo que se llevó a cabo no solo es loable y un triunfo para las humanidades (literatura, filología, traducción, lingüística), también debería replicarse con otras lenguas nativas a lo largo de América, con otros autores, del propio continente y de los demás, pues revalorizar la cultura propia y darle difusión a la ajena en un solo intento por acercar a la lectura a todos; es un trabajo deseable y necesario, para entendernos, entender al otro y entender al lejano. Al final, la condición humana es inmutable pese a las circunstancias y las condicionantes sociales y culturales, y hay en la palabra y sus evocaciones una forma de expresar eso universal que a todos nos identifica: “Ningún rumor puede reemplazar a la palabra”.
* Carlos Mackenzie Rebollo (México) es poeta, licenciado en Letras hispánicas y maestro en Humanidades en el área de Filología por la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Tiene estudios de doctorado en Letras españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Datos de edición: Poemas europeos. En castellano, guaraní, toba qom y manjui. Asunción: Editorial Y, 208 páginas. Publicado con apoyo de la Unión Europea, en el marco del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032. El libro es de distribución gratuita y su versión digital puede ser descargada en este enlace.
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