Cultura
Todas las fiestas sin mañana. La odisea (fotográfica) de Nan Goldin
Dentro de pocos días se podrá visitar “La balada de la dependencia sexual”, celebrada obra foto-performática de la artista americana Nan Goldin. En esta edición Fredi Casco recupera fragmentos de una conversación mantenida con ella hace algunos años en Nueva York.
Nan Goldin (1953) llega a Nueva York a finales de los años setenta, justo en el momento en que los ideales de la generación anterior, la del “verano del amor”, se habían esfumado inexorablemente. Le tocó vivir un tiempo diferente. Fueron sin duda años bisagra, que funcionaron no sólo como epílogo de aquella época, sino también como prólogo al “nuevo orden mundial”: el de los años Reagan, la caída del Muro, la epidemia del sida y todo lo que vendría a partir de los años noventa. Podríamos decir, de alguna manera, que llegó para vivir -y contar- la agonía de una larga fiesta.
Munida de una cámara fotográfica, registra su generación – sus amores, desamores, sus excesos, sus tragedias- con el realismo crudo, anfetaminado del flash. Pero esto no es todo. A diferencia de otras grandes fotógrafas neoyorkinas de generaciones anteriores, como Lisette Model (1901-1983) o Diane Arbus (1923-1971), Nan Goldin fotografía su entorno más cercano sin la distancia de sus antecesoras. Su fotografía no solo es dura, cruel, directa, también es inmediata… y a todo color. Ya no le interesa el blanco y negro, lo juzga quizás demasiado sobrio y burgués para documentar la escena del underground, y con ello -junto a otros fotógrafos como Saul Leiter, Joel Meyerowitz o William Eggleston- rompe el mito de que la street photography tiene que ser idealmente en blanco y negro, cambiando para siempre el relato y el canon de la fotografía occidental.
En 2014 tuve oportunidad de entrevistarla en su casa de Brooklyn para el documental Mémoires vives para la Fondation Cartier, por sus 30 años, con Renate Costa y Luis Arteaga. A escasos días de la apertura de su primera muestra en Paraguay, comparto aquí fragmentos de aquella larga entrevista.
— Llegaste a Nueva York en una época muy particular. ¿Cómo te las arreglaste para sobrevivir en medio de la gran “jungla de cemento”?
— Entre 1980 y 1985 trabajé en Times Square, en un bar muy duro, cuando Times Square aún era Times Square, ahora es Disneylandia. Lo compraron todo y cambió por completo. El bar era un lugar muy duro. Y yo me decía: “La vida real es esto”.
— Comenzaste a registrar tu entorno desde un lugar bastante personal, llevabas tu cámara como una especie de diario íntimo. Al mismo tiempo, la escena bohemia, la de la contracultura, estaba más viva que nunca, y vos te encontraste en el medio de toda esa historia…
— Era una época de locura, había muchas drogas, se usaban también socialmente, y alrededor de las drogas se movían muchas cosas. En mi club había una combinación de gays, heteros y gente de todas las orientaciones sexuales, pero ese mundo también estaba vinculado por la música y por un cierto tipo de estética.
— ¿Cómo fue juzgado tu trabajo en aquella época?
— Dicen que en aquella época mi trabajo era marginal, pero ¿marginal en relación a quiénes? El mundo éramos nosotros. Los heteros nos daban igual. Para nosotros, los marginales eran ellos.
— ¿Ha cambiado algo en tu vida desde aquel tiempo?
— Aún vivo de noche. He leído que Ava Gardner dijo: “Vivir de noche es muy difícil… y muy valiente”. Hoy en día socialmente está considerado como algo… La gente todavía me critica porque me acuesto tarde, y me levanto tarde.
— ¿Crees que la fotografía es diferente ahora?
— Parece como si la fotografía fuera un medio de comunicación que acabara de estallar y ya se hubiera apagado. Las cosas eran así, pero ya no lo son. La fotografía ya no existe.
Nan Goldin en Paraguay
The Ballad of Sexual Dependency (La balada de la dependencia sexual), primera muestra individual de Nan Goldin en Sudamérica, será próximamente inaugurada en Fundación Texo para el arte contemporáneo. La exposición, que consiste en una proyección con 684 imágenes acompañadas con una banda sonora dentro de una caja negra, se realiza en el marco de El Ojo Salvaje 2021. La obra a ser presentada es parte de la colección de la Fundación Cartier para el arte contemporáneo.
La balada de la dependencia sexual, corpus fotográfico considerado una pieza de orden performático que toma su título de una canción de Bertolt Brecht, reúne imágenes realizadas entre 1979 y 1995. En 2017 el trabajo de Nan Goldin fue incluido en la la exposición Les visiteurs, realizada en el Centro Cultural Kirchner con curaduría de Guillermo Kuitca, que reunía obras de la Colección Cartier.
Notas
El título del artículo hace referencia a la canción “All tomorrow’s parties” (Todas las fiestas del mañana), de The Velvet Underground, que forma parte de la banda sonora de la instalación.
* Fredi Casco es artista visual y gestor cultural. Es director artístico de Fundación Texo para el Arte Contemporáneo y miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
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monica Gonzalez
23 de mayo de 2021 at 18:42
Que lujo va a ser esa expo!