Adiós a Clemente Juliuz, cronista del Chaco paraguayo

POR Ticio Escobar *

La obra dibujística y pictórica de Clemente Juliuz se inscribe en el contexto de la asombrosa aparición de una nueva imagen indígena surgida en el Chaco paraguayo. Verena Regehr ha promovido el desarrollo del dibujo con birome y la pintura acrílica a partir del impulso espontáneo de los indígenas nivaklé y guaraní occidentales. Clemente Juliuz se ha ocupado principalmente del mundo natural chaqueño dibujando y pintando animales con minuciosa terminación lineal y pictórica, pero también con intensa carga expresiva: sus figuras no desarrollan un mero naturalismo, aunque demuestran gran conocimiento de la flora y la fauna, sino que se llenan de formas y colores capaces de hacer resonar cuestiones inevitables cuando se trata de nombrar el medio ambiente, amenazado y sitiado, reinventado, atendido siempre por la mirada indígena.

Obra de Clemente Juliuz. Imagen publicada por el artista en su perfil de FB

Una exposición reciente, en la que participara Clemente Juliuz, curada por Verena Regehr y Úrsula Regehr, fue enfocada, según palabras de ambas “en la temática de las transformaciones fundamentales ecológicas y ontológicas que experimentan el medio ambiente y las maneras de estar en el mundo de los pueblos indígenas en el Chaco. Los dibujos (con tinta negra sobre papel blanco) y las pinturas (multicolores) de los artistas indígenas expresan y reflejan estas transformaciones en las relaciones entre las personas, entre los seres humanos, los animales y las plantas, tanto como las relaciones entre los diferentes colectivos humanos en el Chaco desde su propia perspectiva”.

Exenta de los cánones estéticos occidentales, la nueva imagen indígena, en la cual aparece destacada la de Juliuz, transita libremente ámbitos diferentes, traspasando líneas divisorias y poniendo en jaque los órdenes y las clasificaciones. Lo que caracteriza el arte indígena –lo que nosotros llamamos “arte indígena”– es justamente su capacidad de desmarcarse de categorías que encasillan los géneros y los estilos. Que encasillan el arte, en última instancia. Las líneas y los colores indígenas trastornan el régimen de las oposiciones entre lo real y lo imaginado, lo decorativo y lo expresivo, lo gráfico y lo plástico, lo plano y lo bidimensional. Y esta fecunda mixtura obedece a razones diversas. No solo se debe a una tradición cultural diferente a la marcada por el arte occidental, sino al hecho mismo de que lo artístico –lo que para nosotros es artístico– corresponde a una matriz híbrida, nutrida de fuerzas diversas, abierta a sentidos plurales y desarrollada mediante prácticas múltiples.

Ese origen diverso, intenso, late con fuerza en la iconografía de Clemente Juliuz, cuya desaparición lamentamos hoy.

Nota de edición: El primer documental que acompaña este artículo fue realizado por Fernando Allen para la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo, con motivo de la participación de Clemente Juliuz y otros artistas indígenas del Chaco paraguayo en la exposición Nous les arbres, realizada en la sede de la fundación, en París, en 2019. En esa ocasión Clemente y Efacio Álvarez fueron entrevistados por el crítico y curador Hans Ulrich Obrist. El segundo documental, realizado por Fernando Allen y Fredi Casco, está dedicado a los dibujantes indígenas del Chaco, entre ellos Clemente Juliuz, y fue también presentado en la Fundación Cartier ese mismo año.

* Ticio Escobar es crítico de arte, curador y gestor cultural. Fue presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Capítulo Paraguay, director de Cultura de la Municipalidad de Asunción y ministro de la Secretaría Nacional de Cultura.