Reenvíos. Acerca del museo de la Estación de Pirayú

POR Ticio Escobar *

Próximo a inaugurarse, el Museo de la Estación del Ferrocarril de Pirayú configura un hecho auspicioso en términos de conservación patrimonial y propuesta museal. Se inscribe en el contexto de la restauración global de la estación, a cargo de la arquitecta Bettina Bray –proyectista y ejecutora de las Obras de Restauración Arquitectónica–, y desarrolla una importante propuesta de museo contemporáneo, que asume con ingenio sus condicionamientos espaciales y presupuestarios. La curaduría y el montaje, realizados por el arquitecto Osvaldo Salerno, desarrollan un concepto contemporáneo de museo fuera de los modelos universalistas europeos (tanto el neoclásico como el moderno): hoy, y muy especialmente en América Latina, revelan su importancia conceptual y pragmática los formatos alternativos vinculados con situaciones y sitios específicos. Tales modalidades diferentes a las convencionales hacen foco en momentos particulares de la historia, la memoria, la sensibilidad y el patrimonio de comunidades o zonas específicas, sin desconocer la proyección que, a nivel de país, tiene la singularidad cultural.

Edificio de la Estación del Ferrocarril, antes de ser restaurado, en ocasión de una intervención artística de Natalia Ántola Guggiari y Christian Ceuppens, con vistas a sensibilizar sobre la necesidad de restaurar y preservar este patrimonio © NAG

El edificio en proceso de restauración © Natalia Ántola Guggiari

Este museo también asume la dirección contemporánea que cruza distintos enfoques: básicamente, el antropológico-social, el estético y el histórico. No se trata, pues, de un museo convencional de arte, sino de un sitio donde se entrecruzan objetos, obras, explicaciones y datos que apuntan a considerar las imágenes en tramas contextuales pertenecientes a distintos momentos históricos y crean sinergias entre el acervo patrimonial del antiguo ferrocarril y creaciones populares y contemporáneas.

La Estación del Ferrocarril, restaurada, lista para su próxima inauguración © Bettina Bray

Historias

El museo resalta la incidencia de la historia de Pirayú, considerándola no de manera abstracta –como pura inscripción de un transcurso lineal–, sino encarándola en cuanto se vincula con las imágenes y los objetos presentados. El estudio realizado por David Velázquez Seiferheld sobre la historia de Pirayú desde los tiempos precoloniales hasta los actuales, se traduce expográficamente mediante textos de sala asumidos en su presencia visual. Tales textos actúan como contrapartida y complemento de lo exhibido; mucho más que registrar una cronología secuencial, acompañan los diferentes momentos de la exposición y referencian sus coordenadas socioculturales e históricas. Levantan, así, encuadres contextuales que permiten una mejor aproximación a lo expuesto tanto como a los tiempos de la misma estación y los diversos procesos sociopolíticos de la ciudad y la zona.

La ciudad presente

La ciudad de Pirayú se encuentra fuertemente presente en el museo, no solo como manifestación envolvente de su arquitectura y su medioambiente, sino a través de las imágenes de sus pobladores y la participación de las instituciones locales en el programa general del restauro del edificio y la habilitación del museo. Por otra parte, divisada desde la estación (sus arcos, sus corredores, sus ventanas y el mirador de uno de los dos torreones del edificio), la misma ciudad se presenta como imagen de sí: sus calles, la bien conservada tipología de su paisaje urbano y el relieve de su entorno paisajístico tienen un valor exhibitivo tan importante como las obras de arte y los objetos expuestos en el interior del museo.

Pirayú © Natalia Ántola Guggiari

El reportaje fotográfico realizado por Fernando Allen presenta el resultado de sus maneras de ver el centro histórico y los lugares característicos de Pirayú, así como sus habitantes, sus vivencias y su entorno natural. Estas imágenes no buscan presentar un registro en modo turístico de los atractivos de la ciudad, sino traducir una interpretación visual mediada por la perspectiva estética del autor.

Pirayú © Fernando Allen

Los acervos

Fiel a su intento de cruzar dimensiones culturales varias, el museo presenta diversos contenidos expositivos, fuertemente articulados entre sí. En primer lugar, como queda dicho, exhibe la ciudad real desde las perspectivas panorámicas que habilita el edificio. En segundo, el edificio mismo de la Estación del Ferrocarril, cabalmente restaurado y recalcado en su función de sitio específico, pasa a formar parte de la curaduría museal. Así, la expografía resalta algunos elementos propios de la estación, tales como el mobiliario destinado al peso de la carga y el equipaje, el sitio de expedición de boletos de pasaje y el propio sistema constructivo concebido para salvar las alturas y acceder al torreón-mirador.

© Natalia Ántola Guggiari

Esta perspectiva expográfica determina que las salas de exposición, en especial la que conduce al torreón, sean encaradas de una manera escenográfica orientada a recalcar lumínicamente el clima del lugar y sus usos complejos. El escaso mobiliario disponible también es trabajado desde esa perspectiva escenográfica. Así, la expografía busca aplicar criterios contemporáneos que confrontan estéticas y tecnologías diferentes. Toda intervención en el lugar asume las normativas, protocolos y criterios patrimoniales correspondientes.

© Natalia Ántola Guggiari

En tercer lugar, se exponen obras artesanales vinculadas con Pirayú. 1) Expresiones de la cultura guaraní, originariamente asentada en la zona, tales como el ravé mbyá, realizado por Tamói Delfín Penayo, y la figura ictiforme tallada por Apolonio Portillo, entre otras piezas, anónimas. 2) Producciones características del lugar: hamacas de Alicia Mancuello, cuadro realizado en ñandutí por Nilda Bóveda y piezas del mismo encaje producidas por Claudia Gómez, Gidolina González e Irene Narcisa Sosa. También se incluyen artesanías que, aunque provenientes de otros lugares, se relacionan con el imaginario de Pirayú; tal el caso de representaciones de frutas y de chipas realizadas en cerámica en Areguá y mantelería de ao po’í trabajada en Yataity por Digna Narvaja.

© Fernando Allen

El museo exhibe, además, producciones de artistas visuales referidas a los contenidos expositivos: propuestas de Mónica González, Félix Toranzos, Alfredo Quiroz y Lotte Schulz. Las fotografías de Fernando Allen, planteadas según criterios conceptuales y estéticos, deben ser incluidas en esta sección.

Instalación de Mónica González © Natalia Ántola Guggiari

Para concluir un listado que no prioriza la importancia de sus ítems, se encuentra el acervo histórico de la estación, integrado por los fragmentos de los materiales depositados en dependencias del edificio. Estos segmentos de maquinarias traducen la sensibilidad estética y las funciones propias del industrialismo del siglo XIX. La expografía no busca reconstruir conjuntos que den cuenta del engranaje y la función de estos restos de piezas. Dado que, en términos museales, la compleja maquinaria es irrecuperable hoy en su sentido original, las piezas sobrevivientes son mostradas en sus actuales valores formales, desde miradas estéticas e históricas, incluso arqueológicas.

Considerados estéticamente, los fragmentos son expuestos con la misma lógica visual con la que se mostrarían esculturas modernas, provistas de materiales y formas expresivas y bien resueltas. La instalación levantada con ladrillos originales de la estación también sigue este criterio curatorial. Y, orientada en el mismo concepto, la presencia de los hierros herrumbrados, los materiales sobrantes y los muebles gastados por el tiempo es intervenida mediante los dispositivos electrónicos y el propio clima que generan las luces digitales frías.

© Natalia Ántola Guggiari

Reenvíos

El pequeño museo de la Estación del Ferrocarril no actúa como un módulo incrustado en la ciudad, sino como una instancia de mediación entre la memoria y el sentido de pertenencia al territorio; un acuerdo entre las diferentes identidades que actúan en un sitio cargado de historia y de vivencia colectivas. Los espacios de las estaciones connotan en sí mismos figuras que nutren al museo: imágenes de encuentro y separación, de despedida y recibimiento; señales de cruce, de movimiento e intercambio, de vínculo con otras geografías. Los arcos del edificio sugieren límites traspasables entre el edificio de la estación y la trama urbana que comienza o sigue en el otro lado, entre lo construido y el entorno natural, entre lo público y lo privado, entre interior y exterior. Una estación ferroviaria del siglo XIX remite a las figuras de movimiento, continuidad y permanencia del tiempo, trabajadas mediante la exposición de los restos del pasado y el empleo de tecnologías, imaginarios y sensibilidades actuales.

Estación de Pirayú © Natalia Ántola Guggiari

Corredor de la iglesia de Pirayú © Fernando Allen

Como toda ciudad cargada de historia, Pirayú se reconfigura continuamente atendiendo tanto el peso de las tradiciones como la proyección de los quehaceres colectivos que traman la actualidad con vistas a porvenires diferentes. Como todo museo montado en el cruce de muchas miradas, el de la Estación de Pirayú apunta a incorporar tiempos diversos en una unidad entreabierta a la ciudad, que crece preservando su legado.

* Ticio Escobar es crítico de arte, curador y gestor cultural. Fue presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Capítulo Paraguay, director de Cultura de la Municipalidad de Asunción y ministro de la Secretaría Nacional de Cultura.

Nota de edición: Agradecemos a Natalia Ántola Guggiari, Fernando Allen y Bettina Bray por las imágenes que ilustran este artículo. Asimismo, un agradecimiento especial a Natalia Ántola Guggiari por cedernos su video sobre la Estación de Pirayú.