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Cultura

Reactivando videografías: del Chaco a Roma y viceversa

Paz Encina, Alejandra Mastro y Joaquín Sánchez son los tres artistas invitados por el curador Fernando Moure, autor del presente artículo, para ser parte de la muestra “Reactivando videografías”, que se exhibe actualmente online. La exposición reúne a creadores de América Latina, África, España e Italia bajo la curaduría general de Estibaliz Sádaba. El proyecto es producido por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en colaboración con la Real Academia de España en Roma y la Red de Centros Culturales de la Cooperación Española.

Real Academia de España en Roma (Cortesía)

Real Academia de España en Roma (Cortesía)

Recientemente habilitado en modalidad virtual, este proyecto centrado en la disciplina del videoarte presenta una cartografía plural de voces de tres continentes. Reactivando videografías es una iniciativa expositiva, tanto virtual como física, con muestras itinerantes a través de la Red de Centros Culturales de la Cooperación Española, que culminará en 2022 en las salas de la Real Academia de España en Roma y funciona al mismo tiempo como un archivo. Una vez más, la tecnología se convierte en un potente aliado del arte para afrontar el reto de concebir una exposición en tiempos de difícil presencialidad.

Sin dudas, el proyecto es un generador de sinergias que invita a romper fronteras, a visibilizar una amplia selección del arte del video en tiempo real desde una pantalla. Las obras, además de viajar y ser instaladas físicamente en Roma, lo estarán en Madrid, en islas del Caribe, en América del Norte, Central y del Sur, y en Guinea Ecuatorial. La muestra llegará a Asunción, al Centro Cultural de España Juan de Salazar, este año.

Transchaco Video: Encina, Mastro, Sánchez

La enorme planicie del Chaco Boreal, al norte del Gran Chaco Americano, forma un triángulo cuya base sería el río Paraguay, entre el río Pilcomayo y el Pantanal del Mato Grosso, para cerrarse en las yungas tropicales de la cordillera de los Andes en su vértice occidental. Nuestra selección propone dos trabajos hechos desde el Paraguay (Paz Encina, Alejandra Mastro) y otro desde la correspondencia regional boliviana (Joaquín Sánchez).

Paz Encina, Río Paraguay (2º Movimiento), stills video, 2010, 3’

Paz Encina, Río Paraguay (2º Movimiento), still video, 2010, 3’

Esta videografía prefiere enunciarse desde esta región, alterando la noción de país y representación del Paraguay, sosteniendo una propuesta generada sobre esta zona chaqueña, o mejor dicho, transchaqueña. En este sentido, el envío subraya líneas temáticas que atraviesan el territorio geográfico y cultural común de los países contiguos.

Desplegando una trama de temas vinculados a la memoria, la identidad y el medio ambiente, este corpus video pretende iluminar, activar destellos de sentido ante la perversa transformación que sufren el medio ambiente y la vida del Chaco Boreal. En las tres obras escogidas, las poéticas y políticas de la memoria se adhieren a una capa de tono crepuscular: narran el ecocidio o interpelan el etnocidio histórico y sistemático de sus pueblos originarios.

Alejandra Mastro, La herida del horizonte, 2020, 4’25’’

Alejandra Mastro, La herida del horizonte, 2020, still video, 4’25’’

Los videos reflejan el trayecto de un paisaje amenazado, se asoman a la yuxtaposición de espacios y culturas, de lenguas y saberes que parecieran emerger del fondo de otros tiempos. Persiguen un tránsito poético que señala la problemática post-colonial de la región, la destrucción del paisaje natural y su fauna, o la aniquilación de sus habitantes primigenios.

Son tres tristes historias sobre los trópicos chaqueños, una triada de ficciones que espejan realidades paralelas. Unas donde resuenan lógicas extractivistas insostenibles y absurdas, alentadas por insaciables élites autóctonas o transnacionales del agronegocio, la ganadería y la explotación de hidrocarburos.

Joaquín Sánchez, Kambuchi, 2009, still video, 2’ 45’’

Joaquín Sánchez, Kambuchi, 2009, still video, 2’ 45’’

Paz Encina: Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río”

La experiencia que recorre medialmente la fotografía, la pintura y el video, sirve de punto de partida a este trabajode Paz Encina (Asunción, 1971). Preservados en la memoria de una fotografía en blanco y negro y de una pintura al óleo realizadas por Guido Boggiani a fines del siglo XIX, estos documentos iconográficos son los detonantes de un cinetismo posterior, de un segundo movimiento, como anticipa la autora.

La obra transita primeramente esos dos estadios de la imagen bidimensional, la química y la pictórica, hasta llegar a la imagen en movimiento y sonora. Para desplegar el rodaje, Encina registra una perspectiva ribereña cuyo encuadre compositivo es casi idéntico, al tomar el punto de fuga de la fotografía y la pintura originales de Boggiani de hace más de un siglo. A  la manera de la restauración poética de un pasado en el tiempo presente, estas palabras de Encina describen la poiesis de su operación visual: “Boggiani toma una foto del río Paraguay con dos niños en el río. Luego, lleva la misma imagen a la pintura, pero prescinde en este formato de la presencia humana. Esto me entristeció por un buen tiempo, hasta que con el video intenté devolver la vida. Intenté devolver el sueño”. Las escenas animadas del paisaje cuentan con la presencia de niños, emulando a los que originalmente se hallan presentes en la imagen fotográfica.

El sonido ambiental incide creando un regusto melancólico y sereno con onomatopeyas líquidas y de insectos, o con la melodía de canciones indígenas interpretadas por niños. En Río Paraguay (2º Movimiento) es posible advertir la construcción de una historia de las imágenes, una de carácter híbrido, obtenida desde la transmedialidad y la reapropiación.

Su ilusionismo podría conectarnos con la formulación de Heráclito sobre el río, uno que fluye incesantemente, cuyas aguas cambian y se renuevan en un bucle sin fin. El río Paraguay se transforma, antes y ahora, como en este video,  en el mismo y en otro río: en un caudal de memoria.

Alejandra Mastro: Cortocircuito bajo el bosque

En La herida del horizonte, Alejandra Mastro (Buenos Aires, 1951) construye una escena a partir de un paisaje natural del Chaco Boreal. La animación tiene un origen fotográfico, generando un travelling o movimiento en el espacio al que se adhiere un gesto plástico desplegado en el cuadro, mientras una muralla de sonidos del bosque borda, fuera de campo, este relato distópico. La pieza nos conduce a la percepción de un drama ambiental, a partir de la sugerencia de la violencia humana sobre el paisaje. La panorámica de un inmenso cielo de tormenta habilita un delgado tajo de luz recortado sobre el horizonte de palmas y enramadas.

En esta brecha entre cielo y tierra acontece la ficción de la herida, señalada en tono rojizo: fluido de analogías sanguíneas o quizás la savia de un quebracho colorado, anegando el surco perfilado entre la llanura selvática y la tempestad a punto de caer. La hemorragia serpentea junto a ruidos tremendos de árboles caídos tras hachazos, onomatopeyas de aves y animales amenazados, pisadas furtivas, llamas, o silencio.

Evocadora de las fuerzas y movimientos de un ecocidio y etnocidio acelerados, la sinfonía distópica de Alejandra Mastro escenifica la destrucción y la muerte que acecha al bosque chaqueño, por cierto, el más deforestado del planeta. El periplo que transitamos en el video podría percibirse como la trayectoria sobre una tierra herida, traducible al drama vegetal, animal y humano.

Joaquín Sánchez: Interpelación de una mujer ceramista

Mediante una narrativa mínima en Kambuchi (Tentayape), Joaquín Sánchez (Eusebio Ayala, 1975, residente en La Paz desde hace dos décadas) retrata en un plano fijo a una mujer de la comunidad guaraní de Tentayape, en la región de las yungas del Chaco boliviano.

El video silente compone su cuerpo enmarcado en una arquitectura nativa y su entorno. Una ceramista y tejedora aparece ataviada con un vestido ceremonial, mantiene la mirada firme, plantando su identidad ante la cámara, empoderada y orgullosa. El tiempo aparentemente sin movimiento y la contemplación del cuerpo inmóvil nos conducen a un final sorprendente: la protagonista quiebra la quietud con un gesto de rebeldía. Con esta acción, la performer señalaríala cerámica como metáfora de la fragilidad de su pueblo y la destrucción de la naturaleza en la que florece.

Kambuchi es un intento por recuperar el nexo orgánico entre experiencia y memoria que desprenden el sujeto y el objeto, la mujer y el cántaro. En guaraní, Kambuchi es el cántaro para almacenar el agua, mientras que Tentayape es el nombre de una zona habitada por guaraníes migrados a Bolivia hace siglos, provenientes del Paraguay y el Brasil, y reconocida por la preservación de sus valores, cultura, religión y modos de vida.

 

 

Nota: La exposición Reactivando videografías puede ser visitada en https://www.reactivandovideografias.com/

* Fernando Moure es crítico de arte, curador y programador audiovisual, miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Vive entre Colonia, Alemania, y Asunción, Paraguay.

 

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