Cultura
Arquitectura paraguaya: conflictos, desafíos y logros en 2020
Arq. José Cubilla. Vivienda Ara Pytu © José Luis Ayala
La pandemia de coronavirus vino a recordarnos, entre otras vicisitudes, que somos vulnerables, sensibles y finitos. Nos enseñó a revalorar el presente y lo esencial del hábitat, ya que hizo que pasáramos mucho más tiempo en nuestros hogares, resguardándonos, conjugando la función de vivienda con otras actividades, reestructurando nuestras costumbres y condicionando el uso de los espacios colectivos. Además, ha exigido que nos adaptemos a nuevos trabajos y entornos virtuales, llegando así a alterar todas las condiciones del habitar. Paralelamente, ha quedado manifiesto, una vez más, que los grandes conflictos del mundo afectan desmedidamente a las poblaciones más desfavorecidas y a los territorios que no han sido debidamente diseñados ni planificados urbanísticamente.
La propagación del virus no implica solo una crisis de salud, también es una cuestión de arquitectura y diseño. La experiencia del confinamiento nos llevó a reflexionar sobre la importancia que tienen la arquitectura, el entorno construido y la naturaleza en la salvaguarda de la salud, el bienestar emocional y las condiciones de vida. El encierro nos hizo comprobar que algunas cuestiones básicas y tradicionales de la buena arquitectura, más allá de los aspectos constructivos y técnicos, mejoran la habitabilidad y el saneamiento de los espacios, así como la convivencia entre las personas. Por ejemplo: la correcta orientación de las dependencias, la luz del sol que entra por las aberturas, la ventilación cruzada, la ventaja de galerías, terrazas, balcones y espacios de transición entre el interior y el exterior en la ventilación natural, la vinculación con el contexto, el paisaje y los recursos naturales, o el necesario estudio de la distribución, la funcionalidad y el tamaño de las habitaciones, entre otras cosas.
Todo lo anterior nos hace ver la necesidad de revisitar ciertos conceptos y recursos de la arquitectura indígena, colonial y poscolonial, tales como los patrones de la construcción vernácula guaraní, más apropiados al ecosistema; el concepto guaraní de tekoha (que incluiría al Yo y al entorno como una unidad indivisible); el uso de elementos naturales, como el arbolado o la vegetación, que proporcionan oxígeno y reducen la temperatura del ambiente; la significativa concepción espacial de la culata jovái y su compatibilidad con el ambiente y el clima; y la relevancia de las galerías laterales (ógaguy) o de la galería períptera (corredor jeré), como espacios abiertos de usos múltiples, generadores de sombra, aireación y protección frente a la lluvia, así como de contacto directo con el entorno, jardín o patio.
Los desafíos
Considero que una vez superada la pandemia y la crisis (económica, social y cultural) que conlleva, la arquitectura tendría que seguir abordando los retos sociales y climáticos que degradan nuestra calidad de vida, respaldando el compromiso con un desarrollo de la profesión más consciente, ético y humano (que contemple la empatía, la inclusión, el respeto y la resiliencia) y propiciar un “gran pacto verde” que contribuya al equilibrio medioambiental. Desafíos estos que ya eran previos a la pandemia. Por otra parte, como nuevas metas, a la arquitectura le correspondería impulsar la rehabilitación y la renovación urbana como factores de transformación y mejoramiento, propiciando viviendas, pueblos, comunidades y ciudades biosostenibles, ampliando el bienestar de las personas y buscando una relación más amigable con la naturaleza.
Experiencias destacables
Sabemos que la arquitectura paraguaya contemporánea, desde hace unos años, viene siendo estudiada y reconocida internacionalmente (en bienales, congresos y publicaciones especializadas). A pesar de la cuarentena y las restricciones, muchos estudios y empresas constructoras siguieron trabajando, bajo nuevas y especiales condiciones, logrando en muchos casos resultados sumamente positivos. Uno de ellos es la obra estrenada en 2020 del Colegio Asa Steam [1], un nuevo pabellón escolar ubicado en el gran campus de la American School of Asunción, que fue diseñado por Equipo de Arquitectura, estudio integrado por Horacio Cherniavsky, Viviana Pozzoli y Diego Soto.
El proyecto presenta interesantes características formales, funcionales, estructurales y ambientales, así como un carácter espacial abierto y transparente que se vincula con nuevas tendencias de la educación. Asimismo, Equipo de Arquitectura ganó recientemente el Premio Panamericano de la Bienal de Arquitectura de Quito, en la categoría “Intervención en arquitectura no patrimonial”, por la obra de rehabilitación Sinagoga UHP (2019), realizada en Asunción [2].
En la misma BAQ_2020, el arquitecto José Cubilla, que este año presentó unas ponencias sobre su trabajo en la BIAXV de Costa Rica y en las facultades de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional de San Martín (Argentina), fue finalista del Premio Panamericano en la categoría “Vivienda Unifamiliar”, con Ara Pytu (2016), un singular proyecto situado en Surubi’i que toma su forma del bosque que lo rodea [3].
Otro caso a destacar es la restauración arquitectónica de la estación de tren de Pirayú y la puesta en valor de su museo, obra realizada con fondos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Los trabajos fueron adjudicados al consorcio ICATEC (ICASA, CAEM y Tecnicom) y dirigidos por Bettina Bray Jiménez (restauración del edificio) y Osvaldo Salerno (guión curatorial y museografía). Se trata de un notable y riguroso trabajo de rehabilitación que, con importantes aportes al estudio histórico de la arquitectura y la sociedad, contribuirá a revalorizar este patrimonio para su aprovechamiento con fines didácticos y turísticos. Cabe recordar que la construcción de la estación de tren de Pirayú data de 1864, bajo la dirección de Alonso Taylor, con colaboración de Benigno Abesada. En la obra también trabajó Elizardo Aquino, jefe militar y experto técnico que años después, durante la guerra de la Triple Alianza, ascendería a general.
Es oportuno señalar que ArchDaily, uno de los sitios web de arquitectura más visitados, ha seleccionado las mejores Prácticas jóvenes de arquitectura del 2020 entre más de 350 postulaciones de 72 países y 215 ciudades de todo el mundo [4]. Entre las escogidas se encuentra Mínimo Común Arquitectura, de Paraguay, despacho conformado por Solanito Benítez, Verónica Villate y Sergei Jermolieff [5].
En cuanto a artículos publicados este año sobre la arquitectura paraguaya, podemos recordar tres de ellos: “¿La respuesta de Paraguay a la arquitectura modernista? Arcilla, barro y madera” [6], escrito por Michael Snyder y publicado en The New York Times Style Magazine; “Ventilación natural: estrategias tradicionales de refrigeración en casas de Paraguay” [7], escrito por Belén Maiztegui y publicado en ArchDaily, y “Tierra y cuidado: Equipo de Arquitectura”, escrito por Elise Limon para The Architectural Review [8].
En este contexto es oportuno citar la aparición del libro Arquitecturas de la diferencia. Arquitectura indígena del Paraguay en el marco de los derechos culturales, ensayo de la arquitecta Rocío Ortega, publicado por la Comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara de Senadores, con apoyo de la FADA-UNA. La publicación se enmarca en el análisis de la normativa vigente en materia de derechos culturales enfocados en los pueblos indígenas, desde los conceptos de patrimonio material y patrimonio inmaterial planteados en las convenciones de la UNESCO ratificadas por Paraguay, y pone énfasis en la arquitectura como expresión de la cultura consuetudinaria. Asimismo, aborda la posibilidad de realizar construcciones indígenas con las tecnologías tradicionales y sus propias lógicas de trabajo.
Por último, quiero destacar la importante labor de los docentes y estudiantes de arquitectura de las distintas universidades de nuestro país, ya que este año han tenido que aprender a convivir con la incertidumbre, a trabajar virtual y constantemente en equipo y desde sus hogares, sobre la base de la innovación educativa y a favor de la solidaridad y la cooperación.
Notas
[1] https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/948139/colegio-asa-steam-equipo-de-arquitectura
[3] http://www.arquitecturapanamericana.com/vivienda-ara-pytu/
* Alban Martínez Gueyraud es doctor en arquitectura, docente y crítico de arte.
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Ángel Yegros
27 de diciembre de 2020 at 11:59
Excelente Albán!!!
Luiz Ernesto Meyer Pereira
1 de enero de 2021 at 10:53
Gostei muito do texto, “Arquitetura paraguaia: conflitos, desafios e realizações” de autoria do doutor em arquitetura, professor e crítico de arte, Alban Martinez Gueyraud. Aplausos pela iniciativa!