Cultura
Dibujo indígena contemporáneo
¿Hay condiciones de sostenibilidad para la producción artística indígena? Un interrogante oportuno a la hora de recordar a Eurides Asque Gómez (dibujante nivaclé fallecido hace un año) y mencionar a otros artistas del Chaco paraguayo.
Eurides Asque Gómez © Fernando Allen
[La memoria, esa espiral que nos devuelve al origen y nos proyecta hacia el futuro]. Acaba de cumplirse un año de la partida de Eurides Asque Gómez, artista nivaclé de Cayin ô Clim (Boquerón, Chaco paraguayo). Los asuntos de su propia vida y los de su comunidad transitaron toda su obra, así como los seres míticos que poblaban los relatos de su abuelo chamán. Realizados a bolígrafo sobre papel, sus trabajos (algunos hoy reunidos en colecciones particulares) se inscriben en el complejo proceso iniciado en los 90, a instancias de la antropóloga suiza Verena Regehr, que daría impulso a lo que hoy se conoce como dibujo indígena contemporáneo.
Hasta enero de este año la Fundación Cartier exhibía en París, como parte de la exposición Nous les arbres, piezas de Eurides, Efacio Álvarez, Jorge Carema, Clemente Juliuz, Angélica Klassen, Marcos Ortiz, Esteban Klassen y Osvaldo Pitoé (toda una constelación del Chaco inicialmente integrada solo por hombres y de la que ahora participan también mujeres) junto a obras de Fredi Casco, Fernando Allen y Paz Encina (Paraguay), y de reconocidos artistas del circuito internacional (celebridades, algunos) como Agnès Varda, Adriana Varejão, Claudia Andújar o Raymond Depardon, entre muchos otros. No faltó para los artistas indígenas (Efacio y Clemente) “la entrevista infinita”, esa prolongada conversación en vivo que lleva frente al público y las cámaras Hans Ulrich Obrist, hiperconsagrado curador del art system.
Si bien pre-pandémico, este nuevo escenario para el universo simbólico indígena pone sobre la mesa ciertas cuestiones: ¿puede esta visibilidad eventual generar un interés permanente que derive en condiciones de sostenibilidad para esta producción artística? ¿qué mecanismos habría que poner en marcha para preservar y favorecer este movimiento creativo? Sabemos que el momento es crítico para todos los trabajadores de la cultura por igual, de modo que resultaría oportuno incorporar este tema a los multiplicados análisis que actualmente saturan las redes. La precaria situación de los artistas es abordada en numerosos conversatorios y su consideración ha obligado a los poderes públicos a ensayar soluciones, aunque insuficientes, de las cuales los indígenas parecen estar exceptuados.
Hace décadas el dibujo indígena era el sostén por excelencia de los relatos orales que los informantes transmitían a los antropólogos: trazos espontáneos que resumían, en su sencillez, todas las notas de una cultura. Hoy, además de portador de valiosa información sobre la comunidad y su entorno, es la manifestación cabal de una expresión y un deseo de belleza. Belleza ésta que no elude el conflicto ni renuncia a la memoria.
En los últimos años los dibujantes de Cayin ô Clim, Yiclôcat y Campo Alegre (Neuland y sus cercanías) mostraron sus obras en exposiciones dedicadas a la cultura del Chaco, como Simetrías/Asimetrías, curada por Verena Regehr y su hija Úrsula en el Centro Cultural de la Ciudad, Manzana de la Rivera, acompañada de una importante publicación con imágenes de Fernando Allen; la exhibición llevada a cabo en 2017 en el Centro Cultural del Lago, en Areguá; o la más reciente Reconfiguraciones: Vida chaqueña en transición, realizada en 2018 en el CAV/Museo del Barro, también curada por Regehr. Asimismo, los artistas han estado presentes en la primera edición de la feria de arte Oxígeno, realizada ese mismo año en Fundación Texo, y la Fundación Cartier adquirió una serie de sus obras para su colección permanente. Todo esto, sin embargo, no ha alterado la fragilidad de sus condiciones de vida. ¿Es posible vislumbrar vías de circulación y consumo para sus trabajos, más allá de esporádicas presentaciones estelares dentro y fuera del país?
Es conocida la exhaustiva investigación de Ticio Escobar sobre el arte indígena del Chaco, su esclarecida reflexión y su labor de promoción. Así escribía a propósito de una exposición en 2007: “El dibujo indígena trastorna el régimen de las oposiciones binarias entre lo real y lo imaginado, lo decorativo y lo expresivo […] El término dibujo no designa ya un terreno exclusivo y separado, tajantemente definido por el mínimo surco o la incisión de una raya […] la línea ya no significa un linde sellado, sino una marca fluctuante: el vestigio que permite distinguir adentros y afueras intercambiables en sus puestos. Y el dibujo de los indígenas es experto en trazar umbrales abiertos a todos los vientos de la historia, a todos los pasos de una existencia atribulada, a todos los empujes de creencias intensas y sueños obstinados”.
Nota: Los dibujos que aquí reproducimos pertenecen a la colección de Fernando Allen y Fredi Casco, quienes han desarrollado proyectos artísticos con y en torno a las comunidades. Las fotografías y los videos documentales son de autoría de Fernando Allen.
-
Deportes
Los tres escenarios posibles en el Caso Trovato
-
Deportes
La mano de Caballero, ¿debió ser penal?: qué dice la IFAB
-
Nacionales
Escándalo en colegio de Lambaré: “desvisten” a alumnos y los dejan en la calle
-
Deportes
Derlis González se sinceró y reveló su club de infancia
-
Destacado
¡Héroes! Bomberos dan por concluidas sus tareas en zonas afectadas por incendios
-
Política
Abogada dice que la estabilidad laboral no se puede eliminar, es un “derecho humano protegido”
-
Destacado
¡Por fin! Llegó la ansiada lluvia en algunas zonas del país
-
Destacado
Adolescente fallece tras gresca en partido de fútbol
Sara Hooper
30 de agosto de 2020 at 16:55
Excelente artículo! Excelentes videos! Pero sobre todo, unas obras excepcionales. Las galerías de arte deberían representar a estos artistas y asegurar que sus obras estén siempre presentes y se comercialicen en el mercado del arte.
Luiz Ernesto Meyer Pereira
30 de agosto de 2020 at 18:22
Gostei muito da matéria “Desenho indígena contemporâneo. Parabéns!!!!
Tera Yegros
31 de agosto de 2020 at 08:48
Excelente artículo!
José Enrique González
31 de agosto de 2020 at 14:05
Un artículo excelente con la base de unas obras geniales