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Contundente mensaje: el hartazgo ciudadano hacia los poderes del Estado

El Palacio de Gobierno. Foto: Gentileza.

El Palacio de Gobierno. Foto: Gentileza.

Una de las cuestiones que marcó el año y no pasó desapercibida fue el enojo ciudadano ante las denuncias de despilfarros y privilegios a sectores minoritarios en plena crisis por la pandemia del Covid-19.

Fue justamente en marzo pasado cuando más de 2.600 ciudadanos remitieron una carta abierta a los tres poderes del Estado. El equipo, encabezado por la economista Gloria Ayala Person, elaboró un escrito donde exigía mayor compromiso y golpe de timón a las autoridades nacionales.

Entre los que se sumaron al pedido, se encuentran empresarios, personalidades del ámbito académico y líderes renombrados de la sociedad civil. En el documento expresan su preocupación y exigen cambios estructurales, transparencia y fin de privilegios en medio de la crisis sanitaria, social, económica y política que vive el país.

Person impulsó el documento y lo alzó a las plataformas digitales para que la ciudadanía se sumara al pedido. La misma recibió un contundente apoyo a través de redes sociales tras compartir un video en donde exigía hacía varias exigencias al Gobierno.

El documento, que estaba dirigido al presidente Mario Abdo Benítez, Hugo Velázquez (Ejecutivo), Óscar Salomón, Pedro Alliana (Legislativo) y César Diesel (Judicial), expresa lo siguiente:

“Coincidimos en la profundidad de la crisis: corrupción, falta de respeto a las leyes con total impunidad, malversación de fondos sin ningún castigo (“ya renunció”, nos dicen cuando se destapa públicamente un negociado), entre otros miles de vergonzosos hechos, desaciertos e infortunios, que nos enteramos diariamente. Sin embargo, aún peor que las torpezas y desaciertos de este gobierno parecieran ser las opciones de alternancia que se presentan.

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“En ese espacio de juegos políticos, no confiamos en que puedan plantearnos una estrategia que pueda satisfacer las necesidades y exigencias justas del pueblo, no estamos dispuestos a aceptar cambio de figuritas por igual o peor calaña. Asumimos posturas institucionales de respeto a las autoridades democráticamente electas, pero exigimos cambios estructurales dignos de nuestras expectativas.

“Las manifestaciones ciudadanas son genuinas y absolutamente justificadas por el hartazgo de gobernantes inútiles y corruptos; sin embargo, la crisis política únicamente interesa a grupos políticos que están tras sus contiendas usuales aprovechando el río revuelto para pescar en su propio beneficio. Son más de lo mismo.

“Necesitamos y exigimos su compromiso público real junto a su gobierno con claridad sobre las vacunas. Esto debe dejar de ser una expresión de buenos deseos para concretarse con un plan de vacunación con fechas y priorización para alcanzar a toda la población, lo cual medianamente podría contener la sensación de impotencia, intranquilidad, ira y ansiedad generalizada.

“La priorización de los grupos acorde a la vulnerabilidad debe realizarse de manera transparente y auditada, no queremos encontrarnos con listas “VIP” versus los “comunes”.

“Urgimos transparencia en el uso de los recursos, tanto financieros como de manejo de los medicamentos, atención criteriosa de los demás casos de enfermedades existentes que han quedado sin tratamiento, sin medicamentos y sin solución aparente, que para nada pueden considerarse menos importantes que el Covid.

“Parecería que la palabra “paciente” nunca ha sido peor utilizada que actualmente; son personas, son familias que ya no pueden seguir esperando sin un horizonte razonable de solución. Queremos que sea el primero en separar a los funcionarios con actos verosímiles de corrupción, denunciar e impulsar procesos y castigos.

“Constituir una comisión de “Fiscalización y contralora ciudadana” con representantes del sector público, del sector privado y del sector social que sean dignos de confianza por su impecable trayectoria, para dar seguimiento a los puntos comprometidos.

“Necesitamos su compromiso real y no de discurso para: a. Reformar inmediatamente la Ley 1626 Estatuto del funcionario público, no podemos seguir manteniendo incoherencias donde claramente se observa que en nuestro país estamos clasificados como ciudadanos de primera y de segunda.

“¡Basta de privilegios! No nos enfocamos solo en los que ganan mucho, sino en los miles de operadores políticos que no cumplen una función específica y algunos de ellos ni siquiera trabajan, al contrario, crean burocracia y problemas para vendernos soluciones por su gestión, utilizando la estructura estatal para beneficios de sus partidos políticos y de sus intereses personales, incluso perjudicando a funcionarios públicos que son excelentes profesionales y se sienten humillados por las patéticas circunstancias en las que son señalados injustamente.

“Suspender o diferir la creación de cualquier nuevo ministerio, secretaría o institución pública, hasta una revisión completa de la composición del gasto público.

“Prohibir la firma de cualquier tipo de acuerdo o convenio que represente obligaciones en materia presupuestaria a futuro a toda autoridad, si el acuerdo o convenio no tiene previamente autorización legislativa.

“Los ministerios deben ser misionales, es decir, Salud debe atender los cuidados específicos de salud y Educación debe atender educación, ninguno de los dos Ministerios (al igual que todos los demás) pueden estar soportando gigantescas estructuras de construcción, equipamientos y compras en general, todo está lleno de ineficiencias y corrupción.

“Los excelentes profesionales, que se comprometen a brindar sus conocimientos y buena voluntad en el sector público, pronto son quemados por culpa de esquemas mafiosos instalados en las entrañas de cada estructura estatal.

“Por eso, es muy difícil aceptar cargos públicos, es exponerse a maltratos e injusticias”, redondea.

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