Pionero del videoarte contemporáneo, Bill Viola fallece a los 73 años

El mundo del arte lamenta la pérdida de Bill Viola, quien falleció pacíficamente ayer viernes el 12 de julio a los 73 años, tras una prolongada batalla contra el alzheimer. Su muerte fue confirmada por su esposa y colaboradora de larga data, Kira Perov, y anunciada a través de un comunicado en la cuenta oficial de Instagram de su estudio.

Nacido en Queens, Nueva York, en 1951, Viola influyó enormemente en el arte contemporáneo, revolucionando el campo del videoarte y las instalaciones multimedia. Su trabajo, caracterizado por la utilización de tecnología de vanguardia para explorar los aspectos más profundos de la experiencia humana, abarcó más de cuatro décadas. Con un enfoque en temas como el nacimiento, la muerte y el desarrollo de la conciencia, transformó la percepción del arte a través de sus inmersivas creaciones visuales y sonoras.

Su trayectoria artística comenzó en la Universidad de Siracusa, donde se inclinó por los estudios experimentales y encontró en el video un medio para expresar su visión. Influenciado por maestros del Renacimiento y figuras contemporáneas como Nam June Paik, Peter Campus y David Tudor, Viola fundó el grupo Synapse y se consolidó como una figura central en el videoarte.

La colaboración con su esposa Kira Perov fue fundamental en su carrera. Juntos viajaron por el mundo documentando paisajes y culturas, integrando estas experiencias en sus obras. A través de exposiciones en prestigiosas instituciones y bienales, incluyendo la Bienal de Venecia y el Museo Guggenheim de Bilbao, Viola presentó sus innovadoras instalaciones a audiencias globales.

Además de sus contribuciones al videoarte, Viola experimentó con diversas formas artísticas, incluyendo la música electrónica y las actuaciones multimedia. Su obra Going Forth By Day y las instalaciones permanentes en la Catedral de San Pablo en Londres son testamentos de su habilidad para fusionar tecnología y espiritualidad, creando experiencias transformadoras para el espectador.

La muerte de Bill Viola marca así el fin de una era, habiendo, en su larga trayectoria, dejado “algo atrás para el próximo viajero”.