Agenda Cultural
La Academia Paraguaya de la Historia convoca al “Dossier Manuel Gondra”
Manuel Gondra, expresidente de la República. Archivo
La Academia Paraguaya de la Historia invita a las personas interesadas a escribir artículos, ensayos y reseñas para el “Dossier Manuel Gondra” en el Centenario de la Convención (1923-2023), que será publicado por la Revista Paraguaya de la Historia, bajo la coordinación del académico Guido Rodríguez Alcalá.
Los artículos pueden versar sobre la vida y la obra, así como el tiempo y el contexto nacional e internacional de Manuel Gondra, y pueden abarcar aspectos políticos, diplomáticos, intelectuales, sociales y culturales.
La fecha límite de recepción es el 30 de junio de 2024. La dirección de la Academia Paraguaya de la Historia es Edificio La Piedad, Andrés Barbero 230 esquina Avda. Artigas, teléfono (595-21) 202 552. El horario de atención es de lunes a viernes, de 7:30 a 11:30 horas. Correo: [email protected]. Website: www.academiaparaguayadehistoria.org.py
Manuel Gondra
En su Breve diccionario de la literatura paraguaya (1998), Teresa Méndez-Faith dice de Manuel Gondra (Buenos Aires, 1871 – Asunción, 1927): “Político, filólogo, lingüista, historiador y ensayista. Integra la promoción de escritores de 1900, cuyos miembros –Manuel Domínguez, Alejandro Guanes, Juan E. O’Leary y algunos otros– son los verdaderos fundadores de la cultura paraguaya moderna. Figura política de importancia y dos veces presidente de la República, Gondra ejerció gran influencia en su patria, aunque escribió relativamente poco. Uno de sus ensayos más conocidos es el titulado “En torno a Rubén Darío”, un estudio sobre “Prosas profanas”, publicado originalmente en 1899 y recogido después en Hombres y letrados de América (volumen póstumo, 1942). También escribió célebres discursos –como el dedicado a la memoria de Alberdi– y es autor de varios ensayos sobre la historia del Paraguay y sobre el idioma guaraní”.
Carlos Zubizarreta, por su parte, en Cien vidas paraguayas (1985), retrata así a Gondra: “Este auténtico intelectual –sin el abuso corriente del término– estudió sus primeras letras en una escuela de Villeta y su bachillerato como alumno interno del viejo Colegio Nacional de Asunción. En el año 1891 ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, pero abandonó los estudios jurídicos sin coronarlos para entregarse de lleno a la cátedra y al periodismo. Desde muy joven enseñaba gramática, literatura y geografía en las mismas aulas que le tuvieron como alumno pupilo. Su ilustración era vastísima y prodigiosa su memoria. De ella podía extraer, como de fichero bien organizado, la cita oportuna para apoyo de cualquier planteo. Su biblioteca particular ha sido una de las más valiosas del país y después de su fallecimiento fue adquirida por la Universidad de Austin, en el Estado de Texas”.
También señala que “Manuel Gondra fue uno de los fundadores de El Tiempo, diario donde escribía con el grupo de Blas Garay, Manuel Domínguez, Fulgencio R. Moreno y Emeterio González. Colaboró también en La Democracia, La Semana, El Independiente, La Prensa y El Diario. Se destacó como el literato más brillante y autorizado del Paraguay de su época. La producción de Gondra ha sido escasa pero de gran valor. Le atormentaba perennemente un prurito de perfección formal que debía necesariamente gravitar sobre su natural facundia. La crítica a Rubén Darío –que le llamaba epistolarmente ‘mi muy apreciado demoledor’– le dio renombre continental y llamó la atención en España. El discurso pronunciado en Buenos Aires en homenaje a Alberdi y el artículo necrológico sobre Blas Garay constituyen dos piezas maestras en su género. Produjo también algunos notables ensayos en el orden histórico y jurídico, tales como su trabajo sobre el Pilcomayo, presentado como alegato paraguayo para delimitación de esa zona fronteriza con la Argentina”.
El “Pacto Gondra”
La Red de Archivos Diplomáticos Iberoamericanos señala en su portal que “hace 100 años, en mayo de 1923, en el marco de la V Conferencia Internacional Panamericana, celebrada en Santiago de Chile, fue aprobado el Tratado para evitar o prevenir conflictos entre los Estados Americanos, designado como ‘Pacto Gondra’, en homenaje a Manuel Gondra, quien encabezó la delegación paraguaya en la citada Conferencia y fue quien elaboró y propuso el proyecto adoptado. Dicho instrumento estableció por primera vez las Comisiones de Investigación como mecanismo de solución pacífica entre los Estados americanos, siendo el paso inicial de un proceso regional para consolidar el principio de renuncia a la guerra, que terminaría consagrándose con la adopción del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas (Pacto de Bogotá) en 1948”.
Luis G. Benítez, en Breve historia de grandes hombres (1986), cita las palabras de Gondra al presentar el proyecto: “En un conflicto entre Estados, puede el débil ser justo, puede serlo el fuerte. Pero la injusticia del uno está limitada por su propia debilidad, al paso que la del otro, puede pretender llegar donde llegase su fuerza. Por eso, no pudiendo hacer que el justo sea siempre fuerte, nos hemos empeñado porque el fuerte sea siempre justo”.
Manuel Gondra desempeñó diversos cargos públicos, entre ellos el de ministro del Interior, de Guerra y Marina, canciller, ministro plenipotenciario en Río de Janeiro y Washington y presidente de la República dos veces, en 1910 y 1920.
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