Agenda Cultural
Homenaje a Aimé Bonpland, a 250 años de su nacimiento
Humboldt y Bonpland en el Orinoco. Ilustración. Cortesía
Con el descubrimiento de una placa conmemorativa en el Jardín del Museo de Historia Natural del Jardín Botánico de Asunción, se inician esta semana las actividades para celebrar la memoria y el legado del botánico francés Aimé (Amado) Bonpland, de cuyo nacimiento se cumplen 250 años. Nicolás Darío Latourrette Bó, mecenas y coleccionista; Maris Llorens, directora del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, y Pierre-Christian Soccoja, embajador de Francia, invitan al acto que se llevará a cabo el miércoles 3 de mayo, a las 10:30 horas.
Las actividades, que se desarrollarán en los próximos meses no solo en Asunción, sino también en los departamentos de Misiones e Itapúa –donde el científico vivió y desarrolló una amplia labor, a pesar de su condición de confinado–, se llevarán a cabo en el marco de las celebraciones por los 170 años de relaciones diplomáticas entre Francia y Paraguay (1853-2023).
Aimé Jacques Alexandre Goujaud, conocido en Paraguay como Amado Bonpland o Karaí Arandú, nació el 28 de agosto de 1773 en Saint-Maurice, una pequeña ciudad cerca del puerto francés de La Rochelle. Hizo su carrera de medicina en París, tras lo cual se abocó al estudio de las plantas, su gran pasión. Por este motivo, algunos historiadores especulan que de allí surgió el apelativo de Bonpland, o buena planta.
En 1799 Bonpland inició, junto al naturalista alemán Alexander von Humboldt –con quien trabó gran amistad–, un viaje científico de cinco años por el continente americano, resultado del cual llevó al Jardin des Plantes de París “unos 66.000 pliegos de material de herbario (algunos hablan de 74.000), con unas 6.200 especies desconocidas en Europa, en 25 cajones”, explica la investigadora Fátima Mereles en un artículo reciente aparecido en nuestro diario.
A su regreso a Francia, en 1808, Joséphine de Beauharnais, esposa de Napoleón I, nombró a Bonpland intendente de Malmaison, que al momento de su adquisición era una finca destartalada, a unos 12 kilómetros de París, con unas 150 hectáreas de bosques y prados. Con el esmerado concurso de Bonpland el lugar se transformó, según las crónicas, en “el más bello y curioso jardín de Europa” donde, con el tiempo, crecieron las más raras especies vegetales y habitaron animales de toda clase, como canguros, cisnes negros, cebras, ovejas, gacelas, avestruces, gamuzas, una foca, antílopes y llamas. “Quisiera que Malmaison pronto se convierta en fuente de riquezas para todos…”, dijo una vez la emperatriz, quien residió allí hasta su muerte, acaecida en 1814, hecho que puso fin al trabajo de Bonpland en el que hoy se conoce como Château de Malmaison y está catalogado como Museo Nacional Napoléonico.
Terminadas sus funciones, el científico regresó a América del Sur, donde se interesó particularmente en las antiguas regiones de influencia de las misiones jesuíticas. Allí se consagró a la botánica en general y, especialmente, al cultivo y mejoramiento de la yerba mate (Ylex Paraguayensis), instalándose en la región comprendida entre el noreste de Argentina y el sur del Paraguay.
Allí fue detenido por orden de José Gaspar Rodríguez de Francia, quien lo mantuvo confinado diez años en territorio paraguayo desde 1821, en los alrededores de Santa María de Fe, donde Bonpland continuó sus trabajos de investigación, aprendió guaraní y formó familia. “Existen muchas menciones de su actuación como botánico en Sudamérica y, llegado a Paraguay, escribe sus experiencias y registros en un cuaderno denominado Viaje al Paraguay y que fuera encontrado dentro de su Journal de Botanique, donde menciona sus colecciones botánicas de los sitios cercanos al de su confinamiento y el departamento de Itapúa. Igualmente, hace referencia a su actuación como médico, ya que era un profesional de la salud, aplicando el uso de plantas medicinales con sus pacientes”, dice Mereles.
En 1831 Amado Bonpland fue expulsado del Paraguay por orden del dictador. No llevó “ningún manuscrito de gran volumen, excepto el conocido como Journal de Botanique y otras anotaciones relativas a los pacientes que atendía como médico”, finaliza Mereles.
Bonpland abandonó el Paraguay y pasó a Corrientes, Argentina, donde residió hasta su muerte, ocurrida el 11 de mayo de 1858.
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