Agenda Cultural
Paseo nocturno por el Museo Monseñor Juan Sinforiano Bogarín
En la calle Comuneros, al costado de la Catedral, se ubica el Museo Monseñor Juan Sinforiano Bogarín, perteneciente a la Arquidiócesis de Asunción. Es una casona antigua que conoció varios usos: domicilio una vez, cárcel varias, museo eclesiástico luego. El acervo está compuesto, principal pero no exclusivamente, por piezas de arte sacro jesuítico y franciscano. Otras, fuera del rito, son piezas de vida cotidiana del período colonial, pertenencias de próceres de la Independencia, objetos del tiempo de los López, material bélico de la Guerra del 70 y de la Guerra del Chaco.
En estos momentos el museo se prepara para recibir al público en un recorrido nocturno por sus instalaciones, con historias, anécdotas, música y mucho más, según dice la invitación, el viernes 27 y el sábado 28 de enero, de 19 a 22 horas.
“La colección estaba originalmente en la casa del fundador, luego en el Obispado y más tarde en el Seminario Metropolitano”, explicó en una oportunidad el padre Hugo Fernández, director del museo, a nuestro diario. “Monseñor Blujaki consiguió que esta casa no se destruyera, pues se iba a convertir en estacionamiento, y luchó por convertirla en museo”, dijo el sacerdote al narrar la historia del espacio, que en un primer momento fue propiedad de la familia Yegros, y luego expropiada durante el gobierno de Francia y transformada en cárcel pública.
La Sala de los Cristos alberga tallas en madera y pintura. La colección incluye, entre otras cosas, una de las primeras pinturas coloniales de un cristo flagelado, que data de 1611 y que alguna vez perteneció a la antigua iglesia de Yuty. Se trata del Cristo de la encina, curiosa porque su autor aparece en el propio calvario, a los pies del cristo. Esta colección presenta piezas que pertenecieron a Bernardino Caballero y Juana Pabla Carrillo, así como a personalidades de la historia nacional. Entre las obras hay cristos de la paciencia y cristos de la columna.
La sala franciscana no incluye estrictamente, como su nombre sugiere, piezas de reducciones franciscanas, sino también algunas más recientes, en general obras de arte barroco hispano-guaraní. Hay varios San José con botas, San Pedro, San Pablo, y varias Inmaculada. Algunas de estas piezas se usan todavía en la procesión de Semana Santa, como la Virgen de los Dolores, San Blas y San Juan.
Además de imaginería religiosa, la sala incluye puertas de la antigua iglesia de Ypané, la puerta y el retablo de la antigua iglesia de Guarambaré, sillas prestes de la antigua Catedral de Asunción utilizadas en la primera reunión del Triunvirato, el antiguo tabernáculo de Ypané y el de Areguá, un púlpito de Villeta y el antiguo confesionario de la iglesia de Caacupé.
Monseñor Bogarín: fuerza y suavidad
La tercera sala se compone de objetos que pertenecieron a Juan Sinforiano Bogarín: una fotografía suya, elementos del rito sacerdotal y comentarios biográficos. El perfil del primer arzobispo del Paraguay bien podría definirse por el lema que acuñó en su escudo episcopal: Fortiter et suaviter, fuerza y suavidad. Quienes lo conocieron lo describen como un hombre de convicciones, fortalecido en la adversidad (quedó huérfano durante la Guerra de la Triple Alianza) y dotado de perspicacia y de una proverbial delicadeza que le permitió actuar con acierto en momentos de gran tensión política en la historia del país.
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