“Varieté” estrena dos piezas musicales y homenajea a Satie

La Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional (OSIC) presentará Varieté, el tercer concierto del ciclo Música en los Palacios de Asunción, este martes 1 de noviembre a las 20:00 horas, en la Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional (Río Aquidabán y Río Ypané, Costanera de Asunión). El acceso será libre y gratuito.

Se trata de un programa hecho principalmente de música contemporánea, experimental, que incorpora un homenaje al compositor francés Erik Satie (1866‐1925), padre de la música moderna con cuyas composiciones se abrieron nuevos caminos.

En la ocasión, la orquesta estrenará dos piezas musicales: la microópera Pytu/Ayvu. Susurros del moribundo o palabras envueltas en la oscuridad, del maestro y director invitado del ciclo, José Ariel Ramírez; y El espejismo de Flores, de la trompetista Mar Pérez. Así también interpretarán obras de Satie, como el ballet Parade y las piezas breves para piano Gymnopédies I y II, inspiradas en la antigua Grecia.

Sobre su creación, Ramírez explica que se trata de una microópera pensada para vocalidad susurrante, orquesta y electrónica. “Tiene un subítutlo la ópera, que es Susurros del moribundo o palabras envueltas en la oscuridad. Pytu es aliento y ayvu es bullicio en guaraní, algo así como ‘bullicio de la respiración’. ¿Por qué tomo este título? Porque trata sobre la respiración: un moribundo en su lecho de muerte está siendo asistido con un respirador artificial y en ese momento cae en un estado liminal en donde él imagina, tiene alucinaciones, cae en imágenes, pero no recuerda quién es, no tiene identidad, no tiene memoria, no tiene lenguaje, entonces tiene que ir descubriéndose de a poco”.

La trompetista y compositora musical Mar Pérez. Cortesía

Por su parte, la obra de Mar Pérez se considera una fantasía para orquesta y sintetizadores que explora nuevas sonoridades y texturas a través de tecnologías, fusionando instrumentos electrónicos dentro de la orquesta sinfónica. “Es una expresión de realidades cotidianas como artista, como humanos, como mujer, con melodías luminosas y frenéticas, que representan melancolía y sentires reales que nos llevan a una introspección artística y humana”, comenta Pérez.